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Terrorismo mediático contra la Venezuela bolivariana a partir del fenómeno “Podemos”

Otra falacia que se cae por su propio peso

Fuentes: Rebelión

Causa risa mezclada con indignación y estupor, cuando en las tertulias televisivas de la Sexta Noche, algunos tertulianos como el periodista de El Mundo, el señor Eduardo Inda, acusa a Pablo Iglesias y su partido político «Podemos» de estar financiado por el «régimen bolivariano» -así se expresa el citado lenguaraz- y enseguida lanza gravísimas acusaciones […]

Causa risa mezclada con indignación y estupor, cuando en las tertulias televisivas de la Sexta Noche, algunos tertulianos como el periodista de El Mundo, el señor Eduardo Inda, acusa a Pablo Iglesias y su partido político «Podemos» de estar financiado por el «régimen bolivariano» -así se expresa el citado lenguaraz- y enseguida lanza gravísimas acusaciones al presidente Maduro y su gobierno: de violar los derechos humanos, de asesinar opositores, de la censura a los medios, de ser una dictadura terrible, en fin, todo el libreto bien aprendido del terrorismo mediático. Pero claro, él cumple su función, para eso trabaja para la prensa del gran capital transnacional y lo hace con lujo de detalles; esa es tu tarea: desprestigiar los avances y las grandes conquistas de la Venezuela bolivariana, que le duela a quien le duela, no claudicó ni claudicará por el sentido y lamentable fallecimiento del glorioso Comandante Hugo Chávez Frías, porque precisamente, su gran logro fue dejar bien sembrada en lo más profundo del alma del pueblo venezolano la convicción de la necesidad histórica inaplazable de acabar de construir la Patria Grande soberana y anti-imperialista más allá de su propia presencia física sobre la tierra de Nuestra América Mestiza. 

La lucha política de Chávez no se limitó a la búsqueda de una profunda transformación política, económica y social de Venezuela; su visión iba más allá, porque su propia raíz bolivariana se lo indicaba y se lo exigía. Así fue como lideró proyectos de la magnitud del Alba, de la Celac, del Banco del Sur, de Petrocaribe, de Telesur, por sólo mencionar los más emblemáticos que sembraron en toda Nuestra América lazos de dignidad, de solidaridad entre los pueblos y de fortalecimiento del anti-imperialismo y por ende, de la unidad de Nuestra América a través de gobiernos cada vez más claramente alineados en una postura soberanista, en especial los gobiernos del Alba -y de ellos, sobre todo Cuba, Bolivia y Ecuador- a los que también les ha tocado luchar contra el terrorismo mediático y la intromisión permanente de los imperios norteamericano y europeo a través de la USAID y su gran inversión de dinero en el apoyo a ongs proclives al imperio, y en la organización clandestina de la oposición a través de grupos paramilitares y golpistas, así como a través de los grandes monopolios mediáticos gringos y europeos. Y esa convicción de todo un pueblo, afortunadamente está siendo dirigida con coraje y buen pulso por el presidente Maduro, a pesar de todas las contradicciones internas de las fuerzas políticas del bloque de poder, que en un ejercicio de madurez política y de respeto por la libertad de expresión ha producido intensos debates ideológicos y seguro que de ellos, el gobierno bolivariano saldrá fortalecido, porque es justamente en la práctica dialéctica donde se forjan las soluciones políticas, económicas y sociales que los gobiernos revolucionarios ponen en práctica. Ningún poder externo, asistido por el terrorismo mediático que ha asolado -con mayor insidia e insolencia en el último año- el proceso revolucionario venezolano ha podido, ni podrá echar atrás lo iniciado por nuestro amado Comandante Chávez. De eso estamos seguros.

