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El Nuevo Herald manipula groseramente la información

Para informar que Bolton tiene pocas posibilidades de representar a EEUU en la ONU, retoman sus desmontadas acusaciones de que Cuba tenía armas biológicas

Fuentes: Rebelión

En su edición de hoy, martes 26 de Abril, El Nuevo Herald exhibe un titular de primera página, firmado por Pablo Bachelet, que dice textualmente: «Una incógnita si Cuba tiene o no armas biológicas». Cualquier lector puede pensar que existe nueva información sobre el tema, pero el artículo que aparece en la versión digital bajo […]

En su edición de hoy, martes 26 de Abril, El Nuevo Herald exhibe un titular de primera página, firmado por Pablo Bachelet, que dice textualmente: «Una incógnita si Cuba tiene o no armas biológicas». Cualquier lector puede pensar que existe nueva información sobre el tema, pero el artículo que aparece en la versión digital bajo ese título y con una foto de John Bolton apenas hace un recuento de la disputa que generó en 2002 el deseo de ese señor, por entonces Sub Secretario de Estado para el Control de Armamentos, de acusar impunemente a Cuba de tener un programa de armas biológicas; algo que no pudo probar nunca, y que desmintieron año por año desde esa fecha tanto el expresidente James Carter, como sucesivas delegaciones del Centro de Información para la Defensa y distinguidos académicos estadounidenses. Como que no existe, ni nunca ha existido un programa de Armas Biológicas en Cuba, y ello ha podido ser comprobado hasta la saciedad por diversas autoridades mundiales en el tema, no queda otra opción que reciclar una mentira flagrante del Sr. Bolton de hace unos cuantos años para volver a sacar a colación el tema. Después y en este último mes, se ha sabido que Bolton hasta trató de despedir o reprender a cualquiera que se atreviera a contradecirle en aquella osada imputación, no importa cómo, ni quién fuera. Esas y otras cualidades despóticas han aflorado en el análisis de su candidatura como Embajador ante la ONU en el Congreso, pero el Herald apenas destaca en primera plana la consabida letania de las mentiras de antaño.

Pero entonces, ¿cual es la noticia actual y por qué aparece hoy este refrito de mentiras y evidencias de manipulación? La verdadera noticia aparece en un subtítulo dentro de esta otra que exhibió su titular en primera plana. Dice esta otra noticia (esta vez sin foto) del periodista Rui Ferreira «Candidatura de Bolton: una misión imposible». Esta otra nota se refiere a que este fin de semana las dudas sobre la idoneidad de Bolton para el alto cargo en la ONU se han sembrado en el terreno de los mismos senadores republicanos que el gobierno de Bush había esperado que confirmaran de oficio a este señor como Embajador de los Estados Unidos en dicha organización internacional. Ya los demócratas habían hecho saber su disgusto por esa nominación. Ahora ya son cuatro los republicanos que ven inconveniente a este señor en dicho cargo, por lo que el periodista analiza que dicha aprobación puede convertirse en una batalla política inconveniente para la administración que hasta el momento ha decidido insistir yeyunamente en su candidato. Esta es la verdadera noticia actual, pero en vez de destacar este aspecto, el Herald prefiere volver a reciclar las mentiras sobre las armas biológicas en Cuba como su titular de primera plana.

No cabe más que preguntarse cuál es la objetividad editorial de un órgano que maneja así las noticias. Avergüenza pensar que alguien le concediera el Premio Ortega y Gasset que ostenta en el machón de la portada; pero ya es sabido que El Nuevo Herald es apenas un libelo que pretende «caer bien» en una comunidad que no tiene interés en informarse objetivamente, sino en justificar una postura política obsoleta y fuera del contexto de la realidad y la historia.


A continuación, la portada del Herald y las dos noticias citadas:

El Nuevo Herald de Miami. Primera página del periódico de hoy martes 26 de abril de 2005.


Primer artículo:
Posted on Tue, Apr. 26, 2005

Una incógnita si Cuba tiene o no armas biológicas

PABLO BACHELET / The Miami Herald

WASHINGTON


Hace Cuba un »intento» de desarrollar armas biológicas, o tiene un »programa? ¿Está «en desarrollo» o La Habana está »creándolo»? Y, ¿de dónde saca la inteligencia norteamericana su información sobre Cuba?

Estas preguntas se han mantenido latentes, pero con escasa atención de los medios de prensa, desde el 2002, cuando el subsecretario de Estado para el control de armas, John Bolton, declaró públicamente que Cuba llevaba a cabo un «intento limitado de investigación y desarrollo de armas biológicas ofensivas».

Pero ahora están recibiendo mucha más atención mientras Bolton, designado por Bush como embajador ante la ONU, se debate contra quejas de que trató de despedir o reasignar a dos analistas de inteligencia de los Estados Unidos porque no estaban de acuerdo con sus palabras sobre Cuba.

