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El papel de la mujer en la información

¿Qué realidad reflejan los medios?

Fuentes: Alai

Los medios de comunicación deberían ser la principal fuente de información sobre lo que realmente ocurre en el mundo. Pero, ¿lo son? Si el 52% de la población no resulta visible a través de los medios, ¿de qué realidad hablamos?Estas y otras preguntas se hicieron los cientos de activistas que el 16 de febrero de […]

Los medios de comunicación deberían ser la principal fuente de información sobre lo que realmente ocurre en el mundo. Pero, ¿lo son? Si el 52% de la población no resulta visible a través de los medios, ¿de qué realidad hablamos?

Estas y otras preguntas se hicieron los cientos de activistas que el 16 de febrero de 2005 participaron del Monitoreo Mundial de Medios de Comunicación, que se realiza cada cinco años desde 1995, con el auspicio de la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC). Un año después y con los resultados de este tercer monitoreo en las manos, sus resultados vuelven a revelar la invisibilidad de las mujeres en el mundo de las noticias.

Sólo una de cada cinco noticias tiene a las mujeres como actoras centrales. O sea, apenas en el 21% de la información que circula por el globo las 24 horas del día cuenta con mujeres como sujetos de información, ya sea porque se habla de ellas o porque ellas son fuente directa de información. Si bien significa un progreso en relación a 1995 (17%) y 2000 (18%), tenemos que considerar que por cada mujer en las noticias, aparecen 5 varones. La inequidad de género es indiscutible.

Este dato se ve agravado por otra constatación: no existe ningún tópico en el que las mujeres superen en número a los varones como actoras o referentes. Hasta para informar sobre temas en los que hay tantas expertas, como es el de la violencia de género, la voz que prevalece es la masculina (64%).

Las mujeres de las que más se habla pertenecen al show-business, las denominadas «celebridades» (42%) o a la realeza (33%). Las que más aparecen opinando en los medios lo hacen como testigos (30%), o dando su parecer personal (31%) o hablan como representantes de la opinión popular (34%). Por el contrario, los hombres constituyen el 83% de los expertos consultados y el 86% de los voceros para tratar temas de gobierno, política o economía principalmente.

Otro detalle interesante es que las mujeres mayores de 50 años «desaparecen» de los medios. Casi el 50% de los sujetos de noticias son hombres mayores de 50 años, mientras que las mujeres de esa edad o mayores se vuelven irremediablemente invisibles y su opinión ya no parece contar. El 75% de las mujeres que resultan actoras de información son menores de esa edad.

La diferencia también es notoria entre las presentadoras y periodistas. Hasta los 35 años superan a los varones en estos puestos, sobre todo ante las cámaras televisivas. Luego de esa edad, su número va disminuyendo paulatinamente hasta casi desaparecer. Son pocas las que sobreviven a esta discriminación, casi siempre con la ayuda de siliconas y «lifting» que resultan valer mucho más que la experiencia o la materia gris para los medios.

Otro dato que sorprende es que la imagen de las mujeres como víctimas duplica a la de los varones. Aun ante accidentes o desastres naturales, donde varones y mujeres se ven afectados por igual, son las imágenes de mujeres víctimas llorando o sufriendo las que dominan la información. Esto refuerza el estereotipo de «sexo débil», de seres incapaces de valerse por sí mismas o de hacer frente a la adversidad.

¿Y los contenidos?

En materia de contenidos, las cosas no van mejor para las mujeres. Sólo el 10% de las noticias se centró en las mujeres y el lenguaje utilizado tiende más a reforzar estereotipos que a desafiarlos. Tampoco es frecuente encontrar notas escritas con perspectiva de género. Además, el lenguaje utilizado mayormente tiende a reforzar los roles tradicionales de maneras sutiles.

Del sexismo en el manejo de imágenes e información no hace falta ser muy descriptivo. Las mujeres presentadas como objeto de consumo siguen poblando los medios, sobre todo a través de la publicidad o «adornando» notas variadas. El sexismo también invade la información deportiva, policial e incluso la política.

Pero también hay lugar para la esperanza, porque no son pocos las redactoras y los redactores que trabajan con perspectiva de género y de equidad, aunque todavía falta mucho para que el tratamiento de los temas «duros», como política y economía, se vean permeados por esta mirada.

No obstante, alienta constatar que hay varones que comienzan a comprometerse con este tipo de análisis. Esto es singularmente importante, porque las cuestiones de género no corresponden sólo a las mujeres analizarlas sino que es vital que los hombres también se involucren en el tema. El monitoreo de 2005 constató que el 53% de las noticias con perspectiva de género o de equidad habían sido escritas/transmitidas por hombres.

Buscando cambios

El resultado del monitoreo mundial de 2005 acaba de conocerse. Seguramente seguirán análisis más profundos de sus resultados. Pero con estos primeros datos, ya podemos comenzar a pensar en como logramos los cambios a una modalidad imperante de presentar la información.

Una de las riquezas de este monitoreo es que mujeres y hombres de distintas edades y de numerosos países participan con entusiasmo de esta actividad, siguiendo las pautas trazadas por los organizadores para la recolección de datos. De esta manera, bien participativa, en 2005 fue posible realizar el monitoreo en 76 países, tomando 12.893 noticias, tanto escritas como radiales y televisivas. La muestra es importante como para dar sustento a propuestas para el cambio.

En su informe, WACC propone entre otras medidas, la sensibilización de los y las periodistas a las cuestiones de género. Empecemos, entonces, por casa. Consideremos con sinceridad la medida en que diariamente obviamos tener en cuenta una perspectiva de equidad de género e igualdad de oportunidades cuando hacemos nuestro trabajo como comunicadores y comunicadoras. Las transformaciones que podamos ir plasmando día a día en nuestras actitudes, lenguaje y tratamiento de la información serán fundamentales para cuestionar esas relaciones de poder que tanto han sojuzgado a las mujeres y aprisionado a los hombres y sentar las bases para formas liberadoras de relacionamiento, sin jerarquías y con equidad.

Fuente: Informe del Monitoreo Mundial de Medios de Comunicación 2005, www.whomakesthenews.org

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