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20 cayeron en América Latina

Más de cien trabajadores de prensa asesinados en 2004

Fuentes: Informe de Ciap-Felap

Con la muerte por violencia de 117 periodistas el año 2004 marcó un fúnebre récord en comparación con los 83 caídos en 2003 y que sólo es superado por la abultada cifra de 154 registrada en 1994 como efecto de la cobertura informativa de conflictos bélicos en Bosnia, Ruanda, Chechenia, Somalia y Angola. La inseguridad […]

Con la muerte por violencia de 117 periodistas el año 2004 marcó un fúnebre récord en comparación con los 83 caídos en 2003 y que sólo es superado por la abultada cifra de 154 registrada en 1994 como efecto de la cobertura informativa de conflictos bélicos en Bosnia, Ruanda, Chechenia, Somalia y Angola.

La inseguridad de los periodistas en misiones peligrosas se ha repetido en el año recién pasado ya que en Iraq se constata la muerte de 42 informadores, 36 de ellos iraquíes. En Filipinas perdieron la vida 12 y ocho en India. América Latina no presenta una excepción pues la cuota anual de periodistas eliminados se viene manifestando desde hace años al margen de que haya habido acciones armadas, salvo el caso conocido de Colombia.

El número total de 117 entregado por la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y otras fuentes, podría ser mayor en atención a que hay periodistas desaparecidos en zonas de Africa y Asia y también porque las estadísticas no son muy rigurosas acerca de algunas regiones. Ello ocurre, por ejemplo con los países antaño socialistas. Oleg Panfilov, director del Centro de Periodistas en Situaciones Extremas de Rusia, afirmó en diciembre pasado que desde el derrumbe del sistema socialista, «cada año en Rusia son perpetrados (en promedio) 20 a 22 asesinatos de periodistas»(sic).

América Latina y una fatal singularidad

Desde los años setenta –periodo en que comienzan los registros– América Latina y el Caribe exhiben una elevada cuota de periodistas muertos por acciones o métodos violentos. Durante las dictaduras castrenses, cuando la verdad era un arma temible para ellas, los informadores fueron víctimas preferidas, pero luego los victimarios serían reemplazados por mafias, policías y políticos corruptos. La veintena de fallecidos el año pasado supera la de 19 registrada en 2003 y de los cuales 11 fueron colegas colombianos.

Dicha situación se repite en 2004, a pesar de que en Colombia, región de virtual guerra civil, se constata ahora la muerte de tan solo tres periodistas, en tanto que México, con cinco asesinatos, se convierte en el país con más víctimas. He aquí la nómina de los caídos, por orden alfabético de países:

ARGENTINA

La agencia Argenpress informó que en el incendio de la discoteca «República de Cromagnon» ocurrido en Buenos Aires a finales de 2004, murieron dos periodistas que acudieron a cubrir allí un concierto de rock: Jacqueline Carina Santillán, 28 años, de la radioemisora FM Class (Caseros); y Luis Santana, del canal Crónica TV y de una radioemisora de Caseros.

BRASIL

Samuel Román, el 20 de abril/04, en la ciudad de Coronel Sapucaia (Mato Grosso do Sul); Jorge Lourenzo Dos Santos, de la radioemisora comunitaria «Criativa FM», el 12 de julio/04, en Santa do Ipanema ; José Carlos Araujo, 37, periodista radial, el 24 de abril/04, asesinado en Timbaúba (Pernambuco).

COLOMBIA

Oscar Alberto Polanco Herrera, 37, director y presentador en CNCTV, el 4 de enero/04, tiroteado en Cartago; Martín La Rotta Duarte, 51, de la radioemisora «La Palma Estéreo», apuñalado; Alberto Madero Muñoz, distribuidor de periódicos, el 20 de septiembre/04, tiroteado.

HAITI

Ricardo Ortega, español, del canal televisivo «Antena Tres» (Madrid), el 7 de marzo/04, con disparos.

MEXICO

Roberto Javier Mora García, del diario «La Mañana» y de la revista «North México Business», ambos de Nueva Laredo, apuñalado el 19 de marzo/04; Francisco Javier Ortiz Franco, co-director del semanario «Zeta» (Tijuana), el 22 de junio/04, con disparos; Francisco Arratia Saldierna, 55, articulista en periódicos «El Imparcial» y «El Regional», el 31 de agosto/04, en Matamoros (Tamaulipas), baleado; Leodegario Aguilar Lucas: su cadáver calcinado fue encontrado en septiembre/04. Había sido secuestrado en mayo/04 y probablemente fue asesinado entonces; Gregorio Ródríguez Hernández, de «El Debate de Mazatlán», el 30 de noviembre /04 con disparos a quemarropa.

NICARAGUA

Carlos Guadamuz,del canal «CDNN33», el 10 de febrero/04; recibió cinco balas; María José Bravo, 26 años, corresponsal del diario «La Prensa», el 9 de noviembre/04 en la localidad de Santo Tomás; fue un crimen a sangre fría ejecutado con disparos por el cacique local Eugenio Hernández González.

REPUBLICA DOMINICANA

Juan Andújar, corresponsal de «El Listín Diario», el l4 de septiembre/04, por disparos en Compostela de Azúa, lugar donde laboraba en «Radio Azúa».

