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¿Tenemos los seres humanos información suficiente sobre problemas de nuestra existencia biológica y social?

Temas trascendentales

Fuentes: Rebelión

Hacia el primer tercio del siglo XX Sigmund Freud hablaba con pesimismo de las tres fuentes fundamentales de sufrimiento humano: la decadencia y destrucción inexorable del cuerpo; nuestra debilidad frente a las omnipotentes fuerzas del mundo exterior representadasen la naturaleza; y la sistemática imperfección de las relaciones humanas. Esta última fuente para Freud, es motivo […]

Hacia el primer tercio del siglo XX Sigmund Freud hablaba con pesimismo de las tres fuentes fundamentales de sufrimiento humano: la decadencia y destrucción inexorable del cuerpo; nuestra debilidad frente a las omnipotentes fuerzas del mundo exterior representadasen la naturaleza; y la sistemática imperfección de las relaciones humanas. Esta última fuente para Freud, es motivo de especial de dolor para la especie, pues sabemos que con una racionalización de organización social, mucho en sufrimiento nos ahorraríamos y algo de disfrute se recibiría.
 
Con el tiempo se vio que los planteamientos del padre del psicoanálisis eran un tanto pesimistas, en lo que tenía que ver con las dos últimas fuentes de sufrimiento. Ya en el siglo XXI nos vanagloriamos de los grandes avances científicos. Dichos progresos permiten resolver problemas insolubles para la época de Freud. Enfermedades mortíferas, ambientes inhóspitos, distancias fatigosas, terremotos destructivos, han sido amainados mediante aparatos y técnicas de prevención y organización, haciendo a las catástrofes con millones o tan sólo miles de muertes la excepción; en cuanto a una mejor organización social, se ha evidenciado que con la implementación de una real participación de todos los habitantes del planeta en los asuntos de trascendencia vital, por dar un ejemplo, se mejorarían sustancialmente las condiciones sociales de existencia. Esto fue algo ya presentido luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando luego de esta catástrofe humana, se planteó el propósito de no repetir tal experiencia dada la muerte y destrucción causadas en unos niveles que hicieron temer por la supervivencia humana. Aunque con algo de escepticismo, fueron expuestas las posibilidades de aminorar los instintos destructivos mediante una factible menor opresión y un uso sensibilizado de los progresos tecnológicos facilitador de la liberación de formas de opresión nuevas pero al servicio de viejos intereses de clase; un asunto repetidamente abordado por miembros de la Escuela de Frankfurt como Herbert Marcuse.
La conclusión de esto es que de una u manera nos fue puesto de presente, con un mínimo de certeza, cuales son las dificultades que como especie humana tenemos en presente y tendremos en el futuro; avizoramos con ello nuestras limitaciones actuales y las por venir y las posibles formas racionales de irlas superando. En una frase, tenemos una conciencia más o menos precisa de cuales son los obstáculos a nuestra existencia como seres vivos en el planeta, y los generados como especie con historia en la búsqueda de una mejor organización social, coadyuvante del pleno desarrollo de las posibilidades sociales e individuales de la especie.
 
Si tenemos este saber, y además tenemos por premisa de la investigación, la importancia de la discusión de los temas preocupantes en el hoy y el mañana, lo más amplia posible, es decir democrática, por la sencilla razón de referirse a temas afectantes de la vida, deberíamos poseer una amplia visión de todos estos asuntos, por muy bastos y complejos que sean, dentro de la actividad comunicativa de los medios; siempre hay una forma sencilla de explicarlos, esta es por lo general la mejor.
 
Aquí el cuestionamiento más profundo que podemos hacer a la comunicación contemporánea: ¿Tenemos los seres humanos información suficiente y en alguna forma profunda sobre esos problemas y/o obstáculos a nuestra existencia biológica y social? Veamos que temas podrían poseer tal importancia como para ser puestos en la palestra mediática, y a la vez, raramente son abordados en los espacios de mayor concurrencia de lectores, oyentes o televidentes, algo irracional si tenemos en cuenta los intereses en juego.
 
