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Rompiendo el consenso

Una contraofensiva al efecto mediático de los medios de comunicación de masas

Fuentes: Rebelión

«Setenta y cuatro mil repeticiones hacen la verdad.»Aldoux Huxley.Cuando nos sentamos a ver la televisión, cuando leemos un periódico, cuando navegamos en internet,  hasta cuando escuchamos la radio, creemos estar en realidad bien informados acerca de los problemas que existen dentro de nuestra sociedad, creemos estar capacitados para poder discutir sobre la problemática, no sólo […]

«Setenta y cuatro mil repeticiones hacen la verdad.»
Aldoux Huxley.

Cuando nos sentamos a ver la televisión, cuando leemos un periódico, cuando navegamos en internet,  hasta cuando escuchamos la radio, creemos estar en realidad bien informados acerca de los problemas que existen dentro de nuestra sociedad, creemos estar capacitados para poder discutir sobre la problemática, no sólo nacional sino internacional del acontecer cotidiano, creemos estar concientes del entorno que nos rodea. Sin embargo, dicha «conciencia» está supeditada sólo para discutir banalidades dentro de la pseudo-realidad que se nos brinda por los medios de comunicación, se nos forma una opinión condicionada, alejada de cualquier tipo de verdadera reflexión, se evita que seamos críticos frente a lo realmente relevante y, por ende, que «atente» contra el «bienestar social». Un bienestar que antepone lo cuantitativo frente a lo cualitativo y en donde los dueños del mundo, americanizando nuestras mentes, nos hacen creer que estamos alcanzando el ansiado progreso.

El fin de la presente ponencia es plantear una alternativa de difusión, que verdaderamente ofrezca un conocimiento real de la sociedad y ayude, a su vez, a formar conciencia crítica; aquí, si bien se analiza la influencia que ejercen en nuestra forma de pensar y concebir la realidad ofrecida por los  medios de comunicación, no se considera a las masas como un ente puramente pasivo que simplemente se comporta de una manera condicionada, sino más bien consideramos en ella un potencial capaz que siempre ha tenido como agente de cambio social, pero que lamentablemente se encuentra adormitado. Debido a ello, en una primera parte de la ponencia se analizará el poder mediático de los medios de comunicación, en una segunda parte se ejemplificará dicho poder simbólico y mediático con lo que representa el ALCA y la forma como se busca justificarlo y legitimarlo, para culminar luego en una tercera parte, y concibiendo a las masas como agentes de su propio destino, dar algunas alternativas de respuesta «apropiándonos» de los mismos medios de comunicación utilizándolos  para romper el consenso y deslegitimar lo que se nos intenta imponer mediante un lavado de cerebro y bombardeo repetitivo de los medios informativos.

Elaborando el consenso

Una de las características principales del ser humano es su capacidad de poder comunicarse y de transmitir información, pero sobretodo su principal facultad es la de creación de sentido a lo que trasmite. Así es posible que al transmitir información cada quien la pueda brindar dándole una carga subjetiva intencional, que es lo que precisamente efectúan los medios de comunicación al brindar información desde su aparición y con mayor intensidad al masificarse, con la prensa escrita, la radio, la televisión, y actualmente el internet.

¿Pero a qué respondería que los medios de comunicación se comporten de esta manera? Los medios de comunicación nos brindan una representación falsa de la realidad, y esto responde a que son utilizados por sus dueños (que son, a su vez, los dueños de grandes capitales económicos de las transnacionales) para justificar su propio comportamiento económico y a su vez justificar el mismo sistema capitalista en el cual nos encontramos inmersos y del cual ellos se sustentan. Sería un absurdo pensar por ejemplo que el comportamiento informativo de estos medios va a atentar contra sí mismos criticando las desigualdades y contradicciones económicas imperantes.

También es necesario tener presente que bajo esta lógica del capitalismo la misma función misma de los medios de comunicación se corrompe, pues con la primacía ahora, no ya de brindar información, sino de vender audiencias, el contenido informativo se hace mucho más general y menos sectorial, pues sólo se busca ahora el interés y agrado de la mayor cantidad de la población.

Esto trae como consecuencia que los medios de comunicación «escojan» la información que le debe llegar a la población, es decir se introduce dentro de los informativos y la prensa, noticias que agraden, que distraigan, que sean de un «interés» general, en donde cualquier vínculo con la problemática real de la sociedad sea dejada de lado, así los medios de comunicación se convierten en productos de consumo, en donde la misma competencia entre ellos es nociva y perjudicial para el receptor, debido a que se le brindan sensacionalismos.

Es interesante hacer notar lo que en realidad son las noticias, no todo lo que sucede en nuestro entorno merece o cae bajo el rango de noticia, pues no todo en realidad trasciende o es importante, pero como mencioné líneas atrás los medios de comunicación, cuando nos brindan información lo hacen respondiendo a intereses estructurales, en donde se escoge un tipo de información que no cuestione ni critique nada en lo absoluto, es decir se crea una agenda noticiosa, de lo que en verdad es «importante» para nosotros y eso es lo que se nos brinda para informarnos.

