En un foro Internet del semanario francés Le Nouvel Observateur, el Secretario General de Reporteros Sin Fronteras, Robert Ménard, confiesa disponer de tres millones y medio de euros, es decir más de 4 millones de dólares, para realizar sus campañas. ¡TRES millones y medio de euros, es decir más de 4 millones de dólares! Tal […]
¡TRES millones y medio de euros, es decir más de 4 millones de dólares! Tal es el presupuesto anual de Reporteros Sin Fronteras, según lo que acaba de confesar su Secretario General en el foro Internet que le ha consagrado el semanario francés Le Nouvel Observateur.
En este mismo intercambio con internautas, Robert Ménard confesó que conoce personalmente al agente de la CIA Frank Calzón pero, extrañadamente, niega sus lazos con Nancy Pérez Crespo, la gerente mafiosa de fondos de la USAID que afirmó en la prensa de Miami orientar sus campañas en contra del turismo en Cuba.
¿Cuánto cuesta a RSF su red de oficinas en el mundo?, preguntó uno de los numerosos participantes en el foro realizado por el sitio www.nouvelobs.com.
«El presupuesto anual de RSF es del orden de 3,5 millones de euros», contestó textualmente Ménard. Y añade extrañadamente: «Nuestra red de secciones y de corresponsales debe representar menos del 10% de esa cantidad».
Más tarde, contestando una pregunta sobre el porcentaje de las respectivas contribuciones de miembros, de los gobiernos «europeos o norteamericano» o de las empresas privadas, Ménard hace esa asombrosa respuesta, matemáticamente incomprensible. Analice.
«Más de 80% de nuestro presupuesto proviene de la venta de nuestros álbumes de fotos y de las subastas que organizamos regularmente. En cuanto al financiamiento público, representa menos del 5% de nuestros ingresos. Y nada de parte del gobierno norteamericano».
De manera evidente, la respuesta carece sospechosamente de toda lógica. ¿Dos millones ocho cientos miles de dólares procedente de ventas de álbumes de fotos y de subastas? Los ingresos de las subastas de RSF en el propio sitio web de la organización son insignificantes: unas decenas de miles de euros.
¿Así que la venta de álbumes de fotos alcanzaría millones de euros? En tal caso, Robert Ménard puede reclamar su inscripción en el libro Guinness de los Récords. Sin embargo, esa enorme afirmación sí confirma que RSF goza de apoyos millonarios de parte de las cajas ocultas tanto de los dueños de la prensa comercial francesa, del mundo global de la publicidad y de los gobiernos europeos y de los Estados Unidos.
En este sentido a otra pregunta – ¿Ha realizado usted en Francia campañas contra el turismo en Cuba concebidas en Miami? ¿Quién paga la cuenta? – es sumamente interesante.
«Las campañas de información que realizamos para los turistas que van a Cuba son concebidas por nuestra agencia, Saatchi & Saatchi. Y son financiadas por nuestros propios medios», contesta el gurú parisino.
Sin precisar que Saatchi & Saatchi es subsidiaria de Publicis, la primera agencia publicitaria de Francia, la tercera en el mundo, que realiza campañas para la US Army, Bacardí y hasta el Mossad israelí.
Publicis es también dueña de una subsidiaria miamense, Bromley, cuya dirigente, Aida Levitan acompaña personalmente a Ménard en París, en sus mítines anti-cubanos. Bromley es el número uno del mercado hispánico norteamericano, con ingresos estimados a $270 millones.
«¿Conoce usted personalmente a Frank Calzón?».
Sorprendente también su respuesta a la pregunta: «¿Conoce usted personalmente a Frank Calzón?». «Absolutamente no, contesta. Y hace un trabajo fantástico para defender a los demócratas cubanos actualmente detenidos…».
Pero cometió la imprudencia de exhibirse con Calzón…
Ménard siempre ha negado sus lazos con la CIA. Su respuesta histérica al investigador universitario Salim Lamrani sobre sus lazos con el operativo CIA Frank Calzón son bien conocidas. Es que Calzón es tan identificado a la CIA como Leonardo da Vinci a la Mona Lisa. El problema de Ménard es que, el 18 de marzo último, cometió la imprudencia de exhibirse en Bruselas con Calzón, ante varios diputados de la Unión Europea. Ya no puede negar que baila con el diablo.
