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Los medios alternativos como necesidad

Fuentes: IPS

El mundo necesita medios alternativos de comunicación, que, a su vez, necesitan credibilidad, según expertos que participaron en las primeras instancias de la Conferencia de Helsinki, foro que propone mecanismos hacia una globalización inclusiva y equitativa. «Movilizando la voluntad política» es la consigna de la presente edición de la Conferencia de Helsinki, que desde este […]

El mundo necesita medios alternativos de comunicación, que, a su vez, necesitan credibilidad, según expertos que participaron en las primeras instancias de la Conferencia de Helsinki, foro que propone mecanismos hacia una globalización inclusiva y equitativa.

«Movilizando la voluntad política» es la consigna de la presente edición de la Conferencia de Helsinki, que desde este miércoles y durante tres días congrega a más de 600 representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG) de 70 países y que es organizado por el gobierno finlandés en cooperación con Tanzania.

La expresión «medios alternativos» se refiere a la mayoría de los «bloggers» (individuos o pequeñas organizaciones que publican sus puntos de vista en Internet) y de aventureros munidos de filmadoras digitales, reconocidos como una fuerza en crecimiento, afirmaron los expertos.

Y, como expresó en un debate organizado por IPS Anuradha Mittal, directora ejecutiva del Instituto Oakland de Estados Unidos, su público puede estar en aumento en muchos lugares del mundo.

El debate sobre comunicaciones, medios y ciudadanía reunió tanto a bloggers y realizadores de películas digitales como a periodistas de instituciones tan establecidas como la British Broadcasting Corporation (BBC).

Generalmente se cree que los gustos de quienes comandan los medios alternativos no cuajan con los de la BBC. De todos modos, en ciertas ocasiones han mostrado su poder.

Eso sucedió, por ejemplo, cuando activistas con sus cámaras digitales registraron la brutalidad de la policía en las manifestaciones que rodearon en 2001 la cumbre del Grupo de los Ocho en Génova, Italia.

El poder de convocatoria de los nuevos medios también quedó comprobado con las protestas coordinadas desde sitios web y a través de teléfonos celulares a propósito de la convención del Partido Republicano de Estados Unidos que el año pasado postuló la reelección del presidente George W. Bush, señaló Mittal.

«Un refrán africano dice que, hasta que los leones puedan contar sus propias historias, los cuentos de caza siempre glorificarán al cazador», dijo la activista. Pero admitió que todavía hay «una necesidad real de buen periodismo» en este mundo desafiante de los nuevos medios.

Nick Fraser, de la BBC, dijo que los medios alternativos no son una solución. «En los años 70 se creía en la posibilidad de crear un contrapeso a la dominación de los medios del Norte» industrial, expresó.

«Creo que la vida es demasiado corta para eso. En su lugar, deberíamos centrarnos en hallar programas que puedan ser vistos en todo el mundo», acotó Fraser, hoy a cargo de la realización de 10 películas sobre la democracia procedentes de varios países.

Internet podrá ofrecer un gran volumen de información, pero buena parte de ella carece de credibilidad, según Fraser. «En nuestra era de la información, una cantidad de medios fallan a un nivel básico. Necesitamos medios confiables», dijo.

Pero no hay unanimidad en que la confiabilidad de la información proceda de su origen en instituciones como la BBC, o de que solo tales medios pueden dar una voz creíble a quienes no tienen voz.

La cadena de noticias Al Jazeera, entidad independiente aunque perteneciente al gobierno de Qatar, comenzó siendo la alternativa, aportando un punto de vista árabe sobre las noticias internacionales. Hoy, esta televisora satelital está entre los medios informativos más influyentes del mundo.

«No se puede hacer ninguna crónica de Medio Oriente sin referirse a Al Jazeera», dijo Alejandro Kirk, de IPS. «Ellos tienen primicias. Y cuando uno tiene una primicia, tiene visibilidad y credibilidad», puntualizó.

Participantes de medios alternativos reconocieron que lo más difícil es captar público.

El cineasta Naeem Mohaiemen, cuyo documental «Disappeared in America» («Desaparecido en Estados Unidos») trata sobre la detención de inmigrantes musulmanes tras el 11 de setiembre de 2001, dijo no estar satisfecho con la audiencia que logró en festivales de cine o a través de canales de televisión locales.

Luego, organizó una muestra de fotografías sobre el tema de la película en el Museo de Arte de Queens, en Nueva York. «Algunos se disgustaron, pero muchos se detuvieron, y eso era lo que queríamos», indicó. Sin embargo, el número de espectadores siguió siendo diminuto.

El realizador independiente Andre Vltchek narró dificultades similares en busca de un público para un documental suyo, crítico sobre la política de Estados Unidos en relación con Indonesia.

«La película inauguró el Festival de Cine Independiente de Nueva York en 2004», dijo. «La respuesta crítica fue en extremo positiva, pero no hemos sido capaces de convencer a las cadenas de televisión de que distribuyan la película. Es difícil si se critica la política exterior de Estados Unidos», agregó.

Fraser opinó que eso podría no ser necesariamente un problema. «Creo que hoy sería más difícil producir una película llamada ‘Yo amo a George (W.) Bush'», declaró.