Las audiencias de confirmación de Bolton y sus testimonios anteriores ante el Congreso no revelan prueba verificable alguna de si Cuba está o no trabajando en armas biológicas, pero sí una visión fascinante de cómo la comunidad de inteligencia norteamericana ha manejado el lado semántico del asunto.

La disputa surge de un Estimado Nacional de Inteligencia (NIE, según sus siglas en inglés) secreto sobre el potencial de armas biológicas en todo el mundo, llevado a cabo por la CIA y otras agencias de inteligencia en 1999. Los funcionarios de los Estados Unidos que lo han visto dicen que el informe expresa por primera vez una profunda preocupación sobre Cuba.

Aunque el lenguaje exacto del NIE continúa siendo secreto, en marzo del 2002 Carl W. Ford, entonces jefe del ala de inteligencia del Departamento de Estado, hizo declaraciones públicas sobre algunos de los hallazgos del NIE. Ford dijo ante el Comité de Relaciones Internacionales del Senado que «los Estados Unidos creen que Cuba lleva a cabo al menos un intento limitado y en desarrollo de investigación y creación de armas biológicas ofensivas».

Añadió que asimismo La Habana »ha brindado biotecnología de uso dual a estados que no respetan la ley», una referencia a la venta de Cuba a Irán de biotecnología para usos médicos. Cuba ha negado todo trabajo en armas biológicas, pero admite las ventas a Irán.

Las declaraciones de Ford pasaron mayormente inadvertidas. Pero dos meses más tarde, el 6 de mayo, Bolton pasó a la primera plana de los periódicos al usar casi el mismo lenguaje en un discurso ante la Fundación Heritage en Washington.

Cuba lleva a cabo un »intento limitado de investigación y creación de armas biológicas ofensivas», afirmó Bolton, quien más tarde declararía ante el Congreso que no usó la expresión »en desarrollo», que Ford había usado, por ser «espuria».

En junio del 2002, el senador Christopher Dodd de Connecticut, por mucho tiempo un defensor del mejoramiento de las relaciones con Cuba, convocó una audiencia del Comité de Relaciones Internacionales del Senado sobre el tema.

Ford admitió ante los senadores que la distinción entre armas biológicas y trabajo legítimo de biotecnología era »un reto difícil para la inteligencia», pero se mantuvo en sus trece.

»Estamos sugiriendo claramente que Cuba está trabajando en armas biológicas», afirmó.

Aludiendo a algunas de las sutilezas semánticas a que se dedica a veces la comunidad de inteligencia, Ford explicó también por qué había usado la palabra »intento» y no «programa».

»Un intento, para nosotros, es la investigación y creación necesarias para la producción en el laboratorio de armas biológicas que pueden ser usadas de forma convencional», dijo. «Un programa sugiere para nosotros algo mucho más sustancial que lo que puede verse en las pruebas».

Y así quedaron las cosas hasta este año, cuando el comité del Senado que sopesaba la nominación de Bolton a la ONU recibió quejas de sus ataques a dos analistas de inteligencia, Christian Westermann del Departamento de Estado y Futon Armstrong, ex analista principal de la CIA para Latinoamérica, debido a que no estuvieron de acuerdo con su discurso sobre Cuba.

Bolton negó haber tratado de forzar el punto de vista de la inteligencia sobre Cuba. Pero las transcripciones del Comité del Senado muestran que él había tenido un encontronazo con Westermann, entonces el especialista interno en armas biológicas del Departamento de Estado, un mes antes del primer discurso de Ford ante el Congreso, cuando Bolton envió su discurso a la Fundación Heritage para ser aprobado por Westermann.

Se desconocen hasta el momento las palabras exactas del borrador que Bolton envió a Westermann. Pero, de acuerdo con un informe del 7 de julio del 2004 del Comité de Inteligencia del Senado, centrado principalmente en las evaluaciones de preguerra de los Estados Unidos de las armas de exterminio masivo de Irak, Westermann hizo objeciones al lenguaje propuesto por Bolton.

Westermann propuso un lenguaje alternativo que no decía nada sobre la creación de armas biológicas: «Cuba ha demostrado que se ha propuesto crear una infraestructura de biotecnología altamente avanzada y arreglar una colaboración internacional con estados que no respetan la ley, que podría incluir la proliferación de tecnologías de uso dual a países que se considera poseen armas biológicas».

Fue entonces que la furia de Bolton se descargó sobre Westermann. Y el discurso que finalmente pronunció ante la Fundación Heritage, presumiblemente aprobado para entonces por la inteligencia norteamericana, incluyó un lenguaje mucho más fuerte sobre las armas biológicas.

¿Y cuáles son las pruebas contra Cuba?

