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Reclamos de un periodismo menos machista

Fuentes: SEMIac

Ejecutivos de casi todos los medios periodísticos de Cataluña aceptaron el desafío de intercambiar con periodistas; y tuvieron la honradez de reconocer -mal que bien- que el periodismo que realizan excluye el protagonismo de una parte de la sociedad, representado por grupos poblacionales femeninos y otros desfavorecidos. El encuentro de periodistas jefes con reporteras de […]

Ejecutivos de casi todos los medios periodísticos de Cataluña aceptaron el desafío de intercambiar con periodistas; y tuvieron la honradez de reconocer -mal que bien- que el periodismo que realizan excluye el protagonismo de una parte de la sociedad, representado por grupos poblacionales femeninos y otros desfavorecidos.

El encuentro de periodistas jefes con reporteras de la cotidianidad fue la actividad conclusiva del Curso de Género y Comunicación, organizado por la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género.

En el evento participaron como profesoras, colegas del Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe (SEMlac); Comunicación de Información de la Mujer, (CIMAC), de México; AMECO PRESS, de España, y representantes de redes regionales con la coordinación de la Asociación de Mujeres Periodistas Catalanas. El curso se impartió en las regiones de Tarragona, Lérida, Barcelona y Girona, en la segunda semana de octubre.

En la cita, sin precedentes en España ni en otros países donde actúa la Red Internacional, se habló de las omisiones, la discriminación y los errores en que se incurre cuando se enfocan o ignoran los protagonismos de las mujeres.

Argumentos ya superados por la práctica política –como «que las cosas son así porque así es la sociedad»– y de lo cual no parece haberse enterado la gran mayoría de quienes deciden en la prensa, la televisión y la radio o sitios online formales, fueron rebatidos por periodistas que están en contacto con una realidad cambiante.

Las justificaciones de los medios se desplazaron desde introducciones que trataban de explicar actitudes, pero también de reflexionar sobre estos asuntos en los que no suelen pensar; hasta juicios atrasados como la ya superada polémica sobre si la noticia tiene sexo.

Finalmente, aceptaron que sí lo tiene, que su tratamiento posee género, que la omisión discrimina, que lo que no se nombra no existe; y que éste es ya el tiempo de asumir una sociedad que cambia, en buena medida, porque se han transformado los protagonismos de las mujeres.

¿Por qué los medios continúan reproduciendo modelos patriarcales? fue el epígrafe para las dos mesas redondas entre periodistas y comunicadoras de gabinetes y ONG con las subdirecciones de prensa, radio y televisión de Cataluña.

«Las mujeres estamos contribuyendo al desarrollo del mundo, pero también sufrimos sus desgracias y, por tanto, se debe informar de lo que le pasa a ese 52 por ciento de la humanidad», señaló la profesora Sara Lovera, corresponsal de SEMlac en México, al abrir la primera mesa, moderada por la presidenta de la Red de Mujeres Periodistas Catalanas, Montserrat Minobis.

Lovera resumió lo ocurrido en el curso en una única demanda: «eliminar los contenidos sexistas y discriminatorios en la información, que es lo que fomenta lo que más miedo nos da: la violencia».

No sólo leyes y decretos, sino un cambio de paradigmas

Marta Selva, presidenta del Instituto Catalán de las Mujeres, entidad que coauspició el encuentro, insistió en que los cambios no deben hacerse sólo por la vía de leyes y decretos, sino que hay que pensar y actuar hacia un cambio de paradigma para conseguir una vida sostenible entre hombres y mujeres.

Por consiguiente, tenemos que dar paso a esos «cambios con nuevos instrumentos para gestionar la necesaria transformación, porque nos llevará a una sociedad más rica y completa», subrayó.

Elisa Omedes, coordinadora del proyecto de Libro de Estilo de Catalunya Ràdio, reconoció que «los medios reproducimos los modelos patriarcales de la misma manera que lo hacen las escuelas y la sociedad». Omedes expresó que no se plantean temas de género en las redacciones, porque todavía cae mal el feminismo.

El foro lo abrió el periodista Enric Frigola, en representación del decano del Colegio de Periodistas. Gonzalo Mazcuñan, presidente ejecutivo de Regió7, un diario que refleja la vida de las comarcas, intentó armar una polémica, sin lograrlo, debido a la endeblez de sus argumentos.

