Es el actual director de Catia TV, la televisora comunitaria para las populosas zonas del Oeste de Caracas. Luchador social y comunicador popular, Ricardo Márquez es un ejemplo de superación y transformación individual partiendo del compromiso con sus semejantes en el desarrollo del hecho cultural. Como el mismo dice, de no haber sido un activista […]
Es el actual director de Catia TV, la televisora comunitaria para las populosas zonas del Oeste de Caracas. Luchador social y comunicador popular, Ricardo Márquez es un ejemplo de superación y transformación individual partiendo del compromiso con sus semejantes en el desarrollo del hecho cultural. Como el mismo dice, de no haber sido un activista cultural y luchador incansable para las causas de los demás, hoy sería, en el mejor de los casos obrero o empleado bancario.
Nació hace 32 años en el Barrio Simón Rodríguez del Manicomio conocido como las Barracas donde ha pasado toda su vida. Porque su vida es la suya junto a sus compañeros y camaradas.
E: ¿Cómo comienza tu vida de trabajo con la gente y con los medios audiovisuales?
RM: De niño leía mucho, me gustaba y me gusta leer.. Mis primeros pasos, en eso de trabajar con la comunidad, comenzaron cuando formamos un grupo para enfrentar a otros jóvenes del barrio que andaban en la droga y esas cosas. Al principio era enfrentarnos con ellos pero después nos dimos cuenta que teníamos que hacer cosas que los motivara y lo mejor era dedicarse a actividades culturales.
Comenzamos en un local de Corpomercadeo que había quedado abandonado después del Caracazo, pero unos meses mas tarde, a mediados del año 1989, empezamos a confrontar problemas porque no nos querían dejar usar el espacio. Nosotros ya manejábamos ideas bastante progresistas y veníamos además del Liceo Luís Espelozín, que era la pequeña «universidad de Catia»… los movimientos estudiantiles y las manifestaciones de los estudiantes de este liceo eran comparables, y a veces hasta más importantes, que las realizadas por los estudiantes de la Universidad Central de Venezuela.
Nuestro grupo tuvo una militancia política cercana al PRV y otros movimientos de izquierda y empezamos a hacer trabajo político en el barrio. Allí se incorporó la compañera Blanca Eekhout quien es ahora presidenta de Vive TV y de Venezolana de Televisión, ella es originaria de Acarigua, Estado Portuguesa y se quedó a vivir con nosotros en el barrio, participó en todas nuestras luchas y en todos nuestros sueños. Yo estudié producción audiovisual y Blanca, quien había empezado estudiando economía, se graduó de Licenciada en Artes mención Cine.
E: Volvamos a la historia…
RM: Si, a finales de este mismo año fundamos un grupo de gaitas que no sabíamos como llamarlo. No queríamos ponerle un nombre común y una noche estábamos el grupo de diez personas pensando y pensando y se nos ocurrió llamarlo 10-12 porque éramos diez personas a las doce de la noche. ¿Se imaginan? no teníamos recursos… organizamos un bingo en el barrio para recaudar fondos para comprar los instrumentos musicales.
Y tuvo mucho éxito, todo el mundo quería participar. A consecuencia de esta actividad tomamos un espacio que estaba disponible en el barrio, hicimos una asamblea y la comunidad decidió que nosotros funcionáramos en este espacio y así fundamos la Casa Cultural Simón Rodríguez.
E: ¿Y que más hacían, además de tocar gaitas?
RM: Este espacio se convirtió rápidamente como una pequeña alcaldía del barrio, la comunidad se reunía una vez a la semana religiosamente para hablar de todo. Planificando actividades, trabajo social, hablar de política, etcétera, en fin, todo lo que le interesaba a la comunidad. Organizamos muchas actividades culturales y sociales, inclusive participaba gente de otros sectores y barrios aledaños, todo esto siempre enmarcado en nuestra perspectiva política que nunca estuvo ausente.Entonces comenzó la represión, nos allanaron, algunos compañeros fueron detenidos, nos empezaron a intimidar… fue duro, en aquel momento el alcalde era Claudio Fermín y Antonio Ledezma Gobernador del Distrito Federal, ambos adecos, Ledezma el peor, nos perseguían, porque durante la IV República toda forma de organización comunitaria era vista con malos ojos por las autoridades.