El Cambio Climático
Para todos los medios de comunicación el huracán más notable de los últimos tiempos fue el Katrina en el 2005, así no los dijeron famosos periodistas, tal vez por acometer las costas de los Estados Unidos y este ser el principal polo mediático existente en la actualidad; de hecho mucho más muerte y destrucción han causado otros fenómenos de esta naturaleza en Centroamérica y de ellos en el mundo apenas se recuerda algo. No obstante para los metereólogos el acontecimiento de la década fue el huracán Catarina generado en el sur del Brasil, pues fue el primer huracán del Atlántico sur del cual se tenga noticia. Algo preocupante para aquellos pues podría ser un efecto del calentamiento de la tierra. Un hecho muy inusual para ser pasado por alto olímpicamente, por llamarlo benignamente, en los canales abiertos y sus noticieros, pretenciosos de mostrar la ‘realidad’ de lo ‘que está sucediendo’, y otros medios convertidos en adyacentes. No es posible aún ligar directamente a Catarina con el cambio climático, pero es un deber periodístico con la humanidad informar lo más ampliamente posible sobre las posibles causas de su ocurrencia y auscultar otros señalamientos de científicos sobre el fenómeno del Cambio Climático. En este tema hay quienes como el científico James Loverlock, afirman que hemos llegado a un punto de no retorno, y lo siguiente será la muerte de los bosques tropicales, deshielos de los polos, las inundaciones de la regiones más bajas al borde del mar, etc… Una visión de la tierra luego del desarrollo de los procesos relacionados con el Cambio Climático actual sería para este especialista, el del planeta Marte hoy, sin duda un triste final para no ser tenido en cuenta en los informes noticiosos.
 
No obstante hay menos pesimistas como el metereólogo James Hansen, para el cual simplemente la tierra se aproxima a estar más caliente de lo que ha estado en un millón de años, con todas las imaginables e inimaginables consecuencia que esto acarrea. Un posible fenómeno no visto antes por el ser humano culturalmente establecido. ¿Por qué no se realizan investigaciones periodísticas de amplia divulgación sobre las consecuencias de efecto invernadero en el presente y las proyecciones del futuro y se hace un seguimiento del fenómeno, con tantos expertos lanzando señales de advertencia sobre sus nefastas consecuencias a la vida como la conocemos hoy?
 
Posiblemente los patrocinios de la industria petrolera, o la de los automóviles en los canales de mayor penetración tendrán alguna incidencia en que esto ocurra. ¿Pero no es más importante la vida de las futuras generaciones que los intereses de los mismos magnates que figuran en la televisión, prensa o radio? ¿Si existen teorías diversas sobre el cambio climático cual es la razón para no contrastarlas? ¿Son aburridas? No podemos estimar con valores superficiales temas de tanta trascendencia. ¿Cómo es que las posibles amenazas a la vida en la tierra no pueden ser un tema interesante y seductor, cuando de lo que se trata es de ese valor fundamental? Tal vez tantos olvidos y negligencias se deban al motivo recientemente puesto de presente, de que el Cambio Climático afecta con especial insistencia y celeridad a las naciones más pobres; por ejemplo en Latinoamérica, a manera de sequías inusuales en la Amazonía o en Chile, cuando esta región no aporta a la emisión de gases provocadores del efecto de invernadero del planeta sino en una ínfima parte. Con ello se profundizan, si cabe todavía más, las desigualdades sociales, en esta zona, y es de prever en otras con las mismas características ambientales. Claro, esto no importa a los periodistas seguidores ciegos de las pautas mercantiles del centro capitalista.
 
No tiene justificación de ninguna clase el tratar como un asunto intrascendente y de forma superficial las discusiones globales de estos temas celebradas en convenciones internacionales. Pocos saben del Protocolo de Kyoto, una reunión de alcance mundial, donde casi todos los países acordaron rebajar las emisiones de gases a fin de disminuir el efecto invernadero (pocos recuerdan por tanto quienes al final no se comprometieron con este propósito: dos de los mayores contaminadores). Las reuniones internacionales sobre asuntos ecológicos son tratadas por la inmensa mayoría de periodistas como concursos de belleza o actos protocolarios sin ninguna fuerza vinculante, se les resta toda consecuencia sobre la cotidianidad presente y futura de quienes somos los destinatarios de los mensajes comunicacionales. Cuando son un esfuerzo racional de mejorar la calidad de vida del los seres humanos y prevenir daños al medio ambiente.
 
