Aunque el lector advertirá que el título es figurativo, que no refiere a Clarín únicamente, ni a «asesinar» en sentido literal, notará también que lo que el artículo pretende poner sobre el tapete es un problema no frecuentemente abordado: La relación entre las posibilidades de los políticos de salir en TV y sus chances de […]
Aunque el lector advertirá que el título es figurativo, que no refiere a Clarín únicamente, ni a «asesinar» en sentido literal, notará también que lo que el artículo pretende poner sobre el tapete es un problema no frecuentemente abordado: La relación entre las posibilidades de los políticos de salir en TV y sus chances de competir y ganar en elecciones. A partir de esto se analiza el posible escenario político-mediático para los próximos meses.
En el año 2003 un partido político netamente anticapitalista como Autodeterminación y Libertad -AyL- llegó casi a lograr un 13% de votos en las elecciones de Capital Federal. Eran tiempos en los que todavía flotaba en el aire la tensión social que había estallado el 19 y 20 de diciembre de 2001, todavía había plena asistencia de vecinos a las asambleas barriales y todos sentíamos que si nos uníamos teníamos un gran poder para enfrentar a las elites económicas y políticas.
En ese clima en el que las principales instituciones que representan al capitalismo se habían burlado abiertamente de todos nosotros, comenzaron a despertar interés políticos como Zamora, referente de AyL, y eso fue lo que motivó a diversos programas periodísticos a invitarlo y darle espacio para que desarrollase sus planteos. Estas apariciones en TV permitieron que fuera conocido por mucho más gente y ayudaron para que llegara a ser la 3ª fuerza en Capital, después de Macri y de Ibarra.
En 2005 Zamora no recibió casi invitaciones a programas de TV, y las pocas referencias mediáticas en las semanas previas a la elección se enfocaban en ciertas rupturas que se habían dado al interior de AyL. Como una anécdota tragicómica nos contó este político -en una entrevista- que cinco días antes de la elección una persona que lo había reconocido en la calle se acercó a saludarlo y le preguntó «¿Qué pasó que no se presentó en estas elecciones, jefe?». En esas elecciones Zamora obtuvo el 3,5 de los votos y no logró renovar su banca de diputado. Los medios lo habían «borrado» del escenario político.
La propuesta de Pino Solanas junto a Proyecto Sur tiene diferencias con respecto a la de Luis Zamora. Sin embargo, si se lee su plataforma se verán puntos que producirían transformaciones sociales y políticas profundas, como el paso de una democracia representativa a una democracia participativa, o la suspensión de la entrega de los recursos naturales a corporaciones extranjeras.
Estos puntos en principio no parecen del todo compatibles con los intereses de medios de comunicación cuyos principales auspiciantes son corporaciones extranjeras. Lógicamente, quienes se quedan con gran parte de la riqueza producida en el país no quieren grandes transformaciones ni mucho menos una redistribución de la riqueza.
No obstante Pino Solanas ha aparecido en los últimos meses con cierta frecuencia en los medios televisivos. Pero no por mucho tiempo más. El 24 % que sacó en Capital ha sido más de los que esperaban, quizás una señal de alarma, y lo cierto es que los principales multimedios tienen ya sus alianzas definidas con propuestas políticas menos transformadoras. Es altamente probable que partir del 2011 sencillamente Proyecto Sur desaparezca de la escena política argentina.
Los grandes cambios que propone este partido son lo último que querrían las elites dominantes que controlan los medios masivos de comunicación. Si le han dado espacio hasta ahora ha sido por dos razones: Porque les sirve para atacar desde otro frente al Gobierno Nacional, hoy enemistado profundamente con ellos, y porque Pino ha sabido pulir su discurso para no generar una confrontación directa con los medios que lo invitan. Una fuerza política que no posee medios masivos de comunicación ni alianza con alguno de ellos no tiene otra chance de darse a conocer que no sea seguir siendo invitado a los programas periodísticos cuando sus directores lo dispongan. Y para eso hace falta tener cintura política, discursiva, si no se coincide ideológicamente con ellos, y aun así no hay ninguna continuidad garantizada.
