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Venezuela: a estas horas el espacio radioeléctrico incluso

Revolución Socialista de la Comunicación

Fuentes: Rebelión/ Fundación Federico Engels

Texto de la presentación del libro Filosofía de la Comunicación[1]. Caracas, junio de 206 Hay aquí, en Venezuela, una discusión magnífica a propósito de la soberanía sobre el «espectro radioeléctrico» una discusión necesaria, urgente, que no omite el debate sobre la propiedad privada de las herramientas para la producción de la Comunicación. (Cámaras, micrófonos, televisoras, […]

Texto de la presentación del libro Filosofía de la Comunicación[1].

Caracas, junio de 206

Hay aquí, en Venezuela, una discusión magnífica a propósito de la soberanía sobre el «espectro radioeléctrico» una discusión necesaria, urgente, que no omite el debate sobre la propiedad privada de las herramientas para la producción de la Comunicación. (Cámaras, micrófonos, televisoras, imprentas, teléfonos, ferrocarriles, aviones, barcos…) Medios y modos para comunicarnos bajo debate revolucionario con brújula al Socialismo… debate y lucha simplemente extraordinarios. Es un debate que forma parte de un proceso de maduración política iniciado en Venezuela, de abajo a arriba, hacia el Socialismo de la Comunicación. Incluso. Urge profundizar.

En su madurez actual tal debate no tolera ya la idea de que alguien, de un modo u otro, se beneficie individualmente con los recursos y riquezas que son de todos, incluyendo el espacio aéreo y la red radioeléctrica, que son recursos tan vitales como el agua, como la tierra, como las minas… en su estado actual el debate colectivo más avanzado hacia el Socialismo se opone a la dilapidación, al dispendio, a la irresponsabilidad y a la agresión permanente que algunos usufructuarios del espacio radioeléctrico (dominado en más de 90% por empresas privadas) perpetran diariamente en contra de gobierno venezolano y el pueblo revolucionario. En su estado actual el debate interroga a fondo la propiedad privada, (toda), interroga a fondo su uso y abuso, interroga los lastres y los vicios, interroga al Socialismo mismo, interroga al futuro y nos anima a inventar o errar. Nadie queda afuera. Urge acelerar.

Anuncio del Presidente Hugo Chávez[2]

«… la revisión de las concesiones a las plantas de televisión comerciales que participaron en el golpe de Estado de 2002, que comienzan a vencerse en el 2007. Señalando que no pueden ser irresponsables las instancias gubernamentales «para seguir dándole concesiones a un pequeño grupo de personas para que usen el espacio radioeléctrico que es del Estado, es decir, del pueblo, para que lo usen contra nosotros mismos y en nuestras propias narices, como quinta columna». Agregando: «todos los días pasan mensajes dirigidos al odio, al irrespeto a las instituciones, a la duda de unos contra otros, a rumores. Es una guerra psicológica para dividir la nación, para debilitarla y destruirla«.

Un debate definitivo. De nada le sirve a Venezuela la «soberanía» por la soberanía misma sin un programa Socialista para la transformación comunicacional nacido desde las bases organizadas de su pueblo, sus trabajadores, obreros y campesinos. En su estado actual el debate rechaza todo quietismo sobre las ideas y todo autoritarismo de las formas. El debate contiene fuerza capaz de impulsar una Revolución Socialista de la Comunicación desde sus raíces más hondas. Eso es magnífico, pero insuficiente. Sin un programa político de acción directa hacia la Comunicación Revolucionaria para modificar radicalmente el paisaje de barbarie y miseria actual, es decir programa para ganar las herramientas de producción comunicativa bajo control de los trabajadores y las comunidades hacia el socialismo, cualquier discurso es simplemente más de lo mismo. Demagogia, reformismo, burocracia o sectarismo. De nada sirve, incluso, la soberanía sobre las herramientas de producción sin un plan, (ideas, acuerdos, metodología… praxis) de comunicación hacia el Socialismo impulsado, por ejemplo, desde las Misiones, los Consejos Comunales, las fábricas recuperadas, las tierras rescatadas… Revolución Socialista de la Comunicación impulsada por el «empoderamiento» del pueblo. Poder económico, poder de ideas, poder creativo… poder Socialista. Urge expandir.

Hacia una propuesta.

