Las nóminas fueron publicadas por el Ministerio de Defensa. Son tres actas, de los años 1979, 1980 y 1982, en las que aparecen personas catalogadas como parte del peligro «marxista» y calificadas en una escala de uno a cuatro según sus antecedentes ideológicos. El Ministerio de Defensa publicó las listas negras que la última dictadura […]
Las nóminas fueron publicadas por el Ministerio de Defensa. Son tres actas, de los años 1979, 1980 y 1982, en las que aparecen personas catalogadas como parte del peligro «marxista» y calificadas en una escala de uno a cuatro según sus antecedentes ideológicos.
El Ministerio de Defensa publicó las listas negras que la última dictadura usó para prohibir a actores, escritores, músicos, periodistas, cineastas, psicólogos y en general a todo artista o intelectual que los censores catalogaran como parte del peligro «marxista». Se trata de tres actas en las que figuran los nombres de las personas que la Junta Militar fue señalando para que se les cerrasen todas las puertas. «Registra antecedentes ideológicos marxistas que hacen aconsejable su no ingreso y/o permanencia en la administración pública, no se le proporcione colaboración», era la orden para los que figuraban en los documentos que se dieron a conocer ayer y a quienes estar en la nómina les hacía imposible también trabajar en el ámbito privado. Los militares usaban dos sellos para las listas. Uno decía «Estrictamente Secreto y Confidencial». El otro advertía que después de leídos los papeles debían ser incinerados. Osvaldo Pugliese, Mercedes Sosa, Julio Cortázar, Eduardo Galeano, Osvaldo Bayer, Eva Giberti, Nacha Guevara, Norma Aleandro y Alfredo Alcón son algunos de los que figuran en esos listados, en los que hay un total de 331 nombres. Cada uno aparece con un detalle de su profesión, aunque los censores no lograban hacerlo siempre del todo exacto. Al sociólogo Gino Germani, por ejemplo, lo apellidaron «Germany» y lo creyeron profesor de psicología. A Francisco «Paco» Urondo, el escritor desaparecido y asesinado en junio del ’76, lo mantuvieron en las listas negras durante toda la dictadura. En algunos casos, lo que figura no es el nombre de una persona, sino de un grupo como con el conjunto Los Trovadores o todo el circo español Los Muchachos.
También hay una considerable cantidad de prohibidos desde antes del 24 de marzo del ’76. El cantante Horacio Guarany, por poner un caso, venía censurado desde el 3 de agosto del ’67, porque la dictadura de Juan Carlos Onganía (que prohibió las representaciones en ballet de obras de Stravinsky y Béla Bartok) ya había hecho sus listas.
En el sistema de censura de la dictadura, artistas e intelectuales podían ser calificados en cuatro categorías o fórmulas. La «Fórmula 1» era el apto: indicaba que se trataba de una persona «sin antecedentes ideológicos marxistas». La 2 señalaba: «los antecendentes no permiten calificarlo desfavorablemente desde el punto de vista ideológico marxista». La «Fórmula 3» era una especie de limbo: «registra algunos antecedentes ideológicos marxistas, pero los mismos no son suficientes para que se constituyan en un elemento insalvable para su nombramiento, promoción, otorgamiento de beca, etc». La 4 era la peor y dejaba a los así calificados fuera de toda posibilidad de trabajo o difusión de sus obras. La primera lista negra encontrada es del 6 de abril de 1979, tiene 12 páginas y 285 nombres, todos con la calificación «Fórmula 4». Entre ellos están los periodistas Rogelio García Lupo, Tomás Eloy Martínez, Alipio y Mario Paoletti, Jorge Bernetti, Jacobo Timerman, Hugo Gambini, los escritores Daniel Moyano, Roberto Cossa, Abelardo Castillo, Osvaldo Dragún y Juan José Manauta, los músicos Atilio Stampone y Juan Carlos Cedrón, el escritor Noé Jitrik, el director teatral Agustín Alezzo, el cineasta Fernando Solanas, los actores Héctor Alterio, Marta Bianchi, Luis Brandoni, Norman Briski, Leonardo Favio y el pediatra Florencio Escardó.
El segundo listado encontrado está actualizado al 31 de enero de 1980 e incluye a 331 nombres bajo la calificación de «Fórmula 4». Esta es la lista que lleva la advertencia de que no debía ser copiada y en cambio debía ser incinerada tras su lectura. En esta lista aparecen nuevos nombres con respecto a la del ’79, como el de los músicos Víctor Heredia y Miguel Angel Estrella, que a esa altura ya había sido secuestrado y torturado, en el marco del Plan Cóndor, en un chupadero de Montevideo. Otro es el sociólogo Juan Carlos Portantiero.
El Ministerio de Defensa, que conduce Agustín Rossi, reveló en un informe difundido junto con las listas que la dictadura había armado un grupo encargado de definir quiénes estaban prohibidos y mantener los listados actualizados, grupo que fue bautizado Equipo Compatibilizador Interfuerzas (ECI). Estaba integrado por personal de la Secretaría de Información Pública (SIP) y la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), y tenía representantes del Ejército, la Armada y la Aeronáutica.
El ECI definía los criterios para calificar a las personas, armaba los listados a partir de las sugerencias de sus miembros, analizaba sus actualizaciones, decidía quién entraba y salía del máximo nivel de prohibición.
Después de la guerra de Malvinas, detalló Defensa, con el cambio del escenario fue necesario un replanteo en el manejo de las listas negras. Una nota de la SIP fechada el 21 de septiembre de 1982 ilustra esta situación, ya que habla de que hubo una directiva del gobierno militar de «marcar una transición hacia la vida institucional plena del país» y muestra que hubo una decisión de «evitar medidas y actitudes oficiales que atenten contra esa imagen en el campo de la comunicación».
Ante la llegada de un gobierno democrático que asumiría a más tardar en marzo de 1984, la SIP recomendó entonces «permitir trabajar en los medios de comunicación social administrados por el Estado» a los incluidos en listados como «Fórmula 4» y diseñó una estrategia con dos variantes para sacar de las listas negras a quienes habían sido prohibidos.
El 14 de octubre de 1982 el tema fue analizado por la Junta Militar, que aceptó la llamada «variante 2», que consistía en un sistema para «desafectar» de la lista a las personas de «forma gradual». Así, los militares dividieron a los 199 artistas e intelectuales que aún continuaban prohibidos en cuatro grupos. 41 de ellos pasarían a ser considerados «contratables» a fines de 1982, otras 60 personas dejarían el listado en el primer semestre de 1983 y 52 lo harían en el segundo semestre de ese año.
Sin embargo, 46 no podrían pasar a ser «contratables» y, en consecuencia, nunca dejarían de ser parte de las «listas negras». Entre ellos quedaron Briski, Nacha Guevara, Cortázar, Estrella, los dos Paoletti, el cineasta Octavio Getino, el poeta Armando Tejada Gómez y Jacobo Timerman.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-233159-2013-11-08.html