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Una emisora de radio marroquí multada por tratar temas tabús

Radio sin mordaza

Fuentes: El Periodico de Catalunya

Marruecos presume de vivir una transición hacia la democracia y, sin embargo, la libertad de expresión sigue pendiendo de un hilo. Esta vez ni siquiera ha sido un ataque a las famosas y tradicionales líneas rojas, como el islam, la unidad territorial o la familia real, sino el tratamiento de asuntos tabús, al parecer impropios […]

Marruecos presume de vivir una transición hacia la democracia y, sin embargo, la libertad de expresión sigue pendiendo de un hilo. Esta vez ni siquiera ha sido un ataque a las famosas y tradicionales líneas rojas, como el islam, la unidad territorial o la familia real, sino el tratamiento de asuntos tabús, al parecer impropios de una sociedad conservadora como la marroquí.

Después de más de un año de emisión, Hit Radio, líder en radiofórmula, ha sido por vez primera multada con 100.000 dirhams (unos 8.800 euros) por «abrir debates sobre temas sociales y culturales delicados que apelan al consumo de drogas o alcohol o al adulterio», explica el Consejo Superior de la Comunicación Audiovisual (CSCA), que hasta el momento solo se había atrevido a lanzar mensajes de advertencia, sin llegar a censurar con penas económicas.

Un fenómeno

Bajo el lema «todo está permitido, nada está prohibido» navega en las ondas Hasán Busfiha, Momo para sus oyentes, que se presenta como un nuevo fenómeno en la historia musical del país alauí. Es la estrella de la emisora y quien ha saltado a las páginas independientes de los semanarios marroquís precisamente porque su programa, entre las 8 y las 12 de la noche, levanta las iras de la sociedad más conservadora, «poco habituada a escuchar temas sobre las relaciones de pareja, por ejemplo», explica.

El pasado 5 de noviembre es un día negro en el calendario de Hit Radio. Cuatro llamadas encadenadas, relacionadas con la homosexualidad, la violación y el alcohol, la convirtieron en víctima de la censura. «Mi mejor amigo me violó cuando fuimos de fiesta a Marraquech después de una noche de borrachera», era el comentario del primer oyente, al que le siguió la llamada de otro chico desde Casablanca: «En mi caso es peor, porque a mí me violó un chico de la calle a punta de navaja».

Una joven de Salé explicó también a la audiencia: «Vecinos de mi barrio me han violado. Les veo cada día, y no puedo contárselo a mis padres, estoy bloqueada». Momo, ante los dramáticos testimonios, intentó contactar con especialistas en la materia. Sin embargo, ninguno se puso al teléfono, solo estaba él frente a las ondas para decir: «No es el fin del mundo, hay que salir adelante». La respuesta disgustó al CSCA. Aunque fue la última llamada la que, al parecer, colmó la paciencia de las autoridades: «A mí también me violó un colega, y al final lo que me gusta es la homosexualidad».

Esta radio, que se define moderna, jovial y a la carta, nació además para dar voz a las ideas, preocupaciones y miedos de jóvenes que encuentran en sus ondas el perfecto espacio para la denuncia sin que la imagen les delate. «Es un formato novedoso. Emite en francés y también en dariya el dialecto del árabe que hablan los marroquís, para que llegue a todos los públicos, y tiene como objetivo crear conciencia de lo que realmente importa en la sociedad», apunta su director, Yunes Bumehdi.

Sin miedo

En el mundo arabomusulmán, este es el único medio radiofónico que recoge de la calle los verdaderos problemas, sin prejuicios, y, lo más importante, sin recelo a que las autoridades puedan echar algún día el cerrojo. Bumehdi defiende plenamente la libertad de expresión y la democracia, por eso está dispuesto a sacar adelante este proyecto en el que confían más de 600.000 oyentes diariamente. Además, vía internet lo escuchan más de 3.000 personas en España, 9.000 en Francia y otras 20.000 en Marruecos. Una envidiable audiencia para una empresa privada como Hit, que refleja el interés de la gente joven por esta antena libre.

Momo, siempre de pie en el estudio y sin soltar el móvil que cada día bombardea más de mil mensajes, lo tiene claro. «Alguien tenía que aventurarse a tratar con naturalidad asuntos de este siglo, y hemos sido nosotros. Los chicos necesitan expresarse», dice entre disco y disco. Es consciente de que la multa es un aviso, una llamada de atención ante la que se mostrará a partir de ahora vigilante, pero solo eso, porque su lenguaje no entiende de autocensura. Para estos locutores ambiciosos y empeñados en que su país vea con otro talante la realidad social, Hit Radio seguirá siendo una antena libre y sin complejos, con sede en Casablanca, Marraquech y Rabat, que seguirá impulsando una programación interactiva y educativa, con un estilo musical renovador.