En septiembre de 2005 Lourdes Zuazo se mudó a Venezuela para participar de un proyecto laboral que nada tenía que ver con el periodismo. Pero una vez allí, seducida por el proceso político y social que se estaba desarrollando, decidió golpear la puerta de Telesur, que todavía estaba en una fase experimental. Así, casi milagrosamente, […]
Su primera tarea fue como redactora de noticias en el horario de 0 a 7 de la mañana. Según cuenta, trabajar en esa franja no fue fácil al principio pero «era tal el entusiasmo y tantas ganas de que Telesur saliera en directo, que quienes trabajábamos allí hacíamos lo necesario para que el canal diera sus primeros pasos».
A dos meses de iniciada la transmisión en vivo, le propusieron participar del casting para un programa matutino. «Fui sin muchas expectativas, ya que nunca había estado frente a una cámara y, para mi sorpresa, quedé seleccionada». Así es como desde mayo de este año, junto al periodista colombiano Mario López, conduce el programa Agenda del Sur, La Revista, que se emite todos los días de 9 a 11 -hora argentina- para Latinoamérica.
– ¿Alguna vez imaginaste que ibas a conducir la mañana de Telesur?
– Sucede que no solo es mi primera experiencia como conductora, también es mi primera vez en televisión. Yo vengo de la radio y en Argentina había tenido la oportunidad de trabajar con uno de los más grandes: Quique Pessoa. Nunca había pensado en la tele, porque la radio tiene una magia muy especial, sin embargo ahora entiendo que la convicción de la imagen es una herramienta indispensable que no se puede desaprovechar.
– ¿Hay muchos periodistas no venezolanos en Telesur?
– Sí, muchos y de varios países. Hay de Cuba, Colombia, Chile, Uruguay, Brasil y Panamá. Aprendemos todo el tiempo unos de otros y la experiencia nos enriquece. Por lo general sabemos muy poco de los pueblos hermanos y las ganas de reencontrarnos son muy fuertes. Por otro lado, las diferencias nos ayudan a entender realidades totalmente distintas, por ejemplo la presencia de los militares, que en Venezuela es tan habitual y que a cualquier argentino o chileno le produce rechazo por nuestra historia reciente. Pero de a poco una va comprendiendo que no están para perseguirte y que hasta pueden ser cordiales.
– ¿Cómo se hace periodismo alternativo en un país donde los multimedios privados tienen tanto poder?
– De alguna manera es fácil y satisfactorio. Existe un antes y un después en la credibilidad de los grandes medios, luego de su rol en el fallido golpe de Estado de abril de 2002. Mientras el pueblo se movilizaba para exigir el regreso de Hugo Chávez, en los canales pasaban dibujos animados. Eso hace que el trabajo de un canal de noticias como Telesur tenga mucha aceptación. El otro día un taxista me dijo: «Yo sabía que en mi país pasaban cosas muy dignas pero nunca las había visto por la tele».
– ¿Los medios de la oposición conservan fuerza como para jugar el mismo rol que en 2002?
– Si bien muchos venezolanos siguen fieles a las señales privadas, hoy saben que se les puede estar ocultando o distorsionando la información. Es un avance en la construcción de una visión crítica por parte de los televidentes. De todas formas, la posibilidad de que los canales privados vuelvan a jugar un rol golpista siempre está latente, y sobre todo en estos días. En las últimas elecciones, del 3 de diciembre, el presidente Chávez fue muy claro al decir que no iba a tolerar una maniobra mediática como la de 2002. Se prohibió la difusión de cualquier encuesta de boca de urna antes de que se comunicaran oficialmente los resultados y el canal que rompiera esa regla iba a ser sancionado con el cierre. Pero el intento de golpe todavía está muy fresco en la memoria y esta vez los canales privados no tuvieron mucho margen para actuar contra el gobierno.
– ¿Cómo se vivieron las elecciones desde el canal?
– Nunca me voy a olvidar. Unos días antes de la elección se descubrió material que formaba parte de una campaña de la oposición para desestabilizar. Se encontraron remeras impresas con la palabra fraude, banderas, panfletos. El clima estaba muy enrarecido. El día de los comicios el gobierno montó un plan para garantizar que todo se desarrollara con normalidad, pero independientemente de eso la gente bajó desde los barrios más humildes y rodeó los canales estatales para protegerlos de posibles atentados. Fue una reacción espontánea y dice mucho sobre el rol que están jugando canales como Telesur o el Canal 8, que es Venezolana de Televisión.