Cuando un internauta le pregunta cuáles son sus lazos con «la administración y la oligarquía» de los Estados Unidos, Ménard, como buen agente, niega todo. Pero todo. Y de un solo golpe.
«Ninguno, dice. Publicamos informes sobre los Estados Unidos como sobre cualquier otro país del mundo».
De manera evidente, Ménard considera que los lectores del Nouvel Observateur son ya tan desinformados que se puede añadir al paciente una cucharadita de veneno sin que pasa nada.
Más gruesa aún su réplica sobre los periodistas asesinados en Iraq. A una referencia al caso de José Couso, el camarógrafo español José Couso y a sus colegas asesinados por disparos de los blindados norteamericanos sobre el hotel Palestina de Bagdad, el 8 de abril del 2003, Ménard, de nuevo, miente fríamente. A la cara. Y con insultos.
«Decididamente, el iletradismo gana terreno, contesta. Somos una de las pocas organizaciones que han consagrado meses enteros investigando sobre lo que pasó en el hotel Palestina. Lo hemos hecho con Jean-Paul Mari, periodista con el Nouvel Observateur. Tal vez pudiera usted darse la pena de leer este informe que se encuentra disponible sobre nuestro sitio Internet».
Ménard omite decir que el informe de RSF sobre los eventos del hotel Palestina ha sido denunciado por la familia Couso que lo acusa de haberlo publicado contra su voluntad y con la clara intención de defender a los intereses norteamericanos. El «investigador» de RSF, Jean-Paul Mari, es un amigo personal del Teniente Coronel Philip de Camp quien ordenó personalmente los tiros asesinos. Con increíble cinismo, Ménard pretende ignorar esa situación.
¿Nancy PÉREZ? «este nombre no me dice nada»…
Sin embargo, cuando se le pregunta si conoce a Nancy Pérez Crespo, quien declaró en el Nuevo Herald que RSF iba a realizar en París la parte francesa de su campaña de distribución de folletos contra el turismo en Cuba, Ménard miente descaradamente:
«Le confieso que este nombre no me dice nada ahora. De todas formas, nosotros no empleamos a nadie en Miami y, pues, tampoco a esta dama».
Por lo menos confiesa que conoció a Néstor Baguer en La Habana. Baguer, el viejo y respetado veterano de la prensa cubana, recientemente fallecido, contaba cómo, a solicitud de los órganos cubanos de seguridad, había sido «el primer representante de RSF en Cuba», una tarea que le permitió alcanzar un nivel aún más elevado de confianza con los agentes de inteligencia de la Sección de Intereses norteamericanos en La Habana.
«Este señor fue nuestro corresponsal durante muchos años antes de que nos separamos de él», dijo. Por otro lado, niega mantener relaciones particulares con la disidente profesional Zoe Valdés.
Hay que recordar acerca de Ménard y sus ingresos que la Commision For Asístance to a Free Cuba – la famosa Comisión norteamericana de «transición»- anunció el 6 de mayo último que aumentaría el apoyo «a las ONG, en determinados terceros países» que se dedican a «poner en relieve los abusos de los derechos humanos en Cuba como parte de un esfuerzo amplio para desalentar los viajes de turismo».
La «ONG» de Ménard, radicada en Francia, se consagra precisamente, y casi sin competencia alguna, a desencadenar campañas orientadas a causar daños a la industria turística cubana.
También anunció la comisión encabezada por Colin Powell que el presupuesto de la ayuda a las ONG mercenarias pasó de 7 (siete) a 36 (treinta y seis) millones de dólares. Un aumento repentino de 29 millones de dólares.
Otra afirmación «relevante» de Ménard en este revelador intercambio. Un internauta le pregunta qué acción ha realizado RSF a favor de Mumia Abu-Jamal, el periodista norteamericano encarcelado desde más de 20 años.
Ménard, con todo el cinismo que lo caracteriza contesta: «No hemos hecho nada y ni haremos nada. No se trata de un tema de libertad de prensa». Así habla el personaje que toda la prensa comercial francesa celebra… ocultando sistemáticamente toda referencia a sus lazos bochornosos, tanto con el patronato francés, los servicios especiales norteamericanos como con los capos terroristas de la Florida del Sur.