El editor de Público acepta un artículo de un racista (1). El embajador de Israel que no se ha distinguido por su apego al sufrimiento palestino, todo lo contrario, lo justifica, hace un artículo sobre la identidad judía de Israel y el editor, amigo de este Israel, lo acepta. No dice nada de la ocupación. […]
El editor de Público acepta un artículo de un racista (1). El embajador de Israel que no se ha distinguido por su apego al sufrimiento palestino, todo lo contrario, lo justifica, hace un artículo sobre la identidad judía de Israel y el editor, amigo de este Israel, lo acepta.
No dice nada de la ocupación. Nada del sufrimiento del pueblo palestino.
Tampoco que las leyes raciales de Israel, en base a esa judeidad, permiten la expropiación a los palestinos ausentes, por no ser judios. También esas leyes raciales permiten que cualquier judío, haya nacido en Argentina o en España, por poner ejemplos, pueda adquirir la nacionalidad israelí. Un palestino nacido en Jerusalén, Haifa o en los 500 pueblos palestinos destruidos por el sionismo, refugiado en cualquier país del mundo, Argentina, España o Líbano o Cisjordania o Gaza no podrá volver, por no ser judio. Y si hablamos de matrimonios mixtos entre ciudadano israelí árabe y ciudadano de los territorios palestinos ocupados militarmente o de otro país, tendrá que abandonar su estatus de residente, por no ser judio.
De las colonias o de la judaización de Jerusalén, ya ni hablamos.
Pues bien, ese artículo que identifica lo judío con el sionismo y justifica implícitamente todas las vesanias de la ocupación sionista ha sido publicado en Público. Pues vale. ¿Vale todo?
(1) Raphael Schutz, «Israel, Estado judío». Público, 30 de diciembre de 2009, p. 5.
Santiago González Vallejo es miembro del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe
Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.