Durante la semana del 10 al 17 de agosto Antena 3 dedicó espacio informativo al problema de la okupación todos los dias a excepción del domingo
Frames de differentes programas de Espejo Público, en Antena 3
“Es el tiempo del miedo” (Eduardo Galeano)
“Prácticamente cada día les contamos historias de propietarios que tienen sus viviendas okupadas”. Así reconocía Matías Prats el sábado 15 de agosto a mediodía la apuesta informativa de Antena 3 por los casos de okupaciones. También lo hacía Lorena García en Espejo Público el jueves 13: “Hablamos ahora de okupación, un problema que nos preocupa prácticamente a diario en este programa”. Y así fue durante esa semana: en Espejo Público se habló de estos casos de lunes a viernes; en los informativos, tanto al mediodía como por la noche, aunque descansaron el domingo.
El lunes de la semana pasada, los titulares se centraron en la ‘Alerta okupación’ y en los ‘Okupas impunes’, con declaraciones de varios agentes que aseguraban sentirse “atados de pies y manos” y reclamaban un cambio legislativo. Un cuarto de hora en Espejo Público y prácticamente dos minutos en cada informativo, con noticia en el sumario inicial incluida.
El martes, el leit motiv eran los ‘Okupas con abogados’, a raíz del vídeo viral en el que una mujer pedía a unos vecinos que se pusieran en contacto “con el abogado”. Poco después, explicó a Cuatro que se trataba de un “malentendido” ya que ella no había usurpado ninguna vivienda, sino que estaba asesorando a una familia en situación muy vulnerable: “Esto era una excepción porque esta vivienda estaba abandonada desde 2013”, argumentó. Tras el acoso que sufrió en las redes anunció este lunes a ‘El Mundo’ que pensaba irse al extranjero.
Ese mismo martes también conectaron con el mundo rural para conocer a los ‘Okupas en Toledo’ que tienen “invadidos” varios pueblos en la región. Casi 20 minutos en Espejo Público y otros dos en cada informativo; de nuevo, sumario mediante.
El miércoles, conexión desde Cubelles (Barcelona). Música de tensión y voces distorsionadas de vecinos que aseguraban estar “viviendo un auténtico infierno”. Uno de ellos rompe a llorar. 12 minutos en Espejo Público –que ese día titula el vídeo en Atresplayer con este caso– y tres minutos y medio entre ambos informativos, que a continuación siguen con información sobre delincuentes que roban a turistas.
El jueves, alternan ‘Los políticos y okupas’ y ‘Okupan su taller’. Hablan Joan Ribó, alcalde de Valencia, y Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid. El primero propone ir a la raíz del problema para poder atajarlo, poniendo en el mercado vivienda social asequible; Villacís defiende que hay que echarlos. Mismo vídeo del día anterior en el que un señor llora de impotencia. Después, el propietario del taller que da título a la segunda pieza cuenta su lucha por recuperarlo. Nueva noticia: en Badalona, el Ayuntamiento dota a la policía de drones con cámara que lanzarán mensajes y vigilarán a los okupas. Por la noche, antes y después de la ración diaria de okupas, noticias de robos y de asaltos a turistas. Más de media hora en Espejo Público y dos minutos en cada franja de informativo.
El viernes, vuelve el ‘Dron cazaokupas’ y una usurpación durante una reforma. Antes, pintadas vandálicas en los trenes. 27 minutos en Espejo Público y tres minutos y medio en los informativos.
El sábado termina la ‘semana de la okupación’ en Antena 3 con ‘La batalla legal contra los okupas’, un reportaje en el que los registradores de fincas piden un endurecimiento de la ley. Casi dos minutos.
En contraste, en La Sexta –perteneciente al mismo grupo de comunicación que A3– el tiempo dedicado a la okupación durante la misma semana fue bien diferente: 0 minutos. Una simple búsqueda en Google da el mismo resultado: la palabra “okupa” aparece 0 veces en lasexta.com en la última semana; el mismo término, en antena3.com, arroja 15 noticias en los últimos 7 días. Este medio ha tratado de contactar con Atresmedia para conocer esta diferencia entre un canal y otro, sin haber recibido respuesta por parte de la corporación.
La abogada Alejandra Jacinto señalaba en una columna en eldiario.es la cantidad de tiempo que las televisión estaba dedicando a este tema. Jacinto explicaba cómo los medios de comunicación son capaces de “hacer noticia” de cualquier tema para paliar la presunta sequía informativa que suele darse en el verano. Sin embargo, no comprendía cómo este verano, en mitad de una crisis sanitaria, se ponía el foco en el fenómeno de la okupación “sin explicar sus causas, y con una falta de rigor considerable” tildando de la misma manera un allanamiento de morada, la entrada en una vivienda abandonada de un fondo buitre, el caso de un inquilino que no puede pagar una subida en el precio de la renta u otros casos que acaban en el mismo saco informativo.