Formemos un Movimiento Revolucionario para la Comunicación Socialista. ¿Por qué no? Latinoamericano… mundial, universal. Formémoslo como una corriente poderosa que se ayude con un «Consejo Consultivo», llámese como se llame, integrado por delegados de base, por delegados de los movimientos sociales que en toda América Latina que construyen comunicación no hegemónica, comunicación no alienante, comunicación para la libertad. Organicemos un Movimiento Latinoamericano, desde el este de Los Ángeles hasta la Patagonia, que convoque a los cientos de miles de comunicadores, radios, televisoras, periódicos, sitios Web… trabajadores de la comunicación de base que, de un modo u otro, desde sus organizaciones, acepten caminar con Venezuela una experiencia fraternal para cambiar al mundo. Esto no es nuevo, sólo es urgente.

Están dadas las condiciones afectivas, Venezuela ha despertado tantos amores que la suma de fidelidades es ya una fuerza objetiva con que se bañan diariamente las subjetividades más diversas. Esta es una hora buena, están encendidas las máquinas de los corazones que alimentan las máquinas filmadoras, radiofónicas, televisivas… No hay mucho que discutir. Ya hay organizaciones que entienden lo que debe hacerse a estas horas y entienden lo que debemos construir para las horas venideras. No hay tiempo que perder. Convoquemos, cuanto antes, un congreso, encuentro, asamblea…. organizador (y en movimiento) para acordar acciones directas de inmediato, caminando hombro con hombro alumbrados con la lección Revolucionaria, que también en materia de comunicación, Venezuela nos regaló entre el 11 y el 14 de abril de 2002 en su lucha contra el golpe de Estado perpetrado por las oligarquías nacionales e internacionales.

Convoquemos un congreso dinámico y creativo para la Revolución Socialista de la Comunicación[3], convoquemos a las experiencias más convocantes, acordemos una marcha de ideas y organizaciones unidas con Venezuela y en sintonía con los logros nacidos de la Revolución[4], démonos la oportunidad de la hora y aprendamos todos, desde abajo y para siempre, la dialéctica de la comunicación que los pueblos impulsan en su ascenso revolucionario. Una corriente de la Comunicación hacia el Socialismo que recorra el mundo. Una corriente no uniforme que luche contra la alienación, el secuestro mercachifle de los medios de Comunicación, los peligros ideológicos, las formas avejentadas y las persecuciones de todo tipo. Una corriente Revolucionaria y Socialista alerta, al ALBA de la Cultura, en las calles, en las comunidades, en los sindicatos, en los cultivos, en las fábricas, en las aulas, en las oficinas… Revolución de la Comunicación hacia el Socialismo que no se subordine ni se parezca al modelo de comunicación patronal. En ningún sentido. Quién no quiera esto tiene atrasado el reloj de la historia. ¿Podríamos sincronizarnos?

Organicemos lo que ya existe, sin arrribismos, sin vedetismos… organicémonos desde los que mejor se hace y movilicemos mil iniciativas nuevas, frescas… esta vez sin protagonismos estériles, pongamos por estrella única esta Revolución hacia el Socialismo y regalémosle los mejores frutos de nuestras mejores definiciones, aprendizajes y acciones en transición permanente. Vallamos rápido y directo, sin dejarnos abrumar y derrotar por la palabrería ni los espejismos, vallamos de inmediato y sin empirismos, pensando bien y haciendo lo correcto. No es imposible. Discutamos sólo lo necesario, lo que nos fortalezca unidos, y acordemos métodos para discutir las diferencias fraternalmente, progresivamente, fértilmente. Total las urgencias del presente son las prioridades del debate y de la lucha. Fijemos una agenda y fijemos un calendario. Sin ponernos trampas, dilaciones ni desvíos.

Hagamos nacer, desde abajo, un programa político de Comunicación que nos ayude a orientarnos y a construir el Socialismo. Un programa Político de Comunicación hacia el Socialismo que sepa diagnosticar y pronosticar, que se ayude con lo mejor de la ciencia y los mejores científicos militantes, que se ayude con los técnicos y que se ayude desde las prácticas directas creadoras, día a día, de experiencias magníficas… radios, televisoras, cinematográficas, editoriales… organicémonos como un brazo en lucha, nacido del mismo cuerpo social revolucionario en desarrollo, organicémonos como una fuerza que, tarde o temprano, será una sola en todo el mundo.