Por ejemplo un verano el extinguido Ministerio de la Familia nos ofreció unos recursos para organizar un campamento vacacional para los niños del barrio con actividades recreativas etc, sin embargo cuando teníamos casi todo programado y listo para arrancar el mismo ministerio nos negó los recursos. Era una catástrofe… hicimos una asamblea de la comunidad que decidió seguir adelante y nos organizamos para conseguir los recursos para poder atender a los niños. El plan vacacional se llamó «Plan Vacacional Todos Unidos», y a pesar de todo, salió bien, logramos llevar a cabo el proyecto para ciento cincuenta niños
Mucho después nos enteramos que un adeco del barrio había ido al ministerio y saboteó la iniciativa.
E: Hasta allí, nada de cine ni televisión…
RM: Teníamos mucha confrontación con los adecos del barrio y temíamos que nos sacaran del local que habíamos ocupado, porque ellos tenían el poder para hacerlo. Nos dimos cuenta que debíamos que multiplicar las actividades y la participación de la gente y entre todas estas actividades fundamos un Cine Club que se llamó «Cine Club Manicomio» y comenzamos a proyectar muchas películas. El sitio de proyección eran las gradas de la cancha, colgábamos una lona de aproximadamente doce metros de ancho en el techo de la cancha, que es una de las pocas canchas deportivas techadas que existen en los barrios populares de Caracas, y allí se formaba un cine al aire libre pero techado. Proyectábamos los viernes y los sábados.
La Dirección de Cine del CONAC suministraba las películas. Nuestro grupo entonces se fue entusiasmando con el «cinecluísmo» y nos fuimos hacia esta actividad. Nos cautivaba mucho todo lo audiovisual y como éramos un cine club que teníamos actividad regular, nos llegó una carta de la ofreciéndonos estrenar la película de Carlos Azpúrua «Disparen a matar» eso fue en el año 1993. Nos trajeron equipos y así fue que vimos el primer video bin y nos pareció genial.
Nuestro grupo tenía muchos problemas con las autoridades porque habíamos participado en el golpe del 4 de febrero del 1992 en el barrio y nos andaban buscando. Estábamos casi en una situación de clandestinidad, pero cuando hubo las elecciones para alcalde que ganó Aristóbulo Istúriz, los vecinos nos pidieron que fuéramos testigos de mesa y allá fuimos sin saber mucho cómo era la cosa… Pero cuando empezó la repartidera de los votos entre Acción Democrática y Copey, nosotros armamos un escándalo que terminó en una trifulca, y esto estaba pasando en otros centros electorales en otras zonas populares de la ciudad.
E: ¿Quiere decir que no militaban en ningún partido?
RM: No, pero nuestra actitud fue conocida por la gente de la Causa R… dias después de esas elecciones nos llamó un concejal de la Causa R recién electo y nos invitó a trabajar con ellos en la parte cultural de la alcaldía de Caracas. Estuvimos en la comisión de la cultura de la Alcaldía. Y lo primero que le propusimos a la alcaldía fue comprar video bins y que los repartieran en comodato a los varios cine clubes que existían en los barrios del municipio. Y así se hizo, y más aún, Aristóbulo nos ofreció construir una nueva casa de la cultura: se tumbó la casita para construir una nueva estructura la cual por razones burocráticas nunca se terminó y cuando Antonio Ledezma fue elegido alcalde en sustitución de Aristóbulo, dijo que él no iba a construir ninguna casa de la cultura a unos guerrilleros y eso se quedó sin terminar hasta el día de hoy. Pero no nos detuvimos, igual seguimos haciendo el trabajo cultural, pero sin espacio.
E: Fue algo así como comenzar de nuevo…
RM: Ledezma quiso quitarnos el video-bin pero no lo entregamos y seguimos proyectando. En eso conseguimos una cámara de video y empezamos a grabar todo lo que podíamos, y lo mas directo eran las actividades de la comunidad. La primera grabación fue una Paradura del Niño y anunciamos que la íbamos a proyectar en lugar de una película. A la función llegaron casi dos mil personas cuando en general asistían una doscientas. Fue algo impresionante, vino todo el mundo.
No lo podíamos creer… ese día nació Catia TV. Estamos hablando de mediados de 1995. Decidimos entonces organizar un canal de TV para que la gente pudiera verse. Comenzamos a entrevistar a la gente del barrio con una camarita, comenzamos a hacer denuncias sobre problemas de la comunidad, hacíamos reportajes y cuando llegaba el viernes transmitíamos los partidos de baseball en pantalla grande también los videos que nosotros hacíamos y venía mucha gente a ver los juegos en pantalla grande se llenaban las gradas. Cuando venían los intervalos con propaganda cortábamos y transmitíamos los videos que nosotros hacíamos. Y así fuimos haciendo cosas.
E: ¿Como qué?
