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Entrevista con Carlos Tabares, coordinador de Nuevos Contenidos del canal estatal venezolano ViVe

«Los gobiernos deben ayudar a la creación de medios hechos por la ciudadanía»

Fuentes: Altermundo

Carlos Tabares estuvo en Galiza invitado por el Club Internacional de Prensa. Afirma que Venezuela se atrevió a soñar con un mundo no dictado por el pensamiento único, comenzando un cambio histórico basado en la lucha por lograr la supervivencia del pueblo y la unidad de las Américas. En esta lucha, los medios alternativos han […]

Carlos Tabares estuvo en Galiza invitado por el Club Internacional de Prensa. Afirma que Venezuela se atrevió a soñar con un mundo no dictado por el pensamiento único, comenzando un cambio histórico basado en la lucha por lograr la supervivencia del pueblo y la unidad de las Américas. En esta lucha, los medios alternativos han sido y son esenciales, y de eso hablamos con él.

Las continuas alusiones que los medios de comunicación -pseudopúblicos y privados- del Norte global hacen a la falta de libertad de expresión, o mejor, a la ausencia de libertad de prensa en la República Bolivariana de Venezuela, no dejan de asombrar e incluso indignar la quien conoce el virtual pero vivo y activo mundo de la comunicación alternativa y que, por tanto, recibe información de la otra parte.

Esa otra parte es la ciudadanía, a la que durante décadas se le negó la voz por parte de los poderes políticos y económicos, que concentraron a propósito los medios de comunicación en unas pocas manos. De este modo, las informaciones generadas por los grandes grupos de comunicación, que funcionan casi siempre como arietes de la globalización y portavoces de los poderes políticos, son rebatidas a menudo con brillantez por una buena cantidad de medios alternativos que cada día se extienden más por el planeta.

En este campo, desde 2002, después del golpe de estado mediático que sacó a Chávez del liderazgo del país dos días, en Venezuela existe un Reglamento de Medios Comunitarios que les permite a las comunidades, a la gente, acceder a los medios -materiales y económicos- para crear sus propios canales de comunicación. Contrariamente a lo que se dice, Venezuela tiene hoy un ejemplo de democratización de la comunicación de la que aquí, en la supuesta tierra de la liberad, estamos aún a años luz. ViVe TV, como otras experiencias más conocidas cómo Catia TV o Aporrea.org, cuyos pilares están soportados en gran medida por periodistas criados en los medios comunitarios, es un claro ejemplo de esto. De ahí la conversación con Carlos Tabares, que nos trajo la versión de ese otro lado, la que nunca nos cuentan.
 
MS-. ¿Que importancia tuvieron los medios, y especialmente los comunitarios, en el golpe de estado de abril de 2002 contra lo gobierno de Hugo Chávez?

CT-. Todo lo que es hoy el panorama de los medios comunitarios y alternativos en Venezuela surge de una necesidad y de un poder del que nos dimos cuenta el 11 de abril de 2002. Aquel día Venezuela se percató de que los medios son un poder de sobras organizado y capaz de derrocar un Gobierno legítimamente constituido. Ya está demostrado que lo de aquel día fue un golpe mediático. Habían calculado cuantos muertos iba a haber y tenían grabaciones de antemano por parte de militares insurrectos para contar eso a través de las emisiones nacionales. Quisieron hacerle creer al mundo que se estaba perpetrando una matanza por parte de los partidarios de Chávez, cuando habían sido ellos quien habían apostado francotiradores.
 
MS-. A nivel internacional el montaje fue bastante creible.

CT-. Sí. Con todo esto consiguieron justificar el golpe, y Chávez finalmente decide, por el bien de la colectividad, no renunciar, mas sí entregarse a los golpistas a la espera de una solución pacífica. Ahí apareció el efímero mandato de Carmona, que fue breve porque la gente comenzó a organizarse. A través del boca a boca, y de los pocos medios alternativos y comunitarios, radios y televisoras que como Catia TV, consiguieron informar a las masas y estas salieron a las calles para devolver a Chávez al poder. El 13 de abril regresa el presidente y, haciendo balance de lo que nos había acontecido, surge la necesidad de crear una red de comunicación alternativa para no depender sólo de un canal -el canal 8, del Estado- que fue el primero en caer en el golpe. Fue gente de estos medios independientes quienes, precariamente, consiguieron volver a emitir por el canal 8 el 13 de abril para avisar al resto del país de que el gobierno estaba recuperado.
 
MS-. ¿Los medios privados son mayoría en Venezuela?