No impongamos nuestras recetas, no dependamos de «las recetas». Aprendamos de las lecciones concretas de los pueblos, aprendamos desde abajo cómo se construye y se organiza un pueblo… aprendamos de lo mejor y ofrezcamos lo mejor que tengamos. No dictemos verdades de sabio o de burócrata… mejor ampliemos el diagnóstico, el debate y el pronóstico sobre el espacio radioeléctrico, en Venezuela y en todas partes. Ampliemos el diagnóstico, el debate, el pronóstico y la lucha sobre la propiedad privada de las herramientas de trabajo comunicacional, ampliemos el debate y la imaginación sobre la creación de los lenguajes nuevos. Ampliemos el diagnóstico, el debate, el pronóstico y la lucha contra la alienación. Ampliemos el diagnóstico, el debate, el pronóstico y la lucha con todos los medios y modos para que se abran millones de medios y modos de comunicación en las fábricas, los campos, los barrios… con un plan común, de todos para todos y sin reflujos. ¿Será posible? Sólo hay que ver cómo en Venezuela han avanzado exponencialmente.

Venezuela se dispone a radiografiar los huesos mismos de sus estructuras de comunicación, explorar críticamente, desde sus entrañas, el espectro radioeléctrico…ya se anunció, de mil modos, que las concesiones para el uso del espacio radioeléctrico no son intocables ni son salvoconductos para la impunidad. Ya se anunció que esto cambiará y es indispensable que empujemos entre todos, que hagamos nuestra esta batalla, que ayudemos y nos ayudemos a aprender. Inventar o errar al lado del pueblo venezolano. Levantemos continentalmente la bandera del debate, la organización y a lucha iniciado en Venezuela. Es vital y es ineludible. Lo que aquí se inició tiene un futuro magnífico, nadie puede hacerse sordo, todos estamos obligados a levantar la voz. Hay una ley que levantó el pueblo y es una ley que podemos hacer nuestra, hay una razón transformadora que esgrime la Revolución Venezolana y es una razón poderosa que también podemos hacer nuestra; hay una voluntad inmensa y hay millones de corazones inflamados de revolución construyendo, milímetro a milímetro, su praxis hacia el Socialismo. Está por todas partes a la vista, al acto, al olfato…

Esta idea de Revolución unida a la Comunicación no es otra cosa que la Comunicación al servicio de la Revolución. Nosotros no hablamos de hacernos comprender bajo las maneras acartonadas y ordinarias, hablamos de explorar lenguajes nuevos no exclusivos ni excluyentes. Hablamos de una Revolución en la Comunicación nueva ganada a lo mejor que hemos logrado, con el filo de nuestra obstinación revolucionaria encarnizada, para que conmocionemos, desequilibraremos el pensamiento hegemónico. Y, sin negar los mejores logros, avanzar desde donde estamos. Hablamos de caminar juntos, no revueltos, no «calientes», oportunistas ni arribistas… caminar inteligentemente con un programa Socialista y científico con acuerdos, que están por crearse, aunque ya los tengamos en mete. Hace mucho.

¿De qué manera hay que explicar lo urgente que es una Revolución Socialista de la Comunicación, con la Comunicación, armada con cuantos medios sea necesario para liberar a la humanidad de todo aquello que la hace prisionera en los límites de sus más elementales necesidades? Habrá que disponer de los mejores logros tecnológicos y las mejores experiencias sociales para convertirnos en militantes de la verdad, transformadores revolucionarios de la conciencia para la creación de una sociedad sin clases, sin propiedad privada. Comunicadores sociales militantes en la ciencia, la educación, la tecnología… la poesía, para activar todas las fuerzas sociales en la resolución de los problemas de la vida práctica. El Socialismo mismo, hecho por todos.

Ya podríamos acordar, de inmediato, estar listos para que, muy pronto, cuando Venezuela decida avanzar en la ordenación (y reordenación) socialista del su espectro radioeléctrico, y con él su caudal comunicacional revolucionario, intervengamos continental y solidariamente, intervengamos política y científicamente, intervengamos como se debe. Como un ejército reservista de soldados socialistas armados con medios de comunicación para «tomar el cielo por asalto». Que Venezuela sepa que su lucha gigantesca y profunda es una lucha de todos nosotros que soñamos el triunfo definitivo de la Revolución Permanente. ¿Podríamos apresurarnos?



[1] Filosofía de la Comunicación de Fernando Buen Abad, Publicado por el Ministerio de Información y Comunicación del Gobierno Venezolano, será presentado en: Centro cultural CELARG de Caracas el jueves 22 a las 17 horas www.celarg.org.ve / . Y el Viernes 23, a las 10 horas en la Televisora Comunitaria VIVE. www.vive.gob.ve

[3] Política Internacionalista de Comunicación Revolucionaria. Propuesta desarrollada para la Ponencia presentada en el Encuentro Mundial de Solidaridad con la Revolución Venezolana. Publicada en Rebelión el 19 de abril de 2005. www.rebelion.org/noticia.php?id=14082