Cuba sorprende al mundo cada Primero de Mayo, con desfiles que agrupan, en toda las Isla, a varios millones de personas (1). Es una imagen molesta para los centros de poder, que tratan de empañarla mediante sus poderosos mecanismos de propaganda. Este año, un hombre con una bandera de EEUU irrumpía en la Plaza de […]
Cuba sorprende al mundo cada Primero de Mayo, con desfiles que agrupan, en toda las Isla, a varios millones de personas (1). Es una imagen molesta para los centros de poder, que tratan de empañarla mediante sus poderosos mecanismos de propaganda.
Este año, un hombre con una bandera de EEUU irrumpía en la Plaza de la Revolución de La Habana, minutos antes del comienzo del desfile popular (2). Automáticamente, la información de agencias y grandes medios sobre el Primero de Mayo en Cuba, obviaba la gigantesca movilización popular, para centrarse en la protesta solitaria y estrambótica de un solo individuo (3).
Como en cualquier lugar del mundo donde alguien irrumpe en un acto en el que, a pocos metros, está el Jefe de Estado y el resto de autoridades del país, el hombre fue reducido (4). Pero lo que, de ocurrir en otro lugar, sería presentado como el protocolo normal de seguridad, en Cuba era convertido en «represión». En «El Nuevo Herald» leíamos que «agentes represores» «arrestaron y golpearon violentamente» al hombre, quien «fue sometido a golpes» (5). Una versión absolutamente distorsionada y exagerada de su reducción y desalojo, tal como se comprueba en los videos publicados (6).
La misma exageración que, durante años, han empleado estos medios para convertir en «golpizas» o «brutalidad policial» (7) la retirada de la vía pública de las llamadas Damas de Blanco, con un grado de fuerza mínimo, si lo comparamos con la extrema violencia que emplea la policía en otras latitudes (8).
El hecho seguía el guión conocido. El portavoz de la Casa Blanca, Joseph Crook, acusaba a Cuba de violar la «libertad de expresión» del hombre de la bandera y le exigía «respetar los derechos humanos» (9). Esto lo decía -sin que leamos, en los medios, comentario alguno sobre semejante contradicción- el Gobierno que ha prometido expulsar por la fuerza a tres millones de seres humanos (10), o que impulsa una reforma que privará a 24 millones de personas de su actual cobertura de salud (11).
Es el mundo al revés de los grandes medios de comunicación. Los que nos cuentan que 40 muertos en Venezuela son producto de la «represión» policial (12), cuando los hechos probados apuntan -en la mayoría de los casos- a la acción de extrema violencia de manifestantes de ultraderecha (13).
Los medios que desenfocan a miles de personas que defienden la Revolución cubana un Primero de Mayo, para enfocar a un infeliz, expreso por delitos de robo, que ya se ha ganado el expediente necesario para obtener visa y asilo político en EEUU (14). Ahora que, derogada la política de «pies secos pies mojados», emigrar al Norte desde Cuba se ha puesto… tan difícil (15).
(4) http://elpais.com/diario/1993/
(5) http://www.elnuevoherald.com/
(6) https://www.youtube.com/watch?
(10) http://www.elmundo.es/
(11) http://www.losreplicantes.com/
(12) http://internacional.elpais.
Fuente original: https://www.cubainformacion.