Ford testificó en junio del 2002 que las pruebas eran »sustanciales». Sin embargo, y al mismo tiempo, admitió que ninguna información de los Estados Unidos sobre el potencial de armas biológicas de Cuba procedía de cubanos que hubiesen trabajado directamente en dichos programas. De los cubanos entrevistados, añadió, «ninguno de ellos poseía pruebas directas».

Bolton dijo en marzo del 2004 a un comité del Congreso que »la prueba de la existencia de un esfuerzo en desarrollo de investigación y creación de armas biológicas por parte de Cuba era sólida», pero añadió que parte de la información de los Estados Unidos provenía «de fuentes cuyo acceso, confiabilidad y motivaciones son cuestionables».

Bolton admitió asimismo que la habilidad del gobierno de los Estados Unidos para evaluar cualquier programa de armas biológicas de Cuba había sido envenenada en principio por Ana Belén Montes, una analista cubana de la Agencia de Inteligencia de Defensa que confesó haber servido de espía para La Habana y fue sentenciada a 25 años de cárcel en el 2002.

Bolton declaró ante el panel del Congreso que Montes »envió de vuelta a La Habana parte de nuestra información más delicada sobre Cuba», y que su trabajo de espionaje había «fortalecido materialmente los esfuerzos de Cuba para la negación y el engaño».

En el pasado septiembre, el New York Times reportó que la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos había concluido que ya no estaba claro si Cuba poseía un programa de armas biológicas activo o no, citando a un funcionario de inteligencia no identificado que afirmaba que la comunidad de la inteligencia «continuaba creyendo que Cuba poseía el potencial técnico para dedicarse a algunos aspectos de un programa de armas biológicas ofensivas».

Poco después, un funcionario de inteligencia trató de explicar al Herald la nueva posición:

»No estamos diciendo con absoluta seguridad que ellos no tienen un programa de armas biológicas», declaró el funcionario. «Lo que estamos diciendo es que hemos perdido parte de nuestra confianza en que lo tienen».

FIN DEL PRIMER ARTÍCULO.

Esta otra noticia fue publicada el mismo día que la anteriormente enviada, pero con menos despliegue, sin foto y como de segundo orden con respecto al titular que vuelve a lo dicho hace dos años por Bolton. Esta, que es la noticia actual, es sólo un segundo plano de la otra, que es un refrito de la bronca de hace dos años.

SEGUNDO ARTÍCULO:

Posted on Tue, Apr. 26, 2005

Candidatura de Bolton, una «misión imposible»

RUI FERREIRA

El Nuevo Herald


Cada día que pasa, el nombramiento del subsecretario de Estado John Bolton como embajador en Naciones Unidas parece ser una especie de »misión imposible» para los republicanos en el Senado, en quienes Bush ha depositado la esperanza de que logren la aprobación del último nominado a su gabinete.

Los demócratas han pedido abiertamente que renuncie al nombramiento. »Si no renuncia, el Presidente pasará una vergüenza muy grande», dijo el senador Christopher Dodd, reflejando optimismo.

Las esperanzas de la Casa Blanca comenzaron a desvanecerse después que este fin de semana otro senador republicano, el cuarto en menos de dos semanas, manifestó sus dudas sobre el tema y admitió abiertamente que muy difícilmente se nombrará a Bolton.

»Está demasiado reñido», indicó el senador Arlen Specter, una voz importante, escuchada y atendida en el Senado y la Casa Blanca. Presidente del poderoso Comité Judicial del Senado, el republicano Specter añadió que «lo mejor sería llevar esto al pleno del Senado, porque la Constitución manifiesta que … la aprobación depende del [pleno del] Senado».

»Esto es un asunto importante para el Presidente, quien está definiendo el tono de nuestra política exterior, y es muy, pero muy importante por la forma en que vamos a manejar las Naciones Unidas», agregó Specter.

»Ahora estamos en un período muy delicado», prosiguió el senador, »y tenemos de estar seguros de que quienquiera que vaya allí tiene que tener la habilidad de poder trabajar con una enorme diversidad de grupos de todo el mundo», subrayó Specter.

La opinión de Specter no podía haber surgido en un peor momento para Bolton. El sábado, el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, quien debe volver a reunirse en la primera semana de mayo para decidir sobre el nombramiento, recibió una carta de una ex empleada de la Agencia Internacional para el Desarrollo, Lynne Finney, quien asegura que fue despedida después que se opuso a una pretensión de Bolton.

En la carta, Finney sostiene que Bolton le ordenó que presionara a otros países en el seno de la Organización Mundial del Comercio, para que votaran contra la liberalización del comercio de alimentos para bebés en los países en desarrollo.

Las acusaciones contra Bolton se han centrado en el comportamiento hacia sus subordinados, pero algunas de esas quejas han sido sobre su actitud la que pudiera interferir con la capacidad de EEUU de mantenerse al tanto de lo que ocurre en el mundo.

Sergio Jorge Pastrana es secretario de Relaciones Exteriores de la Academia de Ciencias de Cuba