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Periodista Digital se hace eco de un bulo para criminalizar al diario Gara

Fuentes: Rebelión

La supuesta noticia vio la luz en el Diario Montañés, el pasado sábado: La Fiscalía investiga el supuesto envío de datos de diez concejales a ‘Gara’. Con ese titular y con un contenido convenientemente manipulado, la historia prometía. Rápidamente Periodista Digital repescó el bulo y, ocultando ciertos detalles de la noticia, parió la suya. Al […]

La supuesta noticia vio la luz en el Diario Montañés, el pasado sábado: La Fiscalía investiga el supuesto envío de datos de diez concejales a ‘Gara’.

Con ese titular y con un contenido convenientemente manipulado, la historia prometía. Rápidamente Periodista Digital repescó el bulo y, ocultando ciertos detalles de la noticia, parió la suya. Al fin y al cabo, ¿a quién le importa la veracidad cuando el objeto a criminalizar es el diario Gara?

Abonados a la máxima de que «todo es ETA», Periodista Digital contaba en su relato que: «El Ayuntamiento de Santander ha abierto una investigación interna en la Policía Local y ha pedido la intervención de la Fiscalía, después de que aparecieran en la sede del Cuerpo ‘panfletos’ en los que se detalla información sobre los domicilios y costumbres del Jefe de la Policía Local y de diez concejales, junto a la frase ‘pendiente de envío’ a un número de fax, que ha resultado ser de un colaborador del diario Gara».

Un primer párrafo contundente. ETA sobrevuela el ayuntamiento de Santander. Pero ¿qué decía el resto de la noticia?

Pues nada, o muy poco. El artículo relataba el tira y afloja de una negociación laboral entre policía municipal y ayuntamiento después «de que trascendiera que el gobierno de la ciudad pretende retirar a los agentes el complemento de baja laboral como medida para evitar el alto absentismo en el Cuerpo». Que tras una protesta frente al Ayuntamiento «aparecieron entonces unos panfletos, tamaño folio, en los que figuraban nombres, direcciones, matrículas de vehículos y hábitos de vida del jefe de la Policía Local y de diez concejales de los tres partidos representados en el Ayuntamiento» y que los datos formaban parte «de la documentación recabada con ocasión de los atentados cometidos por ETA en Santander. Esos informes que custodiaba la Policía Local, se elaboraron para reforzar la protección de los concejales santanderinos».

Hacia el final del texto, el lector (si para entonces no había abandonado su lectura) se iba enterando de que en «el Ayuntamiento no creen que los datos se hayan hecho llegar a su destino» [¿qué destino?] y que, en consecuencia, el alcalde atribuyó «lo sucedido a ‘algún descerebrado’ que pretende utilizarlo como ‘medida de chantaje o de presión’ con el fin de ‘coaccionar’ y ‘acobardar’ al equipo de Gobierno en la negociación abierta con la Policía Local».

Fin de la noticia.

¿Qué silenció Periodista Digital?

Tras un primer párrafo fulgurante, la noticia pasaba de puntillas en la relación entre ETA y el objeto de la noticia y no volvía a referirse ni a Gara, ni al terrorismo, ni a Euskadi. Palabras sinónimas en el libro de estilo de Periodista Digital.

La historia, efectivamente, tiene que ver con el enfrentamiento por una cláusula del régimen laboral de los policías locales. Pero lo que no aclaraba el ínclito diario digital es que junto a las fotocopias repartidas con los datos confidenciales de los ediles se incluía otra donde se podía leer que la documentación estaba lista para su envío a través del fax de la Policía Local a una persona residente en San Sebastián. Según el Diario Montañés (algo omitido por Periodista Digital) «se comprobó que el apellido de esta persona es el mismo de uno de los colaboradores del diario ‘Gara’, el periódico vasco cercano a ETA».

Es decir, al calor de un enfrentamiento laboral un «descerebrado» (que apenas tiene importancia para los redactores de la noticia) reparte durante una concentración de protesta «panfletos» con datos confidenciales sobre los concejales y con la leyenda «pendiente de envío» a un número de fax de San Sebastián, de alguien con el mismo apellido que «uno de los colaboradores del diario Gara».

La sombra de ETA es alargada.

¿Hacen falta más pruebas?

Pero por si semajante desfachatez no fuera suficiente, Periodista Digital omite la información relativa a que las investigaciones internas de la policía local de Santander y de la fiscalía se centran en el autor del delito (quien distribuye la información con direcciones, matrículas de vehículos y hábitos de vida del jefe de la Policía Local y de diez concejales de los tres partidos representados en el Consistorio) y no en la identidad del supuesto periodista vasco de Gara. Quien, muy probablemente, nada tendrá que ver en este bulo.

Si hubiera adoptado un tono irónico, Periodista Digital habría confeccionado su artículo de forma más risible. Al menos se habría podido leer como un artículo de humor y no de supuesto periodismo objetivo e imparcial.

Pero sería absurdo esperar una rectificación o aclaración de su proceder, el periodismo dependiente no puede hacerlo en honor a la verdad. Antes tendría que pedir permiso a sus proxenetas, sus accionistas y sus anunciantes que son, no lo olvidemos, los que realmente mandan en la publicación, y no los lectores. Estos sólo sirven de relleno y para inflar los precios de sus módulos publicitarios.