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Conflicto agrario

Más alborotados que gallinero con zorro: ¿Y ahora qué?

Fuentes: Alai

El gobierno dio un golpe de manija y pasó el conflicto, pateando la pelota, a la cancha del Congreso Nacional y ahí quedó picando y algunos jugadores no saben para qué lado patear. Parece que el partido por ahora es empate y van a tener que ir a los penales. Las hinchadas están en las […]

El gobierno dio un golpe de manija y pasó el conflicto, pateando la pelota, a la cancha del Congreso Nacional y ahí quedó picando y algunos jugadores no saben para qué lado patear.

Parece que el partido por ahora es empate y van a tener que ir a los penales. Las hinchadas están en las carpas y otros tratan de mirar por la televisión el partido y ver qué pasa. Casi se ha transformado en un clásico Boca-River.

El zorro, como todo zorro está tratando de ver qué ventaja puede sacar del conflicto. Lo que sí logró es entrar en el gallinero disfrazado de gallina. Pero no deja de ser un zorro y mostrar su astucia y habilidades para sacar provecho.

Algunos gallos se pavonean para demostrar que «ellos pueden» y encandilan al gallinero que se divide en sus intereses sectoriales, preferencias y gallinas. En todo este alboroto que lleva más de 100 días, cabe preguntarse: ¿quién se hace cargo de todos los desastres provocados en el país durante el conflicto agrario?

¿Quién pagará las pérdidas a los comerciantes, industrias, turismo, transportes? ¿Quién o quienes son responsables de los incendios, desastres ambientales, etc. etc..? ¿Quién o quienes asumirán la responsabilidad por tirar millones de litros de leche y camiones de alimentos echados a perder en las rutas?

Esa actitud perversa e inhumana en defensa de sus intereses sectoriales, económicos y políticos, provocada por quienes comen todos los días y están gordos como chanchos. Y que actuaron con total y absoluta irresponsabilidad en un país rico donde se mueren más de 25 niños de hambre por día y miles de hogares no disponen de los recursos básicos para su alimentación.

¿Quién es responsable de la destrucción del medio ambiente, de los bosques para plantar soja transgénica, sin importarles las consecuencias?.¿Quién o quienes son responsables del uso de agroquímicos contaminantes que dañan la salud de la población y provocan daños irreversibles a la biodiversidad?

Los ruralistas en conflicto le echan la culpa al gobierno. El gobierno dice que el problema es de los ruralistas; así culpas y culpas van y vienen sin resolver el problema.

El zorro disfrazado de gallina dijo en voz baja. -» Hasta hace poco, gobierno y ruralistas (de los grandes), fuimos aliados y los dos tirábamos para el mismo lado. Pero ahora está el reparto de la torta y no queremos repartirla. Todo se pudrió cuando aplicaron las retenciones». El zorro salió corriendo cacareando como una gallina y se confundió en el entrevero del gallinero.

El gobierno cometió la burrada de poner en la misma bolsa a todos: pequeños y grandes productores rurales, ricos y pobres. Creyó que mandaba en el gallinero y no contaron que el zorro estaba disfrazado de gallina y no quería perder sus ventajas y armó la rebelión en el gallinero. Su intención es quedarse con el gallinero y no compartir nada.

Y esto desató la rebelión en la granja con las cacerolas de teflón y cucharitas de plata en defensa del «campo». Se sumaron otras especies de izquierdas y derechas que, vaya a saber porqué hechos mágicos y fortuitos coinciden en los mismos objetivos: Debilitar y condicionar al gobierno en la lucha por el poder y ver quien vence a quien y por cuantos goles.

Las carpas frente al Congreso son un ejemplo del forcejeo entre el «campo» y el gobierno, alegrando el escenario con grandes animales inflados como su vanidad y soberbia. Nadie quiere ceder y buscar soluciones en bien del pueblo. No, su objetivo es lograr torcer la voluntad del contrincante y el que sufre las consecuencias es el país, el pueblo, los sectores más postergados, los pobres, aquellos que quieren trabajar y no tienen trabajo.

Los medios de comunicación masivos, las grandes corporaciones privilegian la libertad de empresa, sobre la libertad de prensa y están en la salsa de la intriga, la manipulación y el uso interesado para favorecer sus intereses políticos y económicos.

Algo sabemos de todo eso porque lo sufrimos en carne propia. La lucha es desigual. El gobierno cada vez más encerrado en su autismo político, se escucha a sí mismo sin abrir el diálogo y lleva al desgaste mediático a la Presidenta de la Nación, quien debe exponerse permanentemente y su rostro está cada día más duro y angustiado a pesar del maquillaje. Está sometida a una fuerte presión interna y de los «del campo», las grandes corporaciones económicas que no permiten meter mano a sus intereses.

El único interlocutor oficial u oficioso en el conflicto, «campo-gobierno», es Luís D´Elias. ¿Qué pasa con los ministros, con los funcionarios que tienen que asumir su responsabilidad institucional?- ¿Son inútiles, no saben defender las posiciones del gobierno, o no los dejan?

¿Quien cacarea en el gallinero, la gallina, el gallo o el zorro disfrazado de gallina?

El gobierno buscando rédito político, dijo que se estaba frente a un intento golpista. Todo opositor es golpista, vaya definición gastada. Ya lo hemos oído más de una vez. Otros, aportan a confundir más el panorama y dicen que, todo lo que ocurre es que la derecha busca desestabilizar y condicionar al gobierno. Están casi, casi para un cuento de ciencia ficción.

Pero, ¿alguien le preguntó al pueblo qué quiere? Si, a ese hombre y esa mujer de a pie, le preguntaron qué piensa de todo éste embrollo en el gallinero? Otros y otras que no están en el gallinero, se sienten parte porque dicen ser «gente del campo», pero viven en zona norte y de la renta del campo, y nunca plantaron un rabanito y no les gusta embarrarse.

¿Quien preguntó a los pequeños agricultores que están de sol a sol en el campo y trabajan la tierra, a los tamberos, a los peones del campo qué piensan de todo este conflicto que los empobrece cada día más y más?

Todo este entrevero me recuerda el cuento de Eduardo Galeano, que espero ayude a reflexionar, si se calma el gallinero y descubrimos al zorro disfrazado de gallina.

Eduardo cuenta que fue a un restaurante y se sentó esperando que llegue el mozo. Mientras esperaba sintió hablar al cocinero, quien convocó en la cocina a una asamblea.

Estaban todos los animalitos, las gallinas, los patos, los chanchitos, la vaca, el corderito, los faisanes, los conejitos, y el cocinero les dijo: «Los he convocado a esta asamblea a fin de hacerles una pregunta: ¿Con qué salsa quieren ser cocinados?»

Los animalitos asustados guardaron profundo silencio, hasta que una pequeña y tímida gallinita dijo: «Yo no quiero ser cocinada».

El cocinero les dijo: «Un momento. Lo único que ustedes pueden elegir, es la salsa con que quieren ser cocinados».

¿A los argentinos y argentinas, nos permiten únicamente elegir la salsa?