RM: Para el año 1998 fundamos la Asociación Civil «Centro de Cultura Cinematográfica Linterna Mágica» para hacer trabajos audiovisuales, pero con niños. Inclusive viajábamos en varios estados de Venezuela proyectando películas.
A mi se me ocurrió el proyecto de crear una televisora: pensé en un circuito cerrado, pasando una tubería por todas las calles del barrio y cableando todas las casas y en la casa de mi mamá hacer un estudio para que allí algunos miembros de la comunidad impartieran clases o dieran charlas etcétera. Me dijeron que estaba loco, que eso era muy difícil.
Cuando Chávez ganó las elecciones hicimos un encuentro en la ciudad de Maracay con otros grupos que estaban en lo mismo que nosotros y resulta que unos compañeros del Táchira contaron que ellos tenían una televisora desde hace ya varios años porque uno de los integrantes es ingeniero de telecomunicaciones y que se las había ingeniado para hacer funcionar una televisora.Así fue que con la ayuda de ellos nos montamos en el proyecto. El Estado nos hizo un primer aporte para comenzar a hacer funcionar la emisora y también la comunidad nos dio algunos recursos y así logramos comenzar con la emisora.
E: ¿O sea que el «Cine Club Manicomio» originó lo que luego fue «CatiaTV».?
RM: Si, originalmente nos constituimos legalmente como televisora en el año 1999, primero le pusimos el nombre de «Televisora Comunitaria del Oeste» y después lo cambiamos por Catia TV que, entre otras cosas, representaba el carácter rebelde de Catia. El nuestro no fue el único caso, muchos otros cine clubes se convirtieron en medios radioeléctricos comunitarios, en radios mayoritariamente. Estábamos en una búsqueda comunicacional.
Después nos mudamos en el Hospital de Lídice donde el Alcalde Alfredo Peña nos cerró la emisora y en fin toda esta historia ya más conocida y a raíz del hostigamiento del Alcalde Peña, Jesse Chacón actual Ministro de Interior y Justicia, que para aquel momento era Director de CONATEL y Diosdado Cabello, actual Gobernador del Estado Miranda y para entonces Ministro de Interior y Justicia, nos cedieron la sede donde estamos actualmente, que es una casota espaciosa pero al momento de la entrega estaba bastante en mal estado.Hemos recorrido un largo trecho. Peña cerró la emisora el 10 de julio del 2003 y nosotros logramos volver a salir al aire exactamente un año más tarde después de haber recuperado la casa y haber montado nuevamente la televisora. O sea, tenemos aproximadamente un año y medio funcionando en la nueva sede. Y lo hemos logrado gracias a la calidad el equipo humano que trabaja aquí.
E: ¿En qué frecuencia o canal y qué alcance tiene CatiaTV?
RM: Ahora salimos en el canal 41 UHF y sabemos que la señal llega a muchas partes inclusive en el Este de la ciudad y en el Litoral Central. Cuando hacemos programas en vivo llegan hasta cuarenta y cincuenta llamadas telefónicas.
El horario de transmisión es de 10 AM hasta 12 PM. A partir del próximo mes de enero vamos a transmitir también algunos programas de TeleSur de doce de la noche hasta las diez de la mañana para que la gente que no tiene cable lo pueda ver. Pero muy pronto, Catia TV también se verá por cable.
El correo electronico es [email protected]
E: En síntesis, ¿cuál es la filosofía de Catia TV?
RM: Nuestra filosofía no es ser una televisora más.
Nuestro lema es «No vea televisión, hágala»… nosotros queremos que Catia TV sea una escuela permanente de formación comunitaria donde la gente aprenda a hacer audiovisuales. Este es nuestro trabajo principal. La tarea de hacer programas se la dejamos a los «ECPAI» (Equipos Comunitarios de Producción Audiovisual Independiente) Los grupos vienen, se inscriben, reciben unos talleres completamente gratuitos, se les enseña todo, como hacer un guión, como manejar una cámara, la edición etcétera, después les prestamos las cámaras y pueden hacer el trabajo de post producción aquí. nosotros les prestamos los equipos porque la gente no tiene la posibilidad de comprar equipos tan costosos.
E: ¿O sea que no es fácil que se desarrollen televisoras comunitarias…?
RM: Creo que pueden haber muchas radios comunitarias, porque hacer un programa de radio no es tan costoso como hacer un programa audiovisual. Hacer funcionar un canal de televisión es mucho más complejo y costoso. Es por eso que nosotros ofrecemos todo el apoyo, tanto técnico como educativo, para que los productores independientes puedan de verdad hacer sus trabajos. Creemos que deberían existir estructuras que brinden apoyo a la gente para que puedan desarrollar el trabajo audiovisual. Nosotros transmitimos catorce horas de programación y esto es muy costoso inclusive repitiendo algunos programas.
