«Somos muchos los que pensamos que el orden mediático es impune para los que mienten y engañan, y también injusto porque está bajo el control de grandes grupos empresariales. Por tanto, como cualquier ámbito de la sociedad que sea injusto y goce de impunidad, debe ser investigado y sometido a la crítica». Son palabras de […]
«Somos muchos los que pensamos que el orden mediático es impune para los que mienten y engañan, y también injusto porque está bajo el control de grandes grupos empresariales. Por tanto, como cualquier ámbito de la sociedad que sea injusto y goce de impunidad, debe ser investigado y sometido a la crítica».
Son palabras de Pascual Serrano, ganador del Premio Internacional de Ensayo Pensar a Contracorriente por el trabajo: Violencia y Medios de Comunicación, galardón que recibirá en 2007 en la Fortaleza Militar San Carlos de la Cabaña, en La Habana, durante la próxima XVII Feria Internacional del Libro de Cuba.
Serrano explica que la propiedad privada de los medios y la influencia de la publicidad en las informaciones constituyen el modelo comunicacional capitalista, un sistema condicionado por la renta de la noticia.
Sobre sus conclusiones en Violencia y Medios de Comunicación, el intelectual español apunta tres ineludibles: «La primera, que los medios que tanto alardean de apoyar la paz y condenar la violencia tienen estrategias para fomentar e incentivar la violencia étnica, cultural o religiosa cuando les interesa».
Seguidamente, que los medios colaboran en la fomentación de la violencia que desarrollan los pobres y los pueblos, y no la violencia estructural resultado de modelos económicos injustos.
Y, por último, apunta que ambas generan la necesidad de abrir un debate sobre la legitimidad y representatividad de quienes copan el protagonismo de opinión en los medios de comunicación y la necesidad de un control social.
Vía electrónica, Pascual Serrano, también miembro de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, precisó su percepción sobre los medios de comunicación privados en Venezuela, a los que señaló como «más agresivos contra el gobierno y más tergiversadores que en ningún otro lugar».
Lo cual explicó como lógico tomando en cuenta que, en cualquier otro lugar del mundo, «los dueños de los medios y sus acólitos si viesen sacudidos sus privilegios con políticas redistributivas y sociales como las que se están desarrollando en Venezuela seguro que reaccionarían igual».
Agregó que el modelo neoliberal posee un paradigma comunicacional controlado por una élite que con absoluta impunidad puede reaccionar contra los cambios y contra la institucionalidad democrática mediante métodos que deberían ser inaceptables en una democracia.
Recordó ejemplos sutiles en los que la agenda informativa luce su hegemonía. «En España, Venezuela todos los días está en los periódicos y Perú nunca».
«El Salvador y Guatemala eran noticia cuando un grupo guerrillero luchaba y ahora ya desaparece de la agenda al no estar ‘amenazados’ por guerrillas, aunque los muertos y la pobreza ahora sean igual o superior al periodo de la guerra».
En relación con Cuba y la libertad de expresión, Serrano ilustró su postura con el modo en que se abordan las críticas al gobierno de Fidel Castro: «El falso argumento de los grandes medios y de los sectores dominantes del mundo es decir que en la isla no hay libertad de expresión ni democracia mientras que, según ellos, sí la hay en países donde la gente no sabe leer ni escribir, muere de inanición o enfermedades curables, no tiene trabajo, y vive en la indigencia».
«En Cuba no hay absoluta libertad de expresión como tampoco la hay en ningún lugar del mundo, y como tampoco hay democracia perfecta en ningún país. Pero si los ciudadanos saben leer y escribir, están educados, tienen asistencia médica, trabajo y cubiertas muchas de sus necesidades, están más cerca de poder disfrutar de esas libertades», indicó el fundador del portal informativo Rebelión (rebelión.org) y asesor de Telesur.
Por último, para este pensador contracorriente, la salida a la hegemonía mediática constituye la independencia, la soberanía: «Es necesario que la propiedad sea colectiva, bien del Estado o bien de la ciudadanía organizada, sin ánimo de lucro, y que el mercado con su publicidad y su obligación de rentabilidad no condicione la viabilidad del proyecto. Esas condiciones son necesarias pero no suficientes. A partir de ahí ya podemos ir desarrollando una opción que busque mecanismos de participación ciudadana, que garantice calidad y rigor».
Pascual Serrano es periodista egresado de la Universidad Complutense de Madrid, es coautor de los libros Periodismo y crimen y Washington contra el mundo, y compilador de la obra Mirando a Venezuela. Perlas. Patrañas, disparates y trapacerías en los medios de comunicación es uno de sus últimos libros editado en España por El Viejo Topo. En la actualidad es miembro del consejo de redacción de las revistas Mundo Obrero, El Otro País y Pueblos, donde colabora habitualmente.