Traducido del inglés por Atenea Acevedo, miembra de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala
En lo que sólo puede describirse como un fugaz pero espeluznante vistazo a las operaciones del lobby sionista en el corazón de los medios británicos, la semana pasada el diario The Guardian despidió a una colaboradora iraní después de que un grupo de neocons islamófobos a favor de la guerra la acusara de antisemitismo.
A Soraya Tehrani, madre iraní que vive en Londres y trabaja en una organización de beneficencia infantil, se le comisionó la redacción de 2 artículos para la sección Comment Is Free (CIF) a modo de crónicas de los horrores rutinarios que soportan las mujeres árabes cuyas vidas han sido devastadas por la invasión estadounidense e israelí. Poco después, debido a la creciente presión de blogs y «vigilantes» sionistas, sus notas fueron retiradas. Aparentemente, Tehrani también publicó comentarios en el foro abierto de un blog que, según el editor Matt Seaton, revelaba todos los sellos distintivos del ‘discurso racista antisemita’. Sin embargo, si algo impresiona de las aportaciones editoriales y los comentarios de Tehrani, es su elocuente y aguda crítica política, carente de referencia racial, étnica o religiosa alguna.
No obstante, Seaton, editor de The Guardian, rápidamente vetó a Tehrani de la sección CIF y envió una carta de disculpa a David Toube, conocido sionista a favor de la guerra e implicado en campañas difamatorias, con la promesa de mejorar la política de moderación del diario y evitar que los comentarios antisemitas se filtraran a su blog.
Como si no bastara que el editor de The Guardian enviara una carta de disculpa al islamófobo Toube, días después Seaton participó en una entrevista con Jewish Chronicle, en la que aseguró a sus lectores judíos que no toleraría ninguna forma de ‘racismo’ ni ‘discursos de odio’.
Analicemos pues lo que el editor Seaton considera racismo y discurso de odio. A continuación reproducimos uno de los comentarios más ofensivos y ‘antisemitas’ de Tehrani:
«Los republicanos han masacrado a millones en Oriente Medio y en otras regiones del planeta para complacer a sus adorados israelíes, ¿de qué se quejan? ¿Qué más puede hacer el gobierno estadounidense-israelí en Washington para complacer a sus SÚPER amos en Tel Aviv? ¿Orquestar más matanzas, tal vez ahora están sedientos de sangre persa? Quién sabe, estos dioses siempre se salen con la suya… son un grupo de salvajes, egoístas, arrogantes…»
¿Dónde está el antisemitismo? Reconocer que las recientes guerras estadounidenses servían a intereses israelíes no es sino decir la verdad. Resulta difícil entender cómo es que acusar a Washington de cometer crímenes de guerra en Oriente Próximo constituya una difamación racista y ‘antijudía’. Está claro que en las palabras de esta mujer, cuya voz política ha sido temporalmente acallada gracias a los medios liberales, no hay mención alguna a cuestiones de raza ni origen étnico.
En otro comentario hoy borrado señala: «La estrella de David se ha paseado por el número 10 de Downing Street desde que Thatcher estaba en el poder».
Desgraciadamente, la estrella de David se ha convertido en un símbolo del nacionalismo judío. Se encuentra en la bandera, los aviones y los tanques israelíes. En tanto Israel arroje bombas sobre poblaciones civiles desde aviones decorados con esta estrella, toda referencia al citado símbolo habrá de interpretarse como una crítica política legítima.
No obstante, en consideración del hecho de que el principal recaudador de fondos de los laboristas es, ni más ni menos, Lord «Cashpoint» Levy, a quien The Times describe como «un pilar del judaísmo británico y un líder del sionismo internacional», no cabe duda de los vínculos entre la estrella de David y el número 10 de Downing Street.
Lamentablemente, las políticas y prácticas genocidas de Israel han hecho de la estrella de David un referente de una ideología mortífera expansionista. Sin embargo, resulta aún más preocupante el hecho de que una estrella ‘líder del sionismo internacional’ financiaba al gobierno laborista mientras Gran Bretaña era arrastrada a una guerra ilegal.
Tehrani, en todo caso, no divulga la nutrida lista de judíos sionistas (Wolfowitz, Libby, Levy, maestros de los donativos mediante prestanombres, etc.) que trabajan con los gobiernos estadounidense y británico para defender la causa israelí; por el contrario, hace mera referencia a ‘los republicanos’, ‘los israelíes’ y a un símbolo nacional.
Como personas comprometidas con la lucha por la causa palestina y se enfrentan al racismo sionista día tras día, esperamos ansiosamente que The Guardian y sus editores nos muestren qué tienen derecho de decir las personas musulmanas y quienes apoyamos a Palestina. ¿Qué está permitido? ¿Podemos siquiera criticar al Partido Republicano o las políticas genocidas sionistas? ¿Qué nos queda sino postrarnos y permitir que los tanques y las bombas de racimo, adornadas con la ‘estrella de David’ acaben con nuestras vida?
Hay que decir que resulta al mismo tiempo alarmante y divertido ver a este bastión de los ‘medios liberales’ agachar la cabeza frente a un grupo de presión neocon que no sólo apoya la guerra en Irak, sino que además caza activistas humanitarios. Parece que The Guardian está feliz de emplear a una colaboradora iraní, pero la rechaza en el instante mismo en el que ella muestra que no adora a Israel. Tristemente, The Guardian se ha deteriorado para transformarse en una herramienta silenciadora que actúa en nombre de la mortífera y devastadora ideología de un grupo de presión sionista.
Hemos tratado de contactar al editor Seaton por teléfono y correo electrónico en numerosas ocasiones en los últimos dos días. Nos gustaría pedirle que justificara su política de censura y la forma en que ha etiquetado a Tehrani como una persona que escribe material antisemita. Nos gustaría pedirle que analizara claramente el texto citado y explicara cómo es posible usarlo para calumniar y silenciar a su autora.
Seguimos esperando su respuesta.
Fuente: http://palestinethinktank.com/2008/10/07/guardian-held-hostage-by-islamophobic-pressure-group/