Más allá de lo insólito que pueda resultar abordar este hecho, no podemos adentrarnos en un análisis crítico sin antes referenciarnos en una serie de paradojas. La primera y principal es la de filmar la propia muerte. La segunda la cuenta el periodista venezolano Modesto Guerrero en el capítulo «La Prueba»: «El asesinato más probado […]
Más allá de lo insólito que pueda resultar abordar este hecho, no podemos adentrarnos en un análisis crítico sin antes referenciarnos en una serie de paradojas. La primera y principal es la de filmar la propia muerte. La segunda la cuenta el periodista venezolano Modesto Guerrero en el capítulo «La Prueba»: «El asesinato más probado de la historia criminal sigue sin culpables» «La imagen es la prueba». Esa cara publicada a tamaño sábana en numerosos medios, fue más impactante que el no haber publicado el nombre. La cara del asesino sin nombre. La tercera, no menos contundente, es que la plaza de su infancia lleva el nombre del país en dónde murió. Hay paradojas menores, como que su abuelo (decisivo en su crianza) nació un 29 de junio, día del crimen. Leonardo también nació un 29, pero de mayo de 1940, entre otras cosas el día del Cordobazo.
«El soldado(1) que va a matar a Leonardo, comienza a dominar la escena. … un triángulo equilibrado se conforma como acto de fusilamiento… La cámara comienza a enfocarlo hasta convertirlo en el centro. La posición del soldado que lo fusilará se impone vertical sobre la camioneta…»
«El fusilador apunta, su imagen se ancla sobre la franja horizontal de la portezuela trasera. Su cuerpo se eleva en línea de fuga sobre los demás soldados…» (2)
Unos días más tarde, un avión de Lan Chile aterriza en Mendoza. Una persona camina nerviosa por el aeropuerto apretando contra su cuerpo el bolso que contiene la película. Aborda un vehículo y se dirige a Laboratorios Alex. Allí comienza el revelado y de a poco aparecen los primeros fotogramas de la película de Leonardo. La cámara, de 16 milímetros, tenía chasis de doble vuelta y la cinta que había registrado los hechos quedó intacta. Paradójicamente, eso le dejaba muy poco espacio libre entre el motor de la cámara y el cuello, por donde le entró la bala.
Leonardo Henrichsen fue asesinado en Santiago de Chile el 29 de junio de 1973, mientras reporteaba la sublevación militar del regimiento Blindados 2, conocida como «El Tanquetazo«(3), sofocada por el general Carlos Prats González. En ese entonces el periodista argentino, de ascendencia irlandesa, cubría el golpe para la televisión sueca y el Canal 13 de Buenos Aires. Quienes lo acompañaban esa mañana en el Hotel Crillón de Santiago cuentan que saltó desde la mesa en que desayunaba, manoteó la cámara y salió corriendo, se puso la batería cinturón marca «Cine 60» que alimentaba la energía, bajó a la calle y se instaló…
Estas líneas relatan el antes y el después de aquellos seis minutos y medio de filmación en los que Henrichsen hizo algo más que filmar su propia muerte. A través de la cámara logró captar el inicio de una etapa de represión y censura que se inauguraba en Chile. Aquí estuvo en juego registrar la realidad hasta las últimas consecuencias, perder la noción de la propia vida, y que la muerte se convierta en un mero detalle a partir del cual entender el inicio de un proceso social. Es insólito cómo se puede ajustar la lente y poner en foco al mentor de nuestra propia muerte en pleno martirio, sí, lo es. Pero consideramos que más allá del heroísmo sensacionalista, mantener en foco hasta el último instante la evidencia de una etapa sangrienta quizá tenga un significado, más allá del registro de la propia muerte, que trasciende lo heroico del hecho mismo para dejar asentado en la memoria del pueblo el enfrentamiento entre la censura y la libertad de expresión. Y el triunfo de ésta última.
¿Quién era Leonardo Henrichsen?
Una infancia de niño rico junto a su hermana Leticia y su amigo Félix Gallego, en los juegos de la Plaza República de Chile. El incendio en el departamento donde vivía con su familia y los juegos por las cornisas. Los momentos en que Leonardo descubre su vocación. El cambio profundo en su personalidad, cuando hacia los 15 años aparece el «desprendimiento personal» como actitud central.
Luego seguirán sus primeros trabajos periodísticos, a la edad de 19 años, sus actividades como Free lance de Canal 13 y destacadas obras fílmicas: un documental sobre el Tren a las Nubes y capítulos de Sucesos Argentinos, el famoso noticiero de cine que hizo escuela por décadas. Allí Tadeo Bartnowsky, su maestro, descubrirá su idoneidad para el reportaje de campo.