Quienes se apoderaron de los mass-media insisten en catalogar a los espectadores como carentes de iniciativa, banales, interesados por lo nimio y aborrecedores de cualquier profundidad temática, ante lo cual, sin otra opción, se les exhiben novelones cursis, programas de chismes, grotescos realitys, o rocambolescos deportes. Nuestro destino como especie es evitado como asunto a tratar, dicen los comunicólogos y sucedáneos, para no colocarnos en un estado de abulia y deprimirnos. ¡Que generosidad! El argumento de los gurús de la comunicación es el de la existencia de canales temáticos, dirigidos a unos pocos interesados, y sin lugar a dudas limitadísimos en su difusión. Es decir, la ubicación de un asunto que implica a los patrocinadores de los canales, muchos de ellos impenitentes contaminantes, en el sitio adecuado para propiciar su escaso conocimiento en las masas. Esto, como otras tantas cosas de la comunicación, exhibe lo patente de una dictadura que dispone lo que se debe decir, y aquello contrario a los intereses del capital, sin ser censurado, se refunde en medio de miles de minutos de basura mediática de diversas categorías. El Cambio Climático es un grave caso de esta práctica; de él sabemos con certeza poco en medios destinados socialmente a informar, y sin embargo sus efectos pueden acabar con nuestra vida. Todo un absurdo comunicativo, uno de tantos.
Los Daños Ecológicos
Mientras se manifiestan los resultados del Cambio climático, ¿qué se puede decir de los desastres ambientales más relativos a determinadas zonas, pero también afectantes del entorno habitable de millones de personas y seres vivos?
 
Por ejemplo, ya sabemos del impacto sobre la temperatura causado por la construcción de represas y el anterior desplazamiento, de en veces, pueblos enteros; un costo demasiado alto simplemente para generar beneficios a las grandes industrias; lo mismo para la construcción de puertos, carreteras, nuevos asentamiento humanos, explotaciones petroleras, minas, bajo meros principios de rendimiento del capital globalizado, dejando de lado la devastación del entorno y sus millones de organismo vivientes entre sí relacionados, dentro de los cuales nos contamos. El fundamento de este despropósito, lo sabemos, es el lucro. De los medios no diríamos que hablan poco de esto, más bien callan metódicamente dadas las directrices de los patrocinadores.
 
Pero bien, si esto de los daños ecológicos en casos como los enunciados no es así, y hay otras tesis al respecto, ¿por qué no discutir sobre ello abiertamente en los espacios más tomados en cuenta por los espectadores, lectores o escuchas? Que hablen claramente los grandes conglomerados financieros parapetados detrás de estas industrias, para controvertir el pesimismo del resto de la humanidad, mediante sus propios voceros, los periodistas dóciles. Aunque sea eso. Bien tenemos conciencia de que la agenda temática de la comunicación la imponen ellos, con lo cual se observa a las claras su mínima cultura y profundidad.
 
