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Movimientos, sólo si son ultras

Fuentes: Quilombo

La cobertura mediática de determinadas iniciativas de grupos activistas de la derecha integrista estadounidense está siendo a todas luces desproporcionada. Noticias que normalmente no deberían ocupar un espacio destacado ni en la prensa local aparecen en las primeras planas de la prensa internacional. Es lo que ha pasado con las protestas por la construcción de […]

La cobertura mediática de determinadas iniciativas de grupos activistas de la derecha integrista estadounidense está siendo a todas luces desproporcionada. Noticias que normalmente no deberían ocupar un espacio destacado ni en la prensa local aparecen en las primeras planas de la prensa internacional. Es lo que ha pasado con las protestas por la construcción de un centro cultural musulmán en las inmediaciones de la zona de Manhattan donde se levantaba el World Trade Center. O con la ridícula amenaza de quemar públicamente libros del Corán que ha proferido ese reverendo con nombre de un miembro de los Monthy Python.

En ambos casos se trataba de acciones iniciadas por particulares que no hubieran tenido tanta repercusión de no ser por la ayuda entusiasta de los medios de comunicación. En el caso de las protestas por la construcción en Lower Manhattan del centro cultural islámico Park 51, fue la bloguera Pamela Geller (de reconocido pedigrí ultraderechista y sionista) la que promovió inicialmente la polémica, con apoyo del diario conservador The New York Post, propiedad del magnate Rupert Murdoch. Geller es conocida por decir majaderías como que Hitler se inspiró en el Islam para desarrollar su ideología antisemita. La historia del reverendo Terry Jones, cuya peculiar secta no superaba las cincuenta personas, constituye otra muestra de la especial sensibilidad que la industria de las relaciones públicas tiene por las provocaciones más reaccionarias.

De este modo se fabrican controversias absurdas, con declaraciones como la del general David Petraeus, quien comanda las tropas de la ISAF en Afganistán y vende la idea de que son hechos como la quema del Corán, y no los bombardeos o la ocupación, lo que soliviantan a los musulmanes de la región. Al final se difunde la engañosa percepción de que, efectivamente, es todo lo relacionado con el Islam lo que genera conflicto. Lo cual anima a que haya cada vez más gente saque a relucir en público, sin complejos, sus más bajos instintos racistas y xenófobos, ya sea un funcionario en Suecia o un alto cargo socialdemócrata en Alemania.

El impacto global de estos sucesos no se debe a simplemente a internet. Que tenga que ser Glenn Beck, presentador de Fox News (Murdoch, de nuevo) y no Sarah Palin quien convoque a los sectores más derechistas en Washington nos da una idea de la importancia del papel de los medios corporativos en todo este proceso y del seguidismo del resto. Las comparaciones son odiosas, y el observatorio estadounidense de medios FAIR nos regala una muy significativa: la diferencia de tratamiento de la convención del Tea Party en febrero, que apenas congregó unas 600 personas, y el Foro Social estadounidense, que tuvo lugar en Detroit el pasado mes de junio y que reunió entre 15 y 20.000 personas durante cinco días en una de las ciudades más castigadas por la crisis económica. «Un evento fue al menos 25 veces más grande que el otro, pero fue el pequeño el que se llevó toda la cobertura mediática. De la cobertura de los 10 principales medios nacionales durante dos semanas en torno a cada evento, el Tea Party recibió 177 menciones mientras que el Foro Social sólo 3.»

Y de esas tres referencias, una era de… Glenn Beck, quien desde Fox News denunció que los participantes «socialistas y comunistas» del Foro Social querían «propagar una peligrosa enfermedad». Será por esta misma razón que «ningún periódico relevante fuera de Michigan cubrió la historia. Time y Newsweek lo ignoraron. La Associated Press no difundió ni una sola historia en sus informaciones». Sin embargo, en un mismo período de dos semanas la convención del Tea Party recibió «12 menciones en el Washington Post, 8 en el New York Times, 7 en L.A. Times y 4 en el USA Today. CNN mencionó la convención 71 veces, Fox News 27, MSNBC 19, ABC 21, y CBS y NBC 4. Politico (2/12/10) informó que la CNN envió un equipo de 11 personas para cubrirlo; poco después de la convención, el Washington Post envió un reportero para ‘asegurarse de que el movimiento recibía una plena cobertura en sus páginas’ ( Politico , 3/12/10)».

De esta manera los grupos de la derecha cristiana integrista se permiten influir no ya al Partido Republicano (algo que llevan haciendo desde que llegó Ronald Reagan al poder), sino a las propias filas del Partido Demócrata, al ser quienes definen los parámetros de la discusión política, con ayuda de la prensa. Barack Obama ya no tiene que responder de manera preferente a los movimientos sociales que contribuyeron a su llegada a la presidencia. Lo que supuestamente se cuece «en la calle» es otra cosa.

Fuente. http://www.javierortiz.net/voz/samuel/movimientos-solo-si-son-ultras

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