La comunicación es uno de los pilares fundamentales de la sociedad y su reflejo más amplio. El panorama mediático global se rige en gran medida por la hegemonía de los mass media, del pensamiento único y la utilización de la comunicación para la difusión de un mensaje occidental y patriarcal. El discurso dominante de las […]
La comunicación es uno de los pilares fundamentales de la sociedad y su reflejo más amplio. El panorama mediático global se rige en gran medida por la hegemonía de los mass media, del pensamiento único y la utilización de la comunicación para la difusión de un mensaje occidental y patriarcal.
El discurso dominante de las grandes empresas de comunicación conforma, en muchas ocasiones, una fuerte amenaza a los intereses de los pueblos en pos del beneficio económico-mercantil y la ideología capitalista. Sin embargo, las resistencias y alternativas a este modelo de comunicación se están desarrollando constantemente y cada vez se hacen más visibles. Se están generando escenarios, en el que la comunicación indígena de Latinoamérica se erige como un referente hacia un discurso alternativo contrario a las visiones dominantes de los grandes medios.
Los pueblos originarios de América Latina han encontrado en la comunicación un poderoso instrumento para la transformación social y la defensa de sus derechos. La utilización de los medios de comunicación por parte de las comunidades indígenas no sólo contribuye a su propio desarrollo, sino que además ofrecen una visión propia acerca de otras formas de ser y estar en el mundo que genera las condiciones necesarias para la descolonización y despatriarcalización del pensamiento establecido.
El uso de la comunicación alternativa por parte de los pueblos indígenas supone una defensa a su soberanía y autonomía ante la constante amenaza a sus derechos individuales y colectivos, invisibilizada dentro del sistema mediático dominante, etnocentrista y heteropatriarcal. El esfuerzo de los agentes de comunicación indígena por hacerse visible es muy significativo; desde 2009 se celebran las Cumbres Continentales de Comunicación Indígena, lo que evidencia la apropiación y coordinación de los medios de comunicación por parte de estas comunidades.
La cuestión de la comunicación indígena ha llegado a formar parte de procesos de regulación y legitimación en algunos estados latinoamericanos. En el caso de Bolivia existen leyes que reconocen los medios de comunicación de los pueblos originarios y propician la existencia legal de radios y TV indígenas, siendo objetivo principal la defensa de la diversidad y la protección de los derechos de estos pueblos.
La institucionalización de la comunicación indígena genera a su vez un adelanto en el uso de herramientas audiovisuales, que ofrecen una visión no convencional y anti-hegemónica de los mensajes e imágenes. Dentro de este contexto se encuadra en Bolivia la llamada TV Plurinacional Indígena, cuyo fin es difundir el paradigma del Buen Vivir de los pueblos originarios, lo que refleja la presencia de la forma de vida indígena y su unión a la Madre Tierra en la esfera mediática del país. Otra herramienta de difusión del mensaje alternativo y social la encontramos en las llamadas radios libres y comunitarias, cuyo objetivo es ser la expresión y la voz de la comunidad y contrarrestar el discurso hegemónico. Asimismo, estas radios cumplen una función social de protección de la cultura y lenguas de los pueblos. La tarea de este medio está muy unida a los movimientos sociales, actuando como altavoz de los mismos. Las radios libres son mecanismos de contrainformación que buscan coordinarse para tener mayor incidencia social y ofrecer una utilidad al desarrollo comunitario de los pueblos.
Otro ejemplo de la comunicación indígena lo encontramos en Guatemala, donde cobra gran importancia la Prensa Comunitaria, una agencia de prensa alternativa que tiene un enfoque feminista y de Derechos Humanos. El esfuerzo por dar una visión propia de la realidad y su constante denuncia de vulneración de derechos de los pueblos indígenas por parte de transnacionales que ocupan sus territorios para extraer recursos naturales, ha llevado a las profesionales de la comunicación indígena a recibir amenazas de muerte, desprestigio, difamaciones, encarcelaciones y agresiones. Sin embargo, también existe un amplio reconocimiento de su labor por parte de la sociedad, lo que implica un gran éxito en la aceptación de los medios y discursos indígenas.
Comunicar con equidad es también una labor importante para el periodismo. La atmósfera mediática convencional es heteropatriarcal y propaga una ideología machista así como el refuerzo de los roles de género ante la opinión pública. La imagen estereotipada de la mujer y su expulsión del espacio público y de decisión genera invisibilidad y discriminación. La familia y la maternidad es la única esfera donde la mujer es representada en los medios, impidiendo que se desarrolle una igualdad real en el mensaje dominante. Ante esto, se hace más que necesaria una comunicación alternativa que se enfrente a las estructuras patriarcales de los medios y desarrollen un discurso inclusivo, equitativo y feminista.
La comunicación indígena es un referente para los medios de comunicación alternativos y sus éxitos son cada vez mayores. Muestra de ello son los eventos organizados por los pueblos originarios para difundir su labor, como el Festival de Cine y Video de los pueblos indígenas FICWALLMAPU, que ofrece una fuerte crítica a la discriminación de las comunidades indígenas así como la necesidad de una comunicación propia en pos de la identidad de los pueblos y la defensa de sus propios códigos, narrativas y cosmovisiones.
La comunicación indígena representa la posibilidad de difundir un mensaje propio, crear un espacio participativo y promover el justo desarrollo comunitario. En definitiva, se trata de impulsar una comunicación de los pueblos y para los pueblos.
Marina Mariscal Muñoz. Mugarik Gabe.
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