– ¿Esta nueva etapa anunciada por Chávez servirá también para afianzar los pasos dados en materia de comunicación?
– Una de las primeras cosas que hizo Chávez al reasumir fue anunciar la profundización del proceso revolucionario, lo que incluye nacionalizaciones y reforma constitucional. Eso también tiene que ver con los medios. Por estos días se vencen las licencias de muchos de los canales privados y la idea del gobierno es revisar todos los contratos. Sin ir más lejos ya anunció que a partir de marzo no le renovarán la licencia a RCTV, una de las emisoras que tuvo el papel más activo en el golpe y que integra uno de los multimedios más poderosos de Venezuela. Por otro lado, en la nueva Constitución promulgada en 1999 se impulsa la inclusión de los medios alternativos y comunitarios a nivel nacional; además en 2005 se aprobó la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, la llamada Ley Resorte, que busca dar dinamismo a la relación entre medios y sociedad. Ese es el marco en el que nace Telesur, que es una herramienta comunicativa internacional. Con Venezuela, Argentina, Cuba, Uruguay y ahora Bolivia como socios del proyecto, Telesur es la puesta en práctica de un sueño: que exista un lugar desde donde contar nuestra propia historia, discutir los temas que nos afectan y crear una visión alternativa.
– ¿En Venezuela existen tantos medios de comunicación alternativos como en la Argentina?
– Sí, existen muchos, desde hace tiempo y cada vez con más protagonismo. Por ejemplo, Catia Tve es una señal de televisión comunitaria pionera en el país y desde 2002 realiza una tarea educativa hacia la población para fomentar la participación. Esa señal jugó un papel primordial en el golpe, ya que transmitía información mientras el resto de los canales privados hacían ojos ciegos al pedido popular. Desde ese momento el gobierno tomó dimensión de la importancia de contar con una red informativa que acompañe el proceso de cambio que se lleva a cabo en el país. La cantidad de radios comunitarias que existe es impresionante y, por el apoyo que les brinda el gobierno, cuentan con elementos, espacios y una tecnología que nada tiene que ver con la idea que nosotros tenemos de un medio alternativo. Claro está que aún hay un largo camino por recorrer y necesidades sin cubrir, pero en estos últimos años cambió el concepto de «medios alternativos» y se convirtieron en «medios necesarios».
– Telesur realiza transmisiones conjuntas con Canal 7 ¿Hay acuerdos similares con otros países?
– Desde hace varios meses se realiza un noticiero en conjunto -en vivo- con Canal 7 de Argentina, todos los días a las 13 horas. Además se transmite los días sábado el programa Visión 7 Internacional, que se produce en Argentina y Canal 7, a su vez, repone el noticiero estelar de Telesur, a la 1 de la mañana. Hasta hoy la Argentina es el único país que tiene este tipo de coproducción, aunque la idea es que, con el tiempo, se puedan realizar proyectos similares con otros países. Por otro lado, hay programas que se hacen en diferentes ciudades con producción local, como Mesa Redonda Internacional, desde La Habana; De Este Lado, desde el Distrito Federal de México, y otros programas que adquiere Telesur para difundir más de Latinoamérica.
– ¿Los buenos resultados de Telesur alientan a pensar en una estrategia latinoamericana de información?
– Si bien recién estamos cumpliendo el primer año desde que el canal está al aire en vivo, el objetivo de Telesur estuvo claro desde el comienzo: darle voz propia a nuestros pueblos, integrarnos y consolidarnos como bloque; pero para ello es necesario conocernos primero. El desconocimiento es el peor enemigo en todos los ámbitos, y eso afecta cualquier proyecto de integración regional. Muchos nos escriben emails sorprendidos porque no sabían que Bolivia era rico en recursos naturales: «¿Cómo se entiende que sea un país tan pobre entonces?», preguntan. Otros nos piden que contemos y mostremos más sobre los pueblos originarios, sus costumbres, su relación con la tierra… Telesur está construido sobre valores como solidaridad, igualdad y ayuda mutua, y la intención es plasmar esos mismos ideales en materia de información y comunicación. Es un proyecto posible, aunque el canal es como un bebé que recién está dando sus primeros pasos; con tropezones, con golpes, pero con más experiencia y muchas ganas de ser adulto.