A este tipo de información escogida se le ha denominado agenda getting, en donde no sólo se nos dice cuales son las noticias del día, sino hasta la importancia misma que les debemos dar a ellas. Así, si nos preguntasen (como ha sucedido en algunos estudios) cuales son los problemas de la sociedad en la que vivimos, damos como respuesta la imagen representada de la sociedad que nos ofrecen los medios de comunicación, y no hay concordancia con lo real en nuestra respuesta. Es decir, mediante los medios masivos de difusión se nos legitima lo virtual.

Y se nos legitima lo virtual presentándonos los real como un simulacro, es decir, se construye todo un andamiaje por el cual se elaboran representaciones e imágenes que no tienen ya ningún tipo de relación con la realidad, se nos brinda lo que sería hiperreal, una elaboración fantástica cargada de ideología, en donde se busca que nos perdamos dentro de lo maravilloso y nos olvidemos del mundo de verdad.

Baudrillard toma como ejemplo el caso de Disneylandia, ese «maravilloso mundo» creado para la distracción y entretenimiento, el cual, dice, se nos es presentado como exageradamente fantástico para que al salir de él creamos mucho más en la realidad del mundo exterior, es decir, se trata de hacer lo irreal, real, comparándolo con lo fantástico, imponiendo también el estilo de vida americano y separando lo infantil de Disneylandia con lo adulto de la sociedad real, buscar ocultar el verdadero infantilismo en el cual nos encontramos inmersos. 

Los medios de comunicación nos brindan entonces una pseudo-realidad, pero buscan también evitar cualquier tipo de reflexión dentro de la sociedad y esto lo consiguen no sólo como hemos apreciado virtualizando nuestro mundo, sino también mediante la ocultación de información. Pues como podría yo criticar algo, si en realidad no lo conozco, la única posibilidad para muchos de enterarse de algo que en realidad es importante es, cuando los afecta dentro de su vida cotidiana, así por ejemplo para un campesino, sólo reclamará algo cuando vea y sienta que está dentro del problema, ¿pero que es lo que sucede frente a lo que escapa a su cotidianidad? Debido a que no lo entiende y no conoce, busca información dentro de los medios informativos, y ya sabemos  la imagen distorsionada que se le va a presentar.

Vemos entonces, cómo mediante la prensa, la radio, y sobretodo la televisión, se nos presenta una imagen distorsionada de la realidad, y sobretodo por la televisión, en donde el apoyo dado por sus imágenes nos hace más convincente su discurso, por eso profundizaré un poco más sobre la imagen televisiva y lo nocivo que puede representar en cuanto a la ausencia de una reflexión frente a los problemas reales de la sociedad.

Sabemos que la religión siempre ha servido para justificar y legitimar el status quo en el cual vivimos. Para algunos la televisión cumple exactamente el mismo papel; en donde se acepta el «mundo» creado por ella, y sobretodo en donde al ser la televisión la primera referencia simbólica (pues un niño mira televisión, antes de saber leer y escribir) le va a formar sus propios valores, y como afirmaría Marcuse, se le crea hombre falsas necesidades, mediante los medios de comunicación, para que al cumplirlas se crea autorrealizado, se crea ya un hombre exitoso cuando en realidad es sólo la forma por la cual se le aparta de lo realmente importante y se le convierte en uno menos en la lucha por el cambio.

Apreciamos entonces lo perjudicial que puede representar la televisión para nuestra comprensión y reflexión de lo que nos rodea. Si bien la televisión ha revolucionado la forma de brindar información, el ciudadano actual cree que comprende las cosas, sólo porque ahora las ve, y se distorsiona el verdadero hecho, que se comprende por la razón y no por los ojos, se afirma también que el hecho de apreciar imágenes, en detrimento de lo escrito, ha hecho posible quitarle al hombre su capacidad de aprehensión frente a los conceptos. Debido a esto el homo sapiens, ha involucionado, al homo videns, es decir a un hombre que recibe y acepta todo sin realizar alguna reflexión.

Se afirma por lo tanto que el hombre actual ya no reflexiona frente a lo que ve, que ha sufrido una regresión intelectual, y que viviría mentalmente en una época de postpensamiento con un alcance similar de reflexión de la Edad Media.

Con la radio y la prensa se da también el fenómeno por el cual se busca una carencia de reflexión, basta ver como se escoge la información que se brinda, y que hemos mencionado el líneas anteriores (una agenda noticiosa que nos dice cual deben ser nuestras preocupaciones del día); a pesar de esto y dentro de todo, su alcance es menor y debido a su facilidad -sobretodo en el caso de la radio- de «apropiárselas » van a ser los medios más útiles para servir como alternativas de difusión.

Con el internet sobretodo parece evidenciarse este afán estratégico de unificar al mundo, bajo esta idea de la mundialización y globalización, