Ya se ve bien claro, a juzgar no sólo por lo que dice sino por cómo lo dice y qué expresiones emplea el editorial de hoy de El País, que este periódico no está muy por Evo. Al parecer, también Zapatero se equivocó felicitando a Schöreder antes de triunfar Merkel. Pero éste, sin duda, fue […]
Ya se ve bien claro, a juzgar no sólo por lo que dice sino por cómo lo dice y qué expresiones emplea el editorial de hoy de El País, que este periódico no está muy por Evo.
Al parecer, también Zapatero se equivocó felicitando a Schöreder antes de triunfar Merkel. Pero éste, sin duda, fue un error calculado. Dentro de una incipiente amistad, prefirió gallardamente mostrar sus deseos de éxito antes que esperar a los resultados; lo que le honra.
Mientras que El País se muestra hostil y con un cierto aire despectivo hacia la figura del presidente «indígena», incluso antes de tomar posesión de un cargo que le otorga la mayoría absoluta de su pueblo boliviano.
« Sumarse, al menos verbalmente, a la alianza «antiimperialista» y «antineoliberal» de Castro y Chávez, o recuperar la figura del Che Guevara, sólo que sin armas, no servirá los intereses de Bolivia ni de los bolivianos» , son los términos del editorial. ¿Por qué?, pregunto.
El País está acostumbrado al pasteleo entre los fuertes, con y al lado de los fuertes. Sus silencios hacia la infame política (por llamarlo de alguna manera) de Bush, su manera de secundarla con astucia reservona, su práctica habitual de alinearse con el «mejor» y con el más «duro», en fraseología a lo yanqui, no le permite comprender y menos apoyar otras posturas políticas más decididas frente al prepotente, caiga quien caiga. Su óptica de la politiquería internacional es la del New York Times un poco rebajada de dioptrías. Por eso incluye sus páginas traducidas un día entre semana.
¿Cómo puede saber que Evo Morales «no servirá los intereses de Bolivia ni de los bolivianos porque se sume verbalmente a la alianza «antiimperialista» y «antineoliberal» de Castro y Chávez», cuando es tan fácil adivinar que ha sido elegido por mayoría absoluta por su pueblo mayoritariamente indígena, precisamente por sentir Evo Morales el antiimperialismo y el antineoliberalismo que comparte con Chávez y Castro? ¿O el editorial es una amenaza a Evo de fracaso?
Por otra parte, si Zapatero ha recibido a Morales, si no se prosternó ante la bandera americana en un desfile, si retiró en prueba de disconformidad con el imperialismo estadounidense las tropas de Irak, etc. ¿cómo se permite orientar El País a los lectores y al mismo gobierno hacia la sinrazón norteamericana de Bush y de sus secuaces que cada día soporta menos el mundo, tanto el llamado «libre» como el «no libre»?
El País juzga todo esto, juzga a Morales, a Chávez, a Castro y a todos ellos por la condición imperialistoide y neoliberaloide de sus componedores de editoriales de exterior. Apuesta fuerte, pero está dejando vacío el espacio ideológico de la izquierda seria y responsable que no hace guiños a los prepotentes.
Siga así El País, sigan así sus constantes deslices o fallos en los titulares que el Defensor del Lector, Sebastián Serrano, se las ve y se las desea para contener, y todos acabaremos viendo al periódico en el mismo sitio que hace tiempo le viene correspondiendo; que no es otro que el que ocupa El Mundo, cada vez más cerca de la derecha, de los neoliberales, del amarillismo y de la arrogancia.
Esperemos que pronto surja otro periódico que hable el lenguaje lúcido y valiente que las circunstancias enoloquecidas de los tiempos actuales demandan. Que demandan las circunstancias, pero también muchos lectores que no vemos la solución al mundo precisamente en el imperialismo y el neoliberalismo que propugna aviesamente este periódico sin arriesgarse o arriesgando demasiado, según se mire.