¿Hemos sabido algo de la adopción de todos los gobiernos, en especial de los más poderosos económicamente del planeta, de medidas destinadas a proteger en beneficio de todos los pueblos los recursos del planeta? ¿Será que esto no es de real trascendencia? Los periodistas encumbrados deberían decir algo al respecto.
Derechos Humanos
Este campo es de tal importancia, que marca una nueva era en las evoluciones de las diferentes culturas y su acentuada interdependencia, sobre todo en los últimos trescientos años. ¿Cómo citar con optimismo tantos progresos de la técnica, si no se han abolido las prácticas conocidas desde tiempos inmemoriales, identificadas como brutales por todos los seres humanos?
Este es un asunto concerniente a toda organización humana que se precie de democrática y moderna. Desde la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de la Revolución Francesa, se han firmado una serie de pactos de protección de la vida, y prohibición de los tratos crueles y las torturas: la Convención de Ginebra, el Tratado Interamericano sobre los Derechos Civiles, las legislaciones nacionales lo han proscrito expresamente, etc., y a pesar de toda esta legislación internacional y nacional, la violación de todas estas convenciones y leyes sobre el asesinato, la desaparición forzada, la tortura y malos tratos, no han dejado de aplicarse a seres humanos de todas las condiciones, preferentemente como una práctica de organismos con poderes omnímodos, es decir, estatales. Y es más, incluso se va en retroceso, debido a que se ha empezado a practicar alguna forma de tortura de forma legalizada por parte de un país con bases militares y armas por todo el mundo, pretextando ejecutarlas en desarrollo de una lucha contra un inmaterial enemigo, denominado ambiguamente ‘terrorismo’. Como un signo más de los malos tiempos respecto de los derechos humanos por el que atravesamos, tengamos en cuenta que las acusaciones en este sentido provienen de las Naciones Unidas, y tocan el no cumplimiento de la Convención de Ginebra (Ley de leyes en materia de conflictos), por parte de los EEUU. Concretamente en sus tristemente famosos vuelos y cárceles secretas en Europa, una preocupación de los jefes de estado de algunas naciones europeas, que ha resultado ser la ejecución de toda una política de estado, si se tiene en cuenta su concomitancia con la reciente aprobación de una ley en el Congreso de estadounidense en octubre de este año, facilitadora de la aplicación de ‘coacciones’ a los detenidos acusados de ‘terrorismo’, y la existencia desafiante a la comunidad internacional que significa Guantánamo. Es decir, una marcha al más oscuro pasado, algo muy preocupante, digno en todo sentido de ser tratado en extensión, por quienes difunden información, es decir cumplen un oficio humanística: el periodismo. Si tomamos en cuenta el alcance del tema, este no es tratado no en extensión ni en la profundidad requerida. Se ocultan estos abominables hechos con diversas formulas manipulatorias, que los dejan como simple crónica roja o hasta como algo curioso. Allí sin duda encontramos una complicidad mediática con los verdugos.
El Tema de la Fuente de la Vida: El Agua
Cuando vemos en los anuncios de televisión alusiones a que una empresa transporta agua en la mejor forma posible a los hogares, debemos ponernos muy alerta, pues si alguien hace un anuncio publicitario de un producto de primera necesidad, que está en manos del estado, es porque tiene pactado con otro vendérselo para privatizarlo. Los pretextos abundarán: mejor servicio, falta de recursos del estado, etc. Este es un asunto que debería ponernos a investigar sobre sus consecuencias.
 
Sabemos de la idea de los grandes conglomerados financieros de tomar como objeto de control para su explotación, el líquido vital, luego de arrasar con los bienes de capital, industriales y de servicios de los países del tercer mundo. Ahora se lanzan contra los recursos naturales estratégicos. Eso sí, lo hacen hasta ahora en silencio. A esto debemos agregar que no todo el planeta tiene acceso a agua potable, esta es más bien para una minoría, los habitantes de las zonas de origen de los grandes conglomerados. Teóricamente contamos con recursos hídricos para tres veces la población mundial actual, pero ya se piensa en términos de dominio y apropiación por la fuerza del elemento esencial de la vida. Si el agua es vista por los poderosos como un bien de comercio igual al petróleo, el gas, o el uranio, y permanecemos pasivos a ello, nada le espera a las dos terceras partes de la humanidad; luego de esto no cabe ya una usurpación más.
 
¿Cómo poder comprender a acuciosos egresados de las más renombradas escuelas de periodismo incluso mundiales, que no consideran este tema como de algún interés para sus espectadores? ¿Viven o aspiran vivir en el opulento Primer Mundo de fuentes luminosas y piscinas climatizadas?
Armamentismo Nuclear
¿Será que cuando los aguzados periodistas en sus escritorios relatan impasiblemente y a veces hasta con complacencia, las amenazas de los EE.UU. a Irán y Corea del Norte (a Rusia y a China no se les dicen nada), de utilizar su poder nuclear sobre estas naciones, consideran que estas bombas caerán en otro planeta y no en el que habitan? ¿Serán los iraníes, coreanos o iraquíes tan seres humanos para los periodistas de CNN, Fox, Televisa, Globovisión, Televisión Española, el periódico El País, y un largo etcétera, como lo son sus familiares o parientes, cuando hablan sin pestañear y hasta con desdén de que la ‘primera potencia mundial’ tiene planes para arrojar bombas a los territorios donde viven aquellas mujeres y hombres? ¿Tal es su ensimismamiento y futilidad?
 
