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Marcos, ¿fuera de los medios?

Fuentes: Etcétera

El 17 de julio pareció concluir, al menos temporalmente, la presencia del subcomandante Marcos en medios de comunicación «legales». Ese día su comparecencia semanal de una hora en el programa Política de banqueta, transmitido en la frecuencia 620 kilohertz en el DF (XENK, Radio 620), y que se estaba volviendo costumbre, fue cancelada aparentemente por […]

El 17 de julio pareció concluir, al menos temporalmente, la presencia del subcomandante Marcos en medios de comunicación «legales». Ese día su comparecencia semanal de una hora en el programa Política de banqueta, transmitido en la frecuencia 620 kilohertz en el DF (XENK, Radio 620), y que se estaba volviendo costumbre, fue cancelada aparentemente por «presiones» de la Secretaría de Gobernación sobre la emisora.

«Política de banqueta»

Después de realizar varios intentos en el ámbito de la radio «clandestina» con su emisora Radio Insurgente, que ha transmitido, no siempre con buenos resultados, en onda corta y en FM (véase etcétera, septiembre de 2003), el subcomandante llegó al DF en abril de este año y descubrió que, al menos en ese momento, aparecer en los medios «legales» no le sería difícil. El 5 de mayo en San Salvador Atenco, luego de los lamentables sucesos ocurridos en esa población, Marcos pidió a los medios que le abrieran espacios: «Daré entrevistas ­dijo­ a cualquier medio que garantice que nuestras palabras pasarán completas, sin ser editadas». Televisa, de inmediato, le realizó una larga entrevista en el noticiario matutino que conduce Carlos Loret de Mola donde lo más destacable fueron las críticas hacia López Obrador y el pronóstico de que éste iba a ganar la elección. También sostuvo una amplia conversación con Carmen Aristegui en CNN y una más con La Jornada. Luego perdió presencia mediática.

En junio, el subcomandante regresó a los medios a través del programa Política de banqueta transmitido los lunes de las 8 a las 9 de la noche en Radio 620, modesta emisora que inició operaciones en 1946 y tuvo su época de mayor popularidad en los años 60 con el nombre de «La música que llegó para quedarse». En 1994 la estación fue adquirida por el grupo RASA, que ante la crisis de la radio musical en la banda de AM la convirtió en emisora «hablada» mediante la venta de espacios a grupos religiosos, políticos o de medicina alternativa.

¿Presión gubernamental?

Uno de los grupos que aprovechó esta opción para contar con un espacio es la Unidad Obrera y Socialista (Uníos), organización que tiene el estatus legal de «agrupación política nacional» y está, por lo tanto, registrada ante la Secretaría de Gobernación y el IFE, lo que le otorga derecho a percibir recursos públicos. Desde 2002, Uníos contrató en Radio 620 una hora semanal para difundir el programa Política de banqueta. La organización se integró al movimiento «la otra campaña» encabezado por Marcos, de manera que ofreció a éste el foro de Política de banqueta donde el ex guerrillero apareció por primera vez a mediados de junio. En total estuvo cuatro veces, la más notoria el 3 de julio, un día después de las elecciones, cuando afirmó que se había realizado un fraude contra López Obrador y apoyó el anuncio de que habría movilizaciones en defensa del voto. Sus declaraciones tuvieron repercusión en medios nacionales y extranjeros.

La atención respecto de la presencia de Marcos en Radio 620 parecía crecer y hasta se afirmaba en algunos medios que «ya tenía su propia emisión radiofónica» (lo cual, al menos formalmente, era falso). Sin embargo, el 17 de julio, cuando los radioescuchas esperaban oír la voz del subcomandante, se enteraron de que no iría al programa. El conductor dijo: «Radio Insurgente y el subcomandante Marcos no están con nosotros esta noche porque el gobierno ha hecho todo lo posible para que no esté aquí». Después sugirió que la empresa RASA, propietaria de Radio 620, había recibido fuertes presiones, específicamente la amenaza de que no habría publicidad gubernamental para la emisora si el líder del EZLN continuaba en la frecuencia. Como respuesta a lo que consideró un acto de censura, Uníos decidió dejar de transmitir el programa: «Política de banqueta seguirá en la calle; por respeto al compañero, nos retiramos de la estación».

De esta manera, podría haber concluido la inusitada presencia de Marcos en la radio y la TV comerciales, que encontró auge de mayo a julio de 2006. La pregunta es si los medios «legales» se han cerrado definitivamente para el subcomandante, si intentará volver a ellos o regresará a la comunicación «clandestina»