Y fueron esas dotes para el reportaje ágil y por su inglés fluido, que se convirtió en corresponsal de la TV sueca desde Miami hasta el Cono Sur.
Demostrará su aptitud para registrar el conflicto, un 21 de septiembre de 1962, cuando un tren de pasajeros es ametrallado en San Antonio de Padua, durante los enfrentamientos entre «azules» y «colorados», en plena proscripción de Perón. Henrichsen lo filma desde los aviones sin registrar su exposición a la balacera.
Después del cierre de Sucesos vendrá la creación de una productora independiente cuyos trabajos de exteriores dejaron su marca en Rolando Rivas Taxista.
Aquí empieza el trabajo específicamente de investigación y sus recorridos por Latinoamérica ya trabajando para la TV Sueca, al tiempo que desarrollaba con sus socios la productora independiente.
Comienza en Bolivia. La selva del Camini, Higueras y Sierra Grande, Santa Cruz de la Sierra. Dos meses tras los pasos del Che que se inician en la segunda quincena de septiembre de 1967. Seguidamente el incidente con la CIA que terminará con el secuestro del material filmado (250 crónicas). El juicio a Debray y Ciro Bustos.
Leonardo cubre 14 golpes de estado. Para Sucesos Argentinos realizan: 1968 Panamá, reportaje a Omar Torrijos. 1969 Reportaje a Velazco Alvarado en Perú antes de su derrocamiento. En Brasil, en 1970 entrevistan al embajador suizo secuestrado y canjeado por guerrilleros rurales (TV Sueca), y en Guatemala filman el cadáver del embajador alemán antes de que lo encuentre la policía (material secuestrado por la CIA).
1969: el Cordobazo revoluciona la argentina. Henrichsen realiza un reportaje a su máximo líder Agustín Tosco, haciendo cámara para la TV Sueca. Para la NBC cubre el Rosariazo y en 1971 y viaja a Bolivia para cubrir el derrocamiento de Torres. Su último trabajo en Buenos Aires, el Retorno de Perón se tiñe de sangre y lo encuentra a Leonardo en el palco de periodistas con su cámara prendida bajo una lluvia de balas. «Yo recuerdo el día del famoso tiroteo en el puente 16 de Ezeiza (aeropuerto internacional de Buenos Aires), cuando venía Perón; en aquella masacre estábamos juntos, recuerdo que nos tiramos al suelo porque era una balacera impresionante, caía la gente y no veíamos las balas, todos tiraban contra todos, en los árboles había francotiradores y nosotros estábamos en el palco donde caían las balas. ¿Y Leonardo? Estaba sentado, esbelto, filmando esa escena cuando todos estábamos cuerpo en tierra. Fue una locura total, después se lo recriminé, pero él no se daba cuenta. Vivía lo que hacía y en función de lo que hacía. Todos los golpes de estado los vivimos juntos con Leonardo, pero él se arriesgaba demasiado… Cuando yo viajé a Santiago de Chile, después de su muerte, pude darme cuenta que en el lugar donde lo mataron había un muro y una escalera de cemento donde pudo refugiarse para filmar, y no lo hizo»(4), según testimonio de Juan Mono Flores, uno de los mejores amigos de Henrichsen.
Notas
La productora independiente Adoquin Video se encuentra realizando un documental sobre el periodista argentino [email protected]
(1) Se trata del ex cabo Héctor Hernán Bustamante Gómez. Para más información ver en : http://www.elclarin.cl
(2) Ver «Reportaje con la muerte«, GUERRERO, Modesto Emilio.
Periodista y escritor venezolano residente en Buenos Aires desde 1993, fue redactor de la Revista de América (Colombia) y director del semanario político venezolano La Chispa. En Buenos Aires dirigió el periódico Comersur. Actualmente escribe editoriales para la revista Síntesis y participa del Comité Editorial de la revista literaria Piel de Leopardo. Tiene 4 libros: Cuentos Relatos y Poemas (1985), Haití, el Último Duvalier (1986), Panamá, Soberanía y Revolución (1990) y Después del 4-F (1995).
(3) Sus protagonistas fueron militares y civiles: la oficialidad del Regimiento Blindado Nº 2, encabezada por su comandante Roberto Federico Souper Onfray, y la cúpula del movimiento Patria y Libertad, que dirigía entonces el abogado Pablo Rodríguez Grez, hoy defensor de Augusto Pinochet en numerosos juicios.
(4) Op. Cit