CT-. Efectivamente. Controlan el 80 por ciento del espectro radioeléctrico venezolano. Hoy sigue existiendo un enorme desbalance entre los medios que están en manos privadas y los que están en manos del pueblo, pese la que hemos conseguido recuperar algunos, como por ejemplo la señal del canal 2, que antes estaba en manos de la RCTV, al caducarle la concesión y que les hemos asignado algunas frecuencias de la UHF y de la VHF a emisoras comunitarias, parroquiales, regionales, etc. De ahí surge este movimiento, porque la gente se enteró de que cualquiera es capaz de generar un discurso audiovisual, de usar los medios ya no solo cómo medio de consumo y de ocio, sino como una herramienta de cohesión y de lucha.
 
MS-. A partir de entonces aparece también un reglamento de medios comunitarios y alternativos, ¿no es así?

CT-. Hay una eclosión de este tipo de medios y entonces surgió también la necesidad de regulamentar, sobre todo para hacer que el uso de esos medios sea lo más democrático y abierto posible, lo más variado posible, pero que exista un orden que no permita que esa estructura sea devorada por el caos propio del vértigo que supone el mundo de la comunicación.
 
MS-. ¿Tenéis una idea de como es ese espectro de medios?

CT-. Es un número creciente, pero entre radios comunitarias y televisoras comunitarias en todo el país estamos cerca de un centenar.
 
MS-. ¿Y estos medios comunitarios pueden acceder la ayudas públicas como siempre hicieron los grandes grupos privados?

CT-. Exactamente. El Gobierno, a través del Ministerio de Comunicación e Información, creó toda una serie de incentivos que tienen en su seno un apartado específico para los medios comunitarios. Pero no sólo se les da la autorización para operar en una frecuencia determinada, sino que se dota las emisoras comunitarias de la plataforma tecnológica para que transmitan y se les suministra también el entrenamiento a las personas que allí trabajan.
 
MS-. Vaya, que estáis creando «profesionales» del audiovisual.

CT-. Y no es difícil. Hoy en día una de las grandes ventajas de los avances en el audiovisual es que cualquiera, con una cámara pequeña -de las de boda y cumpleaños- y con una computadora normalita es capaz de producir un discurso audiovisual lo suficientemente coherente y con una mínima calidad técnica para transmitir. Hace unos años un proyecto como el de las televisiones comunitarias y alternativas sería imposible y ahora incluso tenemos quien ya hace comunicación comunitaria con teléfonos móviles. El apoyo del Estado en la formación se refleja, por ejemplo, en el canal donde yo trabajo.
 
MS-. ¿Vive nació también con la vista puesta nos medios comunitarios?

CT-. Nace en noviembre de 2003. Se trató de hacer una televisión consecuente con lo que eran esas emisoras comunitarias, pero que tuviese una infraestructura para alcanzar la escala nacional.
 
MS-. ¿Y en que se centra la emisión de Vive?

CT-. Vive nace bajo la necesidad de visibilizar a todas las personas que tradicionalmente fueron invisibles para los medios de comunicación tradicionales. Durante los 50 años de desarrollo de la televisión en el país, la mayor parte de emisoras se instalaron en Caracas y se le hizo creer al país y al mundo que Caracas era Venezuela, que el caraqueño era el venezolano y que como habla el caraqueño hablan los venezolanos. Dentro de esto, que ya era una perspectiva de sobras excluyente, teníamos que sumar que los que salían en la televisión eran el modelo tomado de la televisión anglosajona, con sus patrones de belleza y sus discursos, como ocurre en las telenovelas o en los consursos de belleza. Las clases más bajas de la sociedad, que en los años 70 y 80 llegamos la categorías como «pobreza extrema» y «pobreza crítica», no aparecían en la televisión como no fuese por causa de una tragedia. Y el resto del país no era más que una postal turística. Mucha gente sólo salía por una comida, un baile o una celebración, pero era como si no hiciesen vida, como si no formaran parte del desarrollo social y político del país. Vive se propone, por tanto, hacer visible a toda esa gente, que es mayoría, y nuestros programas les dan preferencia a los colectivos indígenas, a los obreros, a los campesinos, a la mujer de verdad, etc. Nosotros comenzamos la lucha por la reivindicación de los afrodescendientes, de las personas con discapacidad y de otros tantos colectivos. Fuimos el primer canal en incluir el lenguaje de signos en todos sus informativos y programas de opinión y luego esto se convirtió en ley.
 
MS-. ¿Teneis también programas específicos para colectivos determinados?

