Recomiendo:
0

Venezuela-EE.UU.

Tambores de guerra, pero por ondas

Fuentes: IPS

El gobierno estadounidense de George W. Bush pidió al Congreso dinero para que la emisora de radio y televisión oficial Voz de América «mejore sus transmisiones de noticias» hacia Venezuela, con cuyo gobierno está enzarzado en una fuerte controversia política y diplomática. La medida responde al parecer a las transmisiones de Telesur, una cadena de […]

El gobierno estadounidense de George W. Bush pidió al Congreso dinero para que la emisora de radio y televisión oficial Voz de América «mejore sus transmisiones de noticias» hacia Venezuela, con cuyo gobierno está enzarzado en una fuerte controversia política y diplomática.

La medida responde al parecer a las transmisiones de Telesur, una cadena de televisión internacional del Estado venezolano en sociedad con Argentina, Cuba y Uruguay, que intenta constituirse en una réplica regional de la señal árabe Al Jazeera, a fin de brindar «un punto de vista del Sur sobre los problemas latinoamericanos», recordó a IPS su director, Aram Aharonian.

Telesur comenzó sus transmisiones el pasado julio, con la emisión de películas documentales, largometrajes y noticiarios que en Venezuela pueden verse las 24 horas en la televisión por abonados, mientras que en Cuba se transmiten resúmenes diarios en sus emisoras estatales y otro tanto empieza este fin de semana el canal Ciudad Abierta, del gobierno de Buenos Aires.

Washington explicó que la Voz de América «mejorará su información sobre Estados Unidos y el mundo hacia Venezuela, Zimbabwe y Afganistán», con costos que se cargarán al presupuesto 2007, el cual comenzará a ejecutarse en octubre.

La junta de gobernadores de la radio oficial, también identificada como Voz de los Estados Unidos de América, sólo anunció un nuevo programa de televisión en español para América del Sur, sin ofrecer mayores detalles.

Por su parte, portavoces de Caracas afirmaron que la propuesta de Washington «forma parte de una política intervencionista abanderada por legisladores del (sudoriental) estado de Florida, ligados a la mafia anticubana de Miami».

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, sostiene continuamente que Estados Unidos tiene en su horizonte estratégico derrocarlo, liquidarlo o incluso invadir su país.

Una declaración del Ministerio de Información del país sudamericano expresó «indignación por el despilfarro del dinero de los contribuyentes estadounidenses y la competencia desleal que significa la Voz de América transmitiendo lo que aquí transmiten, con igual ineficacia y menor costo, los medios de comunicación opositores».

Cuando surgió Telesur, el congresista de Florida Connie Mack, del gobernante Partido Republicano, propuso a la Cámara de Representantes impulsar emisiones de radio y televisión para «ofrecer a los venezolanos información precisa y objetiva», y contrarrestar «el antiamericanismo (contra Estados Unidos)» que intuía se daría en el canal latinoamericano.

La semana pasada la cadena qatarí de televisión satelital Al Jazeera y Telesur firmaron en Doha un memorando de entendimiento, para intercambiar programas, compartir experiencias de capacitación periodística y técnica, y prestar apoyo mutuo a sus respectivos corresponsales.

Mack volvió entonces a la carga, pues la alianza Al Jazeera-Telesur «tiene el efecto de crear una cadena global de televisión para terroristas», ya que en su opinión la estación qatarí «con frecuencia ha servido de portavoz del terrorismo».

Según Mack, a Chávez «se le fue la mano». «No fue suficiente difundir su propaganda socialista por Latinoamérica. Ahora está bajo la misma caparazón de la televisión terrorista original», añadió.

Aharonian dijo no tener «ningún problema en hacer convenios con cualquier entidad, que sean beneficiosas para nuestro canal. No entiendo en qué se basa Mack. Seguimos creyendo en valores como democracia, pluralismo y libertad de expresión».

Caracas consideró las declaraciones de Mack «un insulto a los gobiernos de Argentina, Cuba, Uruguay y Venezuela», así como «una amenaza velada», y recordó informes según los cuales la Administración Bush se planteó en el pasado reciente bombardear las instalaciones de Al Jazeera en Doha.

Elizabeth Safar, ex directora del Instituto de Investigaciones de la Comunicación en Caracas, dijo a IPS que «esto puede entenderse como una guerra por ondas, ideológica, política y de propaganda» entre Estados Unidos y Venezuela.

Sin embargo, «la efectividad de tales guerras es limitada, si miramos lo hecho por Radio y TV Martí, cuyas transmisiones son persistentemente bloqueadas o interferidas por el gobierno de Fidel Castro».

La Radio y Televisión Martí fue creada hace dos décadas por Estados Unidos y realiza emisiones dirigidas expresamente hacia Cuba y refleja puntos de vista del exilio anticastrista.

«En cambio la Voz de América transmite información con más equilibrio sobre puntos de vista estadounidenses, pero no hacia un país o tema, sino hacia escuchas en todo el mundo y en muchos idiomas», dijeron a IPS varios de sus corresponsales en la región..

Para Andrés Cañizález, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello y compilador de un informe anual sobre libertad de expresión en Venezuela, «es evidente la remembranza con lo que ha sido la Radio y TV Martí».

Pero «no sólo se trata de situaciones políticas diferentes, sino que aquí no existe un sistema de control gubernamental como el de Cuba sobre lo que se informa o no. A pesar de los tropiezos, existe y funciona la libertad de expresión», opinó Cañizález.

Safar recordó que, desde que el Congreso estadounidense consideró contrarrestar a Telesur, Chávez anunció que usaría la misma estrategia que ha empleado La Habana, y evocó el muro con el que Castro replica a los mensajes que proyecta en su fachada la oficina de intereses estadounidenses en la capital cubana.

Según el diagnóstico de Safar, «en Venezuela existe un gobierno militarista y autoritario que restringe el derecho a la libre circulación de la información, por ejemplo con las cadenas de radio y TV obligatorias para transmitir los mensajes del presidente, que duran a veces hasta siete horas», y con ese estilo es seguro que replicará a una ofensiva o «guerra» de ondas que se genere en el Norte.