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Debidamente destacada por “El País”

Ocurrencia genial de Javier Marías

Fuentes: Rebelión

El pasado 4 de junio, el diario matinal e independiente de referencia publicó, en un recuadro en negritas, en página impar y bajo el título de «El equipo de Javier Marías», el siguiente texto, que copio literalmente: «El novelista Javier Marías ha hecho una alineación futbolística con los escritores del siglo XX, según sus cualidades […]

El pasado 4 de junio, el diario matinal e independiente de referencia publicó, en un recuadro en negritas, en página impar y bajo el título de «El equipo de Javier Marías», el siguiente texto, que copio literalmente:

«El novelista Javier Marías ha hecho una alineación futbolística con los escritores del siglo XX, según sus cualidades literarias. Marías recopiló sus textos sobre fútbol en «Salvajes y sentimentales» (Aguilar). / Portería: Dos que jugaron en su vida en esa posición: Vladimir Nabokov y Albert Camus. / Defensas: Lateral derecho Henry James por ser de largo recorrido. En el centro Dashiel Hammet que parecía un tipo duro. Y defensa izquierdo Malcolm Lowry que al ser bebedor sería uno de esos defensas duros que no dejan pasar a nadie. / Lateral izquierdo. Valle-Inclán, un autor muy vivo con malas pulgas a ratos. / Centro del campo. Tres de largo recorrido: Como trabajador Thomas Mann; como 10 y cerebro del equipo y mente clara y organizadora del juego Marcel Proust, y W. Faulkner que tiene mucho aliento. / Delantera. Jugaríamos con extremos: extremo derecho como siete Joseph Conrad, capaz en pocos metros de crear desconcierto y admiración; delantero centro Thomas Bernhardt porque era muy agresivo; y con el 11, extremo izquierdo, uno de esos jugadores finos y creativos como Lampedusa. / Banquillo. En la portería Camus o Nabokov que se alternarían la titularidad con igual solvencia. Para momentos de crisis no estaría mal Conan Doyle que tendría gran capacidad de juego para el medio campo. Defensa, Raymond Chandler. Y delantera un poeta: W. Yeats».

Hay que ver el ingenio y la gracia de que hay que estar dotado para tener una ocurrencia así y publicarla, aunque sea con más de la mitad de los signos de puntuación mal colocados o ausentes. Cuando lo leí, me retorcí de risa. No podía contenerme. En cuanto pude dominarme, me retracté solemnemente de cuanto había escrito contra Marías. ¡Qué importan sus coces al diccionario, me dije, qué importan sus anacolutos, sus discordancias, sus confusiones en el significado de las palabras, sus memeces, sus faltas de ortografía, al lado de tanta pajolera gracia! ¡Jamás perdonaré a «El País» que no diera semejante texto en primera página! Me retracto, sí. El haber tenido esta ocurrencia me sitúa al oxionense, como ha dicho Lucía Etxebarría de sí misma, en lo alto de la cima, de la cúspide de la cumbre (histórico). ¿A quién, sino a un genio, se le podía ocurrir hacer una alineación con escritores y poner a Valle Inclán de media punta? ¡Buenísimo! Me lo imagino poniéndole una zancadilla a Ronaldo con la barba… Por supuesto, no han faltado los criticones que afirman que esto es una gilipollez y que si Marías hubiese cambiado a los escritores de puesto o los hubiese sustituido por otros, los del matinal, desde el director hasta el último redactor, igualmente se hubiesen orgasmado. ¡Envidia cochina! Personalmente, creo que tantos que afirman que Javier Marías es un capullo se tendrían que retractar.