Porque a nosotros no nos interesa transmitir unos «enlatados» importados nosotros queremos trasmitir lo que de vera hace la gente de los diferentes sectores populares. Tenemos «ECPAI» en casi todas las parroquias de Caracas.
Para que existan experiencias similares va a pasar tiempo es un asunto complejo y repito costoso. No es fácil y nosotros somos como los primeros que comenzamos este camino. La tarea es titánica, nosotros no somos una televisora comercial, pero queremos tener una buena televisora, hacer televisión de calidad, y para eso necesitamos buenos equipos, estudios, transmisores, cámaras etcétera.
E: ¿Qué actividades se llevan a cabo en CatiaTV?
RM: Tenemos una sala de postproducción, el estudio para hacer los programas en estudio, transmisión que es el corazón de la televisora, una biblioteca que la estamos arreglando y los talleres que son permanentes, todos los fines de semana: se imparten aproximadamente cuarenta talleres al año: talleres de producción audiovisual, de estudio, de escritura, de cámara, de sonido, iluminación. Este año vamos a trabajar un segundo nivel para los que ya tomaron el primer nivel de producción audiovisual, que se enfoca más hacia la fotografía.E: ¿El compromiso político es una premisa indispensable?
RM: El compromiso político es ineludible pero para nosotros es más el compromiso social con la gente. Ha habido algunos políticos que se vinieron a quejar de algunas críticas y algunas denuncias que las comunidades han hecho por medio del canal, pero nosotros no estamos al servicio de nadie y así se lo explicamos. Claro que todo el mundo tiene su derecho a réplica como debe ser, pero a la gente no se la puede callar. La gente del barrio dice lo que tiene que decir.
E: ¿Qué importancia le dan al aspecto formal de los programas?
RM: Rompemos todos los esquemas para hacer cosas distintas. Las comunidades deciden por último lo que quieren hacer y como lo quieren hacer. Nos han cuestionado que ¿cómo es que una ama de casa o un latonero o un albañil podían hacer televisión? Bueno, hemos demostrado que sí pueden hacer programas audiovisuales y de calidad. Nosotros les damos formación, les enseñamos y es un proceso de aprendizaje, de ir poco a poco evolucionando.
La gente está en la búsqueda de su propia estética, de aprender a jugar con la cámara, con los planos, ponerse a inventar y poco a poco surgen nuevas interpretaciones, es un proceso.
Estamos seguros que estamos creando una nueva estética, algo nuevo, más popular, estamos en búsqueda de cosas nuevas y seguro que irán apareciendo.
E: ¿Quiénes son Catia TV?
RM: Los integrantes originarios de 1999 o Primera etapa fueron: Iris Castillo, Gladys Castillo, Wilfredo Vázquez, Ricardo Márquez, Blanca Eekhout, Leafar Guevara, Eliano Camilli, Álvaro Cáceres, Gabriela Fuentes, Yuruaní Rodríguez y Mónica Gil.
Luego, en la Segunda etapa después del cierre de 2003: Reinaldo Maldonado, Jesús Suarez, Joffredy Agraz, Mayerling Chirino, Tatiana Arcos, José Gómez, Alí Guevara, Freddy Borges, Orlando Medina, Gabriel Gil, Meylin Chung, Los ECPAI, Vereda, Santa Teresa, Visiones…
E: ¿Qué proyectos tienen para el futuro?
RM: Ahora tenemos en mente el proyecto de hacer una guardería para las mujeres que son la mayoría que vienen aquí a desarrollar sus trabajos para que puedan desenvolver sus actividades y que sus hijos estén atendidos. Ojalá podamos hacer algo con la alcaldía. Abrir una sala de cine aquí, en nuestra sede de Caño Amarillo
E: ¿Cuál la situación legal de la emisora?
RM: Está en regla con la ley, totalmente habilitada. Ha sido el primer medio radioeléctrico del país en obtener la habilitación por parte de CONATEL.
E: ¿Cómo crees que ha sido la actuación de CONATEL con respecto a el tema de las habilitaciones?
RM: Creo que ha sido lenta en el proceso de habilitación y en el proceso de asignación de frecuencias a los medios comunitarios, sin embargo creo que también a CONATEL se le han coleado muchísimos medios que declaran ser comunitarios y no lo son en verdad. Estoy seguro de esto. Emisoras religiosas, grupos políticos, funcionarios públicos que no son medios comunitarios, que no están asociadas a la gente…