Los lectores del diario El País sólo conocen un comentario del Premio Nobel de Literatura José Saramago respecto a Cuba. Son una docena de líneas firmadas por el escritor que publicó este diario en abril del año 2003 bajo el título «Hasta aquí he llegado». Con motivo de los fusilamientos en aquel mes, José Saramago […]
Los lectores del diario El País sólo conocen un comentario del Premio Nobel de Literatura José Saramago respecto a Cuba. Son una docena de líneas firmadas por el escritor que publicó este diario en abril del año 2003 bajo el título «Hasta aquí he llegado». Con motivo de los fusilamientos en aquel mes, José Saramago expresaba su desacuerdo y afirmaba que Cuba había perdido su confianza, dañado sus esperanzas y defraudado sus ilusiones.
Nunca más volvió a recoger el diario madrileño posición alguna de Saramago sobre la Isla. Para quienes tienen la desgracia de vivir desinformados por confiar en El País, vamos a recordar algunas de las declaraciones del Nobel desde entonces hasta hoy.
Seis meses después se publica simultáneamente en el diario La Jornada de México, en Juventud Rebelde de Cuba y en los digitales Cubadebate y Rebelión, una larga entrevista de la periodista Rosa Miriam Elizalde a José Saramago. Terminaba con esta afirmación: «Yo no he roto con Cuba. Sigo siendo amigo de Cuba, pero me reservo el derecho de decir lo que pienso, y decirlo cuando entienda que debo decirlo». El problema es que el diario español también se reserva publicar lo que dice Saramago sólo cuando es contra Cuba. Nunca hizo ninguna referencia a este comentario. Sin embargo se hicieron eco medio centenar de medios en internet, la mitad de ellos con versión en papel.
La Alianza de Intelectuales Antiimperialistas emitió un comunicado poco después donde aplaudía «la valentía y honestidad del Premio Nobel de Literatura José Saramago». En opinión de esta asociación, que afirmó compartir la posición del escritor, «esa postura refleja la coherencia del intelectual comprometido, quien expresa sus diferencias y críticas, pero nunca olvida ponerse del lado del débil y de quien lucha por un mundo mejor, en este caso Cuba».
Abril de 2005. Titular de Reuters: «Cuba recupera apoyo de Saramago y Galeano antes votación en ONU». La noticia recogía el apoyo a Cuba de varios premios Nobel junto a 150 intelectuales. El manifiesto recordaba que en Cuba «no ha existido un solo caso de desaparición, tortura o ejecución extrajudicial y donde a pesar del bloqueo se han alcanzado índices de salud, educación y cultura reconocidos internacionalmente», y denunciaba el intento de Estados Unidos de condenar a la Isla en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra. Ni una palabra de ese manifiesto salió en las páginas de información de los grandes medios españoles. Eso sí, amigos de Cuba tuvieron que contratar un anuncio pagado para que El País lo publicara… en las páginas de Deportes.
Junio de 2005. «Soy amigo de Cuba en cualquier circunstancia y lo he sido siempre», afirmaba Saramago en una conferencia en la Universidad de La Habana. Lo que no le impedía reiterar, en presencia del ministro de Cultura cubano, que consideraba un error los fusilamientos del año 2003. Ni El País ni ningún gran medio español informó de la presencia del Nobel en Cuba, y mucho menos de sus palabras de apoyo.
Junio de 2005. En una nueva entrevista, de nuevo para La Jornada y Juventud Rebelde, en el Palacio del Segundo Cabo, en La Habana vieja, Saramago afirma: «a pesar de que lo que dije entonces, con mucho dolor y sin querer romper definitivamente con Cuba, ha sido celebrado, manipulado, usado. Después se han dado cuenta que las cosas no iban por ahí y empezaron a aparecer versiones: Saramago está otra vez con Cuba y no sé qué. En fin, lo que importa es que estoy aquí, que soy amigo de Cuba y que la manipulación mediática no me quita el sueño. Tengo otras cosas que me quitan el sueño».
Y continúa Saramago en esta entrevista: «Pero como alrededor de Cuba se ha inventado todo ese aparato de calumnias, a mí no me sorprende nada que muchas personas lo ignoren. Hay una acción diabolizante, sistemática, que se reproduce por todos los medios posibles de la estructura de poder en el mundo, que intenta ocultar esa verdad obvia que ha rescatado Chomsky. Por lo que se dice continuamente pareciera que no tiene el mundo otro problema que Cuba, cuando esta isla no es uno de los países que más preocupaciones da a los habitantes del planeta. Más bien lo contrario. Cuba no es, y no ha sido nunca, un país de donde haya salido una acción terrorista. Cosa que no puede decir Estados Unidos». Silencio absoluto en España. Para la prensa hispana Saramago no estaba en Cuba.
Han pasado más de dos años de las críticas de José Saramago a Cuba, pero los lectores de El País y de la gran prensa española siguen sin conocer la opinión del premio Nobel respecto a Cuba. O si lo recuerdan es para decir lo siguiente que escribe David Gistau en El Mundo contra el escritor: «Ya disculpó al verdugo, al cerrajero totalitario. Ya se reconcilió con Fidel, acaso por nostalgia de ese geyperman revolucionario al que se encomienda la intelectualidad neocomunista para que les vengue de todos sus resentimientos antiamericanos».
Así, día a día, con las declaraciones de una figura relevante de la cultura y con otra, con un tema o con otro, con cualquier acontecimiento, es como se van moldeando el engaño de las sociedades. Hasta que el globo cada vez más hinchado de la mentira les explote en la cara. Sólo falta el alfiler.