CT-. Sí. Tenemos por ejemplo un informativo semanal para el colectivo obrero, otro para los indígenas, etc. Y no se trata de visiones documentalistas o sociológicas donde un chaval blanco caraqueño viaja la una comunidad de indios panare con una cámara, a retratar la realidad como él la ve y mandarla al país. Nosotros llevamos una plataforma tecnológica a esa tierra panare, les enseñamos para que sirve y permitimos y promovemos que ellos generen su propio discurso. Que cuenten lo que quieran contar y como lo quieran contar.
 
MS-. ¿Existen muchos medios comunitarios en las poblaciones indígenas?

CT-. Existe por ejemplo un caso muy exitoso que es el de Selva TV, en la región sur de Venezuela, que es donde están la mayor parte de los pueblos originarios del país. Selva TV sirvió para visibilizar esas comunidades que no sólo estuvieron excluidas del imaginario audiovisual siempre, sino además abandonadas antes de la Revolución.
 
MS-. Pero Vive, que tiene cobertura nacional, ¿saca a la luz contenidos de esos canales?

CT-. Efectivamente. Tenemos una franja en programación que es para todas las televisiones comunitarias del país. Estas emisoras producen sus contenidos, nos los envían y nosotros los sacamos para todo el territorio. De este modo, un contenido producido por Selva TV puede ser visto en el Zulia y un contenido producido en la península de la Guajira por los indios Wayúu puede ser visto por la gente de Selva TV a través de la señal de Vive. Este es uno de los labores fundamentales, a parte de que también producimos nuestra propia programación.
 
MS-. Hablabas también de formación.

CT-. Porque Vive fue concebida como un canal-escuela, que instruye y enseña el uso de los medios de comunicación. En Vive Caracas somos casi 600 personas y la mayor parte no tenían ninguna experiencia en el audiovisual antes de trabajar aquí, tan sólo la inquietud de expresarse. Para nosotros es eso lo que prima, la necesidad de expresión de un ser humano o de un colectivo, no necesariamente la forma y calidad técnica de los mensajes. Eso nos ocasionó, lógicamente, muchas críticas.
 
MS-. De los medios hegemónicos supongo. ¿Cuál es la relación de Vive con esos medios?

CT-. Los medios hexemónicos nunca les perdonarán a la Revolución y al presidente Chávez que se hubiesen compartido con el pueblo esa tarta que ellos siempre manejaron entre cuatro o cinco. Nosotros ya vemos esto como un proyecto irreversible. La gente aprendió que el espectro radioeléctrico es de su propiedad y que tiene derecho a expresarse a través de él. Estos medios atentan contra Vive y los medios comunitarios con argumentos como que la programación es aburrida, que la calidad de la emisión es baja o que nadie nos ve, echando mano de sus estudios de audiencia, que no son más que búsquedas de nichos publicitarios. Vive no emite publicidad, no tenemos cuñas de champú con ese sentido capitalista.
 
MS-. Y con ese panorama, que habla de la democratización de los medios, ¿que le dirías la quien aquí dice que en Venezuela no hay libertad de expresión?

CT-. Primero, que nosotros fuimos quien de forjar una conciencia política lo suficientemente fuerte para que la gente desconfíe de cualquier cosa que digan los medios de comunicación, tanto públicos como personales. Ese es un gran avance. Los medios no son más que un discurso y todo discurso pode ser manipulado y responde a los intereses particulares de quien lo emite. Después, estamos haciendo que la gente exija su derecho a expresarse, a protestar por ser excluido, por no ser considerado negocio para la televisión porque es muy feo, delgado, o bajo. Eso es totalmente falso. El derecho a informarse y a expresarse es también un derecho humano. Si en España, igual que en Venezuela, el espectro radioeléctrico es propiedad del Estado, de la gente, entonces cualquier ciudadano tiene el derecho de expresarse a través de los medios de comunicación. Es fundamental conocer ese derecho y ejercerlo.
 
MS-. ¿A pesar de que no sepamos como hacer comunicación de calidad?

CT-. Uno de los argumentos esgrimidos por quien trató de desestimular la creación de medios comunitarios y alternativos, o de canales como Vive, es aquello de «ese programa está mal hecho, está mal iluminado, mal encuadrado, etc». Nos dijeron que son balbuceos del lenguaje audiovisual, y nosotros eso lo asumimos con absoluta integridad, porque así es. Nosotros sólo llevamos cinco años enseñando a gente que no sabía nada del lenguaje audiovisual. Hasta Octavio Paz y Jorge Luis Borges a los cinco años balbuceaban. Eso no quiere decir que estas personas no sean capaces de elaborar discursos cada vez de mayor calidad, que nosotros tenemos muy en cuenta. Lo que nunca permitiremos es que por razones estéticas se coarte el derecho de expresión de la gente.
 
