El Mundo del día 13 de agosto entrevista al político opositor venezolano Leopoldo López. Así lo presentan: «Es joven, guapo, y con aspecto de galán de telenovela. «Ha sobrevivido a tres atentados. Leopoldo López, de 37 años y actual alcalde de Chacao (el municipio caraqueño más rico), aspira a la alcaldía de Caracas, pero ha […]
El Mundo del día 13 de agosto entrevista al político opositor venezolano Leopoldo López. Así lo presentan: «Es joven, guapo, y con aspecto de galán de telenovela. «Ha sobrevivido a tres atentados. Leopoldo López, de 37 años y actual alcalde de Chacao (el municipio caraqueño más rico), aspira a la alcaldía de Caracas, pero ha sido inhabilitado por el Gobierno, junto a otros 271 funcionarios y políticos». Ahora contemos la verdad.
El gobierno no ha inhabilitado a nadie. Ha sido la Contraloría (Fiscalía) General de la República quien lo ha establecido para algunos cargos públicos acusados de malversar fondos públicos. El recurso de inconstitucionalidad presentado por algunos afectados ha sido rechazado por el Tribunal Supremo de Justicia, quien ha considerado que la medida se ajusta a la ley que tiene por objeto luchar contra la corrupción.
En cuanto a lo de sobrevivir a tres atentados. No existe constancia de ninguno contra este político, sólo su denuncia de que el 25 de julio fue retenido en el aeropuerto por cinco efectivos de la policía venezolana que, según su versión, lo agredieron físicamente. Esta denuncia la hizo en la forma que las hace la oposición en Venezuela, con un equipo de televisión de la cadena Globovisión frente al que enseñaba el bolsillo de la camisa roto como prueba de la agresión.
Posteriormente se difundió el vídeo del sistema de seguridad del aeropuerto donde se observa que su discusión con los agentes, se aprecia que nunca fue agredido y las imágenes continúan hasta que López abandona el aeropuerto, se sube a un vehículo y se marchó. No se aprecia ningún daño a la camisa. Más tarde López regresó al aeropuerto con un equipo del canal Globovisión para formular la denuncia, mostrándose con el bolsillo de la camisa roto.