De esta forma, un problema –que existe, y negarlo, además de faltar a la verdad, es contraproducente para quienes defienden la ocupación como alternativa al problema de la vivienda– acaba por convertirse en el problema. Matías Prats aseguró que “prácticamente cada día” cuentan “historias de propietarios que tienen sus viviendas okupadas”. La realidad no es así, puesto que la mayor parte de las informaciones que esa semana aparecieron en A3 estaban relacionadas con vecinos que se quejaban del problema que vivían en sus barrios. La aparición de propietarios fue prácticamente nula.
Los datos demuestran que la okupación de viviendas de particulares es minoritaria. “Hay que señalar que la probabilidad de que alguien ocupe tu casa habitual es prácticamente nula”, explican en la web de VMS Abogados. Una opinión que sostiene también Naomi Abad, abogada de Red Jurídica, que asegura que casi la totalidad de casos que ella ha llevado “han sido casas de bancos y casas abandonadas”: “Hay que luchar contra el mito de que la gente okupa casas de particulares, porque no es así”.
El negocio del miedo
La televisión tiene la capacidad de crear climas de opinión. El sociólogo Enrique Gil Calvo, autor de ‘El miedo es el mensaje. Riesgo, incertidumbre y medios de comunicación’ (Alianza Editorial, 2003) defendía hace casi dos décadas que estábamos asistiendo a un incremento de la alarma social en Occidente, tanto a través de “malas noticias sobre lo que ya ha sucedido como con malos anuncios de posibles sorpresas escalofriantes que podrían estar a punto de ocurrir”. Un estudio de Jesús María Osés Gorraiz y Aritz Bermejo Ayestarán, de la Universidad Pública de Navarra, sobre ‘El miedo en los informativos de televisión’ demostraba que “los informativos con mayor porcentaje de ítems negativos son los de Antena 3 (61,72%), seguidos de cerca por los de Telecinco (59,34%) y a distancia por los de TVE 1 (48,31%)”.
El potencial del miedo es infinito. “El miedo es la materia prima de las prósperas industrias de la seguridad privada y del control social”, explicaba Eduardo Galeano en 2006. Solo hace falta que la demanda crezca “tanto o más que los delitos que la generan” y que los expertos aseguren que así seguirá siendo. De esta forma florecerá el negocio del miedo “mientras todos, quien más, quien menos, nos vamos volviendo vigilantes del prójimo y prisioneros del miedo”.
Y así, empresas como Securitas Direct abren su web con un mensaje claro: “Protégete frente a la ocupación con Securitas Direct”. En 2018, los robos con fuerza en las viviendas fueron 9 veces más numerosos que las okupaciones –107.188 frente a 12.214 usurpaciones, siendo el 80% de estas en viviendas de bancos o viviendas abandonadas, según varios estudios–. Pero el clima de opinión generado por los medios de comunicación hace que para las empresas de seguridad sea más eficaz hacer referencia a las okupaciones que a los robos. Algo que parece haber cambiado en los últimos años, ya que en 2017 la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial (Autocontrol) pidió la retirada de un anuncio de alarmas por utilizar el miedo al robo de una forma desproporcionada.
Pero no solo cabe apuntar al miedo como fin, sino también al sensacionalismo como arma económica para los propios medios que buscan aumentar sus audiencias. Como bien explicaba Pierre Bourdieu en ‘Sobre la televisión’, la crónica de sucesos “siempre ha constituido el pasto predilecto de la prensa sensacionalista; la sangre y el sexo, el drama y el crimen siempre se han vendido bien, y el reinado de las audiencias tenía que hacer que ocuparan las portadas de los telediarios”.
En estos momentos, las okupaciones se han convertido en las reinas de los sucesos, porque remueven por dentro y porque tocan uno de los tótem de las sociedades actuales: la propiedad privada. “Pero al privilegiar los sucesos y llenar ese tiempo tan escaso de vacuidad, de nada o casi nada, se dejan de lado las noticias pertinentes que debería conocer el ciudadano para ejercer sus derechos democráticos”.
Dani Domínguez. Graduado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y máster en Comunicación Política. Coordinador del suplemento #yoIBEXtigo. Con la lupa puesta sobre las grandes empresas. Músico y extremeño. [email protected]
Este artículo forma parte de una serie sobre okupación que iremos publicando a lo largo de los próximos días