MS-. Dentro del reglamento de medios audiovisuales, ¿que papel juegan los medios de prensa o de internet?

CT-. Lo que está más difundido son radio y televisión. También hay muchas publicaciones independientes en internet, como Aporrea.org, que en pocos años creció de una manera imprevisible. Además de Aporrea, también aconsejo a quien quiera tener la visión de Venezuela la web de la Agencia Bolivariana de Noticias (ABN), sabiendo que es un medio oficial. Aporrea es independiente. Medios impresos hay también, pero precisamos más. Los últimos datos hablaban de unos 160 medios impresos y que estaban activos 115 medios digitales.
 
MS-. ¿Y donde encontramos la verdad sobre Venezuela?

CT-. Entre las informaciones que llegan aquí y las que se pueden obtener de ABN o Aporrea, seguro que la verdad está en medio, a pesar de que no necesariamente equidistante. La realidad venezolana es demasiado compleja para que la pueda transmitir un solo medio.
 
MS-. ¿Sois conscientes de que a aquí los medios no son lo que se dice amigos del Gobierno venezolano?

CT-. Totalmente. Pensamos que estamos en una guerra fría mediática espantosa. La Revolución fue atacada desde que Chávez se lanzó en campaña en 1998. Esta guerra partió primeramente de aquel macartismo, o anticomunismo, de aquella caza de brujas propia de los 50 que emprendió Estados Unidos y que hoy aún conserva, como por ejemplo, en el caso cubano.
 
MS-. ¿Sabéis entonces que estáis en el centro de las miradas planetarias?

CT-. Lo sabemos. Antes de la Revolución a Venezuela sólo la conocían por los emigrantes. Se sabía que era un país exportador de petróleo, pero cualquiera podía pensar que estaba en el Próximo Oriente. Hoy no. En mi viaje a Galiza vi que en todos los medios hablan de Venezuela y de Hugo Chávez. Si eso pasa en los medios capitalistas, si hacen ese esfuerzo, quiere decir que algo debemos estar haciendo bien.
 
MS-.¿Como veis los procesos de Bolivia, Ecuador, Brasil, Argentina?

CT-. Yo me siento afortunado de vivir la época que estamos viviendo. Vemos todos esos procesos con esperanza. Desde los años 60 no se veía en el mundo un proceso tan interesante. Esto se ve en América Latina, pero seguro que si vas a África comienza a pasar lo mismo. Nosotros en Vive tenemos un espacio, el Noticiario del Sur, que se nutre de televisiones comunitarias de todo el mundo, pero claro, especialmente de América Latina. Hay muchos de estos medios en Argentina o en Bolivia, como por ejemplo.

MÁS DATOS:

CARLOS TABARES

Carlos Eduardo Tabares Rivero (Caracas, 10/01/1974): es licenciado en Artes Cinematográficas por la Universidad Central de Venezuela (2006). Desempeñó el cargo de director de programación de la Fundación Cinemateca Nacional de Venezuela y fue jefe de programación de Telesur y Venezolana de Televisión. Ejerció la crítica cinematográfica en la revista Encuadre. Miembro del comité de selección del III Festival Internacional de Documentales Amazonia 2007. Miembro del comité de asesores para festivales de cine de la distribuidora estatal Amazonia Films. Jurado en el Festival Internacional de Documentales «Contra él silencio todas las voces», México, 2008. Jurado del Festival Internacional de Cine Pobre de Gibara, Cuba, 2008. Actualmente, ejerce como coordinador de Nuevos Contenidos del canal educativo y cultural Vive.

EL CANAL DE TELEVISIÓN VIVE

Vive es un medio de comunicación del Estado venezolano, educativo, cultural e informativo que impulsa la democracia participativa y protagónica, la solidaridad y la integración latinoamericana desde un nuevo paradigma de comunicación en sintonía con el nuevo modelo político, económico y social establecido en la constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En Vive, los protagonistas son los miembros de la comunidad, el ciudadano común, los millones de venezolanos y latinoamericanos invisibles para el imperialismo y sus medios.

MÁS INFO: http://www.vive.gob.ve

Traducido del gallego original: http://www.altermundo.org/content/view/2075/1/