PERU

Antonio de la Torre Echandía, 43, el 14 de febrero, en Yungay, apuñalado; Alberto Rivera Fernández, presidente de la Federación de Periodistas de Uyucalli, se desempeñaba en la radioemisora «Frecuencia Oriental», asesinado en Pucallpa.

VENEZUELA

Mauro Marcano, periodista de «Radio Maturín» y concejal, el uno de septiembre/04, asesinado en Maturín, Estado de Monagas

RESUMEN

Argentina 2

Brasil 3

Colombia 3

Haití 1

México 5

Nicaragua 2

Perú 2

Rep.Dominicana l

Venezuela 1

Total muertos: 20 (17% de 117)

Los crímenes aquí reseñados provocaron condenas, repudios y acciones legales de la Federación Latinoamericana de Periodistas, de la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas (CIAP-FELAP), de las organizaciones de periodistas en los respectivos países, en México encabezadas por la Federación de Asociaciones Periodísticas de México (FAPERMEX ). Sin embargo y como es ya una lamentable tradición, en la mayor parte de los casos, no se ha logrado imponer sanciones a los ejecutores.

Aparte de los delitos materializados en asesinatos, periodistas de Guatemala, Nicaragua, Colombia, Costa Rica, Perú, Panamá y otros países latinoamericanos, fueron objeto de agresiones físicas, amenazas de muerte, secuestros y condenas judiciales por supuestos delitos de difamación, conformándose así un cuadro de factores atentatorios de la libertad de expresión.

Al finalizar 2004, en Chile se conoció el informe de una comité estatal sobre Prisión Política y Tortura que confirma la detención de 230 periodistas durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Muchos de ellos fueron sometidos a torturas físicas y psicológicas, señala el documento, que convalida de esa manera las denuncias sobre la materia que venían produciéndose desde septiembre de 1973, mes del golpe militar que derrocó al presidente constitucional, Salvador Allende. Bajo la tiranía fueron eliminados 23 periodistas y trabajadores de prensa chilenos y también algunos extranjeros.

Un satélite terrorista y otras andanzas de Washington

En un análisis de las coerciones a la libertad de prensa resulta obligatorio mencionar medidas aparentemente descabelladas adoptados por el gobierno de Estados Unidos. Ejemplos:

En marzo/04, Washington prohibió publicar en revistas científicas «trabajos de autores de países que sean objeto de embargo comercial, entre ellos, Cuba». La Academia de Ciencias de Cuba denunció que esa medida es comparable con la quema de libros de los regímenes fascistas.

En mayo pasado, cuando EE.UU. estaba exigiendo a los periodistas una visa especial – que no existía antes del atentado a las torres- la periodista británica Elena Lappin fue esposada, encerrada y sometida a registro corporal en el aeropuerto de Los Angeles. «Me trataron como a una criminal» declaró la profesional que intentaba realizar un reportaje para el diario londinense «The Guardian».

En octubre, el Departamento de Justicia de EE.UU ordenó confiscar un disco duro de servidores de Indymedia, una red global de noticias de tónica independiente y alternativa de los grandes medios. La medida provocó una paralización de la entidad, aunque también la encendida protesta mundial de organismos, incluso empresariales.

En diciembre, y ahora el Departamento de Estado de EE.UU., proclamó que un satélite de comunicaciones puede ser un avezado terrorista. Al efecto, incluyó al satélite de televisión «Al-Manar» en su nómina de «Exclusión Terrorista». Dicho artefacto es operado desde el Líbano por la organización árabe Hizbolá. Richard Boucher, vocero estadounidense, puntualizó que la calificación de Al -Manar como terrorista se debió » a que la estación incita a la actividad terrorista»…

Más muertes en la Guerra de Bush

Desde el inició de la invasión estadounidense han muerto en Iraq 54 periodistas y trabajadores de la prensa, algunos en fuego cruzado, pero la mayoría por disparos directos de las tropas ocupantes.

El 19 de abril/04 perecieron en Samara, Asaad Jadin y su chofer Husein Seleh, del canal televisivo iraquí financiado por Estados Unidos, «Al-Iraqiya». Fueron baleados por soldados norteamericanos. En septiembre y en Bagdad fuer asesinado desde un helicóptero militar yanqui, el palestino Mazen al-Tomazi, reportero del canal televisivo «Al-Ekbiriya» de Arabia Saudita. Antes, en marzo se había denunciado el asesinato de Alí Abdel-Azis y Alí al Jatiba, del canal Al-Arabiya con sede en los Emiratos Arabes Unidos. Ambos fueron tiroteados por uniformados ocupantes.

En el año 2004 el ejército estadounidense declaró oficialmente que «no hubo culpa ni negligencia» en las muertes del periodista español, José Couso (canal TV5, Madrid) y del ucraniano Taras Protsyuk (Reuters) acaecidas cuando un tanque cañoneo el Hotel Palestina, en Bagdad.

En el IV Encuentro Mundial de Corresponsales de Guerra efectuado en octubre pasado en La Habana se puso de relieve la impunidad de ese crimen de un civil que, además de su evidencia abrumadora, viola las Convenciones de Ginebra acerca de las guerras.

*) Informe de la Comisión Investigadora de Atentados a Períodistas (CIAP) de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap), elaborado por Hernán Uribe O., Presidente, en colaboración con José Dos Santos y Ernesto Carmona, Director Ejecutivo y Secretario Ejecutivo de Ciap, respectivamente.