Una lectura realista -quizás aprendiendo de experiencias como la de Zamora- del escenario político lleva a advertir que en cuanto detectan algo que no les gusta los medios tienen la capacidad de desaparecer a un candidato político.
Por todo esto es muy probable que comenzando el año electoral 2011 empiecen a evidenciarse aun más las alianzas y las apuestas políticas de los canales de TV. Clarín y sus canales TN, 13, Metro, etc mostrarán reiterativamente a Macri frente a periodistas que no harán ninguna pregunta incómoda a pesar de los abundantes delitos e irregularidades del empresario. América y América 24 darán cierto lugar a De Narváez intentando mantener cierta discreción, ya que la vinculación es mas visible que en el caso de Macri y Clarín.
Ambos conglomerados mediáticos sin embargo coincidirán en un contenido común: La reiteración de los casos de delincuencia probablemente inunde las pantallas en el 2011 y aunque las muertes producidas por esta causa sean cien veces menor a las que produce el tabaquismo, o a las que generan los accidentes de tránsito, todos sentiremos miedo frente a la posibilidad de que nos roben. Esto es una estrategia política extendida en todo el mundo por los políticos de derecha: Descubrieron que si la gente está muy asustada ya no tiene interés en analizar propuestas ni exigir políticas de redistribución de la riqueza. Solo quiere protección.
Canal 11, y C5N intentarán mantener cierta neutralidad, aunque se los acuse de pactar con el kirchnerismo, no parece haber mayor pacto que el de abstenerse de atacar sistemáticamente al Gobierno. Canal 7 y los programas de la productora PPT seguirán batallando sin esconder su posicionamiento y combatiendo discursivamente -y en relación de desventaja- contra las corporaciones mediáticas más poderosas del país. Hay que decir sin embargo que buenos réditos parecen darle al Gobierno Nacional y puede sostenerse que sus contenidos hacen más plural a una TV que tendería a la extrema derecha en su ausencia. Es lógico que desde los pulpos mediáticos se ataque a estos programas, como 678 o «Duro de Domar», los monopolios querrían poder atacar sin que haya una defensa.
Sin embargo esto no puede dejar de evidenciar la enorme desventaja -y por ende injusticia- en la que quedan quienes no puedan acceder a la comunicación masiva de manera regular, o frecuente. Este es sin dudas el mayor problema que enfrentan fuerzas emergentes como Proyecto Sur. Si dependen de que Tenenbaum pida permiso a Magnetto, o de que Rozín o Grondona se despierten un día con espíritu rebelde, es más que probable que los espacios se vayan achicando conforme se acerquen las elecciones. En este sentido quizás deban apelar a algo completamente innovador, como podría ser el pago de un espacio semanal en algún canal de los menos comprometidos con un candidato, de los mas mercenarios, por así decirlo, como podrían ser el Canal 26 o C5N.
Es necesario aclarar, por último, que esta «desaparición», o «eliminación» en términos de espacios de difusión, no será absoluta. Lo será en las proporciones completamente desiguales que asignarán a la aparición de cada candidato. Si definitivamente no dieran jamás lugar a un candidato conocido pondrían en evidencia sus intenciones y arriesgarían aun más su credibilidad. Lo que harán quizá será invitar una vez a algún referente de Proyecto Sur o del Socialismo, por cada veinte que lo inviten a Macri, a Michetti o a De Narváez. Con este tipo de trucos ellos creen que pueden sostener una imagen de pluralidad. Cada uno sabrá si creerles o no. Y en manos de todos queda decidir hasta cuando toleraremos que un puñado de millonarios se adueñen de la mayor parte de los espacios de comunicación de nuestra sociedad.
Blog del autor: http://comunicacionpopular.com.ar/clarin-intentara-asesinar-a-pino-solanas/
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