Parece ser que esa es la realidad periodística cuando se trata un tema de tal gravedad, no siendo este un simple desarrollo teórico, como lo pueden constatar, los sobrevivientes y sus descendientes de los habitantes de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945. Hablar de posibles ataques con armas nucleares como una información más, al lado del estado del tiempo, es de por sí un acto bárbaro, en nada relacionado con el humanismo que debe constituir la base de todo trabajo en la comunicación de seres humanos.
 
¿No es este un tema de una gravedad tal que concita el rechazo de todos? Sin embargo muy poco sabemos sobre un peligro de origen muy humano, pero que en unos instantes puede aniquilar la vida de millones o, casi nada, la vida del planeta.
No sabemos de los propósitos de desarme nuclear auspiciados por las Naciones Unidas y diversas organizaciones en las naciones donde sus gobiernos han desarrollado tal forma de exterminio. Ignoramos mucho de la cantidad y letalidad de estos artefactos nucleares, y de la razón por la cual no se han desarmado países como EE.UU, quien posee más o menos la mitad del poder atómico militar. No obstante se le da toda la atención en los medios a este peligro, cuando aquella potencia, intimida a todo el mundo y en especial a quienes pretenden hacer cualquier ensayo nuclear, con fines pacíficos o no, sin tomar en cuenta maliciosamente, que los estadounidenses son los únicos que la han empleado con fines de destrucción contra otros seres humanos.
 
¿No merece esto un informe especial por los medios de mayor difusión, cuando hablamos de la posible destrucción de la vida en la tierra en unos segundos, como le ocurrió en pequeña escala a los habitantes de aquellas dos ciudades japonesas, hace poco más de cincuenta años?
 
Penosamente, gracias al periodismo paniaguado imperante, la mayoría de los habitantes del planeta no estarían mucho mejor informados y concientes del peligro que como espada de Damocles se cierne sobre nosotros con las armas nucleares, de lo que podían estar los japoneses en agosto de 1945. Una vergüenza de la comunicación actual, de la cual deben responder los periodistas que tácita o expresamente defienden a los regímenes con el gatillo nuclear, y ocultan sus planes de expansión mediante el temor al uso de estas armas. Porque con un ejercicio profesional y comprometido con la ética podrían activar la conciencia y con ello el clamor por la estricta aplicación de los acuerdos de desarme nuclear; no hacerlo equivale a no utilizar los medios entregados por el oficio periodístico para evitar la muerte de miembros de la especie de la cual forma parte.
Este es un asunto imprescindible en cualquier espacio informativo que se precie de abordar los temas fundamentales. Debería como los antes mencionados, ser objeto de seguimiento constante; no es una cuestión de especialistas. Es cuestión de humanismo.
Una Equitativa Organización Social
Regresando expresamente a lo planteado por Freud acerca de las penalidades innecesarias ocasionadas por una organización humana, propiciadoras de la marginación social, económica y cultural, esta una fuente de sufrimiento. Sorprende su ocurrencia con el conocimiento contemporáneo acumulado en historia, economía, demografía, etc. La construcción de organizaciones humanas basadas en la satisfacción de las necesidades básicas de los más, es por lo conocido, una posibilidad real, si tenemos en cuenta los recursos planetarios disponibles, y la mejor forma de distribuirlos con vistas a muchas generaciones. ¿Algo en esa dirección no se haría con la disminución a tan sólo la mitad del gasto mundial en armas? ¿Y si Europa, América del Norte, Japón, Australia, se proponen tener en cuenta al resto del planeta frenando su consumo desenfrenado, reservando recursos para quienes nunca lo han tenido? ¿Si como consecuencia de lo anterior, el primer mundo deja de extraer recursos del Tercer Mundo y permite a este ser dueño de su destino en un verdadero marco de globalización humana y no de capitales? En últimas, ¿si los pueblos logran ejercer el control de sus naciones? Lo se, estos son asuntos no realizados, pero si de posible materialización. ¿Estos temas no merecen ser examinados en los medios? No debemos repetir el motivo por el cual no son presentados, pero miles de millones de mujeres y hombres deben primar sobre la opulencia de unos pocos.
El Verdadero temario Contemporáneo
No pueden seguir los medios siendo cacatúas tecnológicas. Repitiendo que el terrorismo es el mal de la época, y malocultando los asuntos de mayores consecuencias para quienes habitamos el planeta y para quienes lo habitarán en 50 o 500 años. Basta ya de guerras contra ‘fenómenos’ tan ambiguos y manipulables como el ‘terrorismo’ y sus magnificaciones en imágenes y sonidos; no permitamos preponderancias mediáticas de ‘líderes’ anodinos, ignorantes, simples peleles de ínfimas oligarquías y sus redundantes apariciones; no toleremos que nos sea arrojada impunemente basura de los espacios destinados no a entretener, pues esto implica un pensamiento complejo y vínculos con la realidad, sino a distraer del análisis y reclamo de las mayorías por la violación y carencia de los más elementales derechos, como los humanos, al agua, aun ambiente sano para el presente y las siguientes generaciones, a no morir por causa de una bomba de uranio empobrecido arrojada dos años antes. Podemos situar por ejemplo, nuestros gustos por los espectáculos deportivos en un contexto, y a partir de ello exijamos a los medios colocar los hechos en un orden directamente relacionado con los asuntos cruciales, es decir que sean aplicados los más elementales manuales de periodismo, desechados, una vez se encumbran como vedettes, los escribas de los faraones modernos.
 