Más incisivo fue el director adjunto del diario Avui, Toni Cruanyes, quien se refirió al cambio generacional en las redacciones, con mayor presencia femenina en secciones poco comunes hasta ahora, como Economía, Política y Deportes, pero alertó sobre la misoginia que continúa existiendo en las reuniones de redacción, donde se deciden los contenidos y en las que no participan mujeres.

Para Cruanyes, deben solicitarse mejores salarios para ellas. Entre otros aspectos, señaló que las lesbianas están más discriminadas que los homosexuales varones y que deberían eliminarse los anuncios de prostitución.

Miquel Molina, subdirector de La Vanguardia, se mostró pesimista al indicar que las mujeres llegan al poder a cuenta gotas y acaban «contaminadas» por el entorno al que ellas se incorporan, porque su llegada provoca «posiciones de autodefensa» de los privilegios adquiridos.

Subrayó una verdad de España y otros países: los medios fueron los primeros en plantearse cómo debían enfrentar el tratamiento de la violencia de género.

El subdirector y responsable del Libro de estilo de El Periódico de Catalunya, Joan Busquet, se refirió a que la utilización de dobles palabras atenta contra la economía lingüística. El sexismo es cosa de los humanos y no del lenguaje, sostuvo. Pero sus afirmaciones no generaron consensos en la sala.

Ferrán Espada, director Adjunto de la edición barcelonesa de El Punt, destacó que «la sola presencia de mujeres no es suficiente para garantizar un cambio de modelo».

Cerró esa ronda Esther Fernández, responsable de Análisis de público e incidencia social de TV3, quien expresó que «los modelos patriarcales los reproducimos porque existen y las capas que aún quedan son las más profundas y resistentes», dijo.

Ejemplificó con el relato masculinizado que hacen los medios de la actual crisis económica, al no tomar en cuenta las vivencias de las mujeres y cómo las afecta en España, donde ellas son las mayores portadoras de hipotecas.

Los antídotos, sin embargo, son hacer periodismo de buena calidad y eso lo podemos hacer en los informativos. Pero no en los programas de «tele-basura», sostuvo.

El debate cara a cara

Para la periodista caribeña Mirta Rodríguez Calderón, promover la equidad de géneros es una necesidad de la democracia. Así lo planteó en los debates: «Las noticias tienen sexo y género. Cuando hay omisiones, hay discriminación», insistió.

La colombiana Ángela Castellanos, corresponsal de SEMlac en Bogotá, resaltó la invisibilidad de las mujeres en los medios de comunicación del mundo, tal como ha demostrado el estudio Monitoreo Mundial realizado por la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC), cuyo informe concluye que las mujeres rara vez son protagonistas de las noticias, salvo en temas de violencia y farándula.

Castellanos afirmó que no basta con que las mujeres lleguen a cargos de responsabilidad en los medios, sino que se precisa de conciencia de género en quienes ocupen esos puestos.

La mexicana Sara Lovera recalcó que reclamar perspectiva de género a los medios no quiere decir que se hable de las mujeres. «Nosotras hemos entrado en el espacio público, pero los hombres no lo han hecho en el doméstico».

La también mexicana Soledad Jarquín reivindicó que las mujeres queremos estar en el espacio público; se regocijó porque se estaba evidenciando el papel fundamental que tienen los medios de comunicación y la necesidad de cambiar las cosas. Insistió en que el lenguaje es una parte fundamental para conseguir esos cambios.

Cristina Fraga, representante de Ameco, la única Agencia de Género del Estado español, agradeció lo asertiva que fue la mesa, pero afirmó que para conseguir la igualdad hay que llegar primero a los puestos de decisión.

Habló de las «condicionantes insoportables» que sufren las mujeres si tienen puestos de poder y expuso como ejemplo el número de hijos que tenían los hombres ministros (25 en total) y las mujeres ministras (apenas cinco), en el primer gobierno paritario del Estado Español.

La periodista Carme Freixa resaltó que algunas expertas ni siquiera son invitadas a los programas, «por miedo a lo que podrían decir». En tanto, Maricel Chavarría, de La Vanguardia, consideró que el masculino genérico no es economía del lenguaje, sino una práctica discriminatoria. «No sé si hay cinismo, pero no hay reflexión», añadió. Y acabó indicando que «estamos en un momento bisagra que debemos aprovechar para no volver atrás».

El blog de los talleres impartidos en Cataluña es:
http://tgenereicomunicacio.blogspot.com