La prensa escrita alemana está en crisis. Entre la presión del mercado y la exigencia profesional, el diario Frankfurter Rundschau protagonizó un episodio curioso.
Fueron dos letras que provocaron la retirada de otras 500.000, es decir, de todo el diario. La edición del martes del Frankfurter Rundschau (FR) apenas llegó a los quioscos para luego ser retirada. La culpa la tenía la ausencia de dos letras. Debajo del nombre en la primera plana no se podía leer el rótulo ‘Diario Independiente’, como en los demás periódicos.
En cambio, el FR se presentaba ante sus lectores como ‘diario dependiente’. Ahora se especula si se trató de un sabotaje interno o de un simple error de impresión, como afirman los editores responsables.
La noticia no sería tal, si no fuera porque el FR fue rescatado hace poco de la bancarrota por el Partido Socialdemócrata del canciller Gerhard Schröder. Desde siempre un diario de la izquierda, la publicación con casi seis décadas de vida intenta justificar ahora lo sucedido con un tono bromista.
Entre socialdemocracia y la ‘ley de Murphy’
Según un comunicado del FR en Internet, todo se debe a un error informático a raíz del sistema de edición Hermes de la empresa Unisys. Lejos del rigor periodístico y la proverbial profundidad alemana, el diario hace referencia a la mala suerte y se remite incluso a la ‘ley de Murphy’.
Un retrato de Woody Allen sufrió una rara alteración en la diagramación de la portada del diario y la cabeza de Allen terminó tapando las dos letras que hicieron tropezar al diario entero.
De la broma a la realidad
Dicen que ‘entre broma y broma la verdad se asoma’. Siguiendo la línea bromista aplicada por el propio FR, todo parece ser una conspiración de la mala fortuna, del señor Murphy, sin olvidar al fino comediante Woody Allen.
Como si de una ironía accidental se tratase, el resultado pone de relieve una verdad que no sólo vale para el medio en cuestión. La ‘prensa independiente’ debe verse como un intento, pero no como una verdad absoluta.
Las dependencias de los medios de comunicación son en primer lugar económicas. La influencia de los anunciantes es importante, aunque también se nota el peso de los gobiernos.
Lo que resta es un ejemplo involuntario de la presión sobre los medios para defender su credibilidad ante los lectores y las audiencias por un lado, y el reto de mantener su viabilidad económica, por el otro.
Casualidad o no, el episodio que dio el papel protagonista al Frankfurter Rundschau sirve también como un síntoma de los medios de comunicación.