Las amenazas a la vida en el planeta como la conocemos actualmente, representadas en el cambio climático, la lucha por los recursos naturales auspiciado por arrogantes y ambiciosos entes privados hablando a través de insensibles y estólidos gobernantes, mediante constantes amenazas del empleo de armas nucleares, o la ejecución de estrategias y prácticas de guerra de baja intensidad en diversas regiones del mundo, la concentración de recursos en unas pocas privilegiadas regiones y aún en sus más ínfimas oligarquías en desmedro de abrumadoras mayorías de los cinco continentes, la militarización de la cotidianidad correspondiente a esta violencia, son los aspectos más álgidos de nuestra existencia sin lugar a dudas. De su conocimiento y discusión seguramente dependerá nuestro futuro.
No lo decimos simplemente los ciudadanos del común, renombrados centros de estudios del primer mundo como el Oxford Research Group (ORG) de Gran Bretaña, conceptúan que el terrorismo, las violencias individuales, la seguridad entendida como armarse hasta los dientes, no son los obstáculos más acuciosos a los que nos enfrentamos, así que no podemos estar tan dementes. Esto es algo muy distinto de las rocambolescas afirmaciones de periodistas sin ética, en sus privilegiadas tribunas recitando el libreto del poder. Los comunicadores que insisten en arrojar visiones redundantes sobre estos temas, son sencillamente asalariados extraviados del oficio, al venderse al mejor postor, podrían haber sido banqueros, es algo más sincero en su desprecio por los valores humanísticos. En este aspecto de los temas trascendentales, el oficio más bello del mundo, del que hablaba Camus, se ve emparentado con la más rastrera práctica cómplice con los estragos del capital; o tú lector ¿lo podrías llamar de otra manera?
Bibliografía
-El Malestar en La Cultura: Sigmund Freud.
-Eros y Civilización: Herbert Marcuse.
-Ge Other Hurricane: Mike Davies. Tomdispatch.com. 05 de Octubre, 2005
-Los Pobres, Principales Víctimas Del cambio Climático : Enrique López Magallón. Deutche Welle. En Argenpress. 06 11 2006.
-La ONU sienta en el banquillo a los Estados Unidos por torturas en la lucha antiterrorista: Juan Gasparini. RedVoltaire 27-12-2005
-Unión Europea advierte sanciones para países involucrados en violación de derechos humanos. Exigen a EEUU aclarar cárceles de la CIA: El Universal de Caracas. 27-12-2005
-¿Estamos Cerca de Una Catástrofe? : Bill McKibben. ZNET. 0ctubre 23 de 2006
-El Andamiaje de la Privatización del Agua. :Gustavo Castro Soto. Alaj-Amlatina. 03-11-06.
-El Terrorismo No es La Mayor Amenaza Mundial. Rebelión. 18-10-06: Rosa Meneses. El Mundo.