Pero de lo que no puede estar seguro ningún militante anticapitalista es de la claridad de una supuesta «postura ideológica de izquierda» de Podemos y de su carismático líder Pablo Iglesias, así como de algunos de sus destacados militantes que también acuden a la tertulia televisiva mencionada. La anterior afirmación se desprende al constatar la pifia que tuvo Pablo Iglesias antes de la elecciones al Parlamento Europeo -desde luego, han contado mucho sus cálculos electorales-, cuando le indagaron sobre las supuestas violaciones a los derechos humanos en Venezuela y no fue capaz de desmarcarse nítidamente de la «casta» -que él nombra tan reiteradamente- que ataca con saña uno y otro día al proceso bolivariano y a Cuba. En esa ocasión podría haber sido contundente al negar toda la patraña montada por los escuálidos y las fuerzas paracas -guarimbas venezolanas- sustentada por la prensa del gran capital. Pero la cosa no termina ahí, pues como decía,en repetidas ocasiones el señor Eduardo Inda y muchos de sus contertulios, incluídos políticos del PP y otros partidos como Ciudadanos, UP y D y hasta del PSOE continúan con sus acusaciones temerarias sobre el gobierno venezolano y sobre la supuesta filiación política del líder de Podemos al proceso bolivariano, pero hasta el día de hoy seguimos esperando una respuesta contundente de Pablo Iglesias y/o de sus compañero(a)s, donde se niegue ese tan manoseado y falaz término de «dictadura bolivariana» y defienda lo que no se puede negar: la diferencia indiscutible entre la Venezuela Bolivariana y la de sus -esos sí, comprobados- corruptos y criminales antecesores, que con la masacre del «Caracazo» de 1989 con más de 3000 víctimas entre muertos y desaparecidos, dejaron para siempre en la Historia, su impronta como fascistas de la más rancia estirpe y años después con el fallido golpe del 2002 apoyado por Aznar y su banda, la cínica ultraderecha españolista, seguía apoyando a esa jauría de vendepatrias -los mismos que hoy siguen apoyando a los escuálidos y sus guarimbas- que pretendían regresar al poder por la fuerza de las armas, pero se tuvo que enfrentar a todo un pueblo heróico que respaldó a su comandante al arrinconar a los golpistas.

«Silencio absoluto, y cobarde del señor Iglesias cuando, delante de sus narices, en sus muchos «debates» televisivos, se ataca y se miente de manera descarada y despreciable sobre Venezuela, sobre Cuba, Bolivia. ¿No sería muy sencillo, e instructivo, mucho más justo para con nuestros hermanos latinoamericanos, en vez de ayudar a perpetuar las mentiras sobre estos procesos que, es más que evidente, han transformado sus sociedades y mejorado de manera inimaginable hace 15 años las condiciones de vida de las clases explotadas, sin extremismo ninguno, sencillo, con los datos en la mano, defender tales procesos? No. Resta votos.» (extracto del formidable texto de Willy Toledo en su artículo del 27 de agosto al que enlazamos)

http://www.kaosenlared.net/component/k2/94767-willy-toledo-explica-en-un-art%C3%ADculo-sus-cr%C3%ADticas-a-podemos-el-twit

Por otro lado, me tranquilizó leer esta semana una entrevista que le hicieron a Pablo Iglesias para el periódico 20 minutos, donde por fin reconoce ser afín a la socialdemocracia, lo que precisamente derriba por su propio peso, la falacia de la prensa burguesa que pretende asociarlo con la causa bolivariana.

http://www.20minutos.es/noticia/2285129/0/pablo-iglesias-entrevista-podemos/mayoria-absoluta/corrupcion-elecciones/

Su postura ideológica y su pragmatismo político es algo que la militancia de la izquierda anticapitalista y antiimperialista del Estado español lo ha tenido claro desde sus primeros escarceos públicos, pero claro, cómo no va a reconocer ahora su simpatía por la socialdemocracia, cuando crece la audiencia y las encuestas lo impulsan a la cima, a pesar incluso, de los mismos medios que lo tildan insistentemente, sin ninguna razón, de ser un comunista o cuando menos, un bolivariano, términos que para ellos -los medios esbirros del capital- son insultos, pero que nada tienen que ver con la postura ideológica del líder de Podemos, que también hay que decirlo, tampoco nos desagradaría que tal como pintan las encuestas, el próximo año desalojase de la Moncloa al jefe de la caterva fascista, mafiosa, corrupta y ladrona que continúa campeando a sus anchas por todo el Estado español. De llegar al poder, al menos tendríamos con quien confrontar ideas con respeto y sin la chabacanería de los fascistas del PP, pero sobre todo, podríamos exigirle que el proyecto político de Podemos se posicione de una buena vez: que aclare si es de izquierdas o derechas y si defiende la lucha antiimperialista de los pueblos, entre ellas, la de la Venezuela Bolivariana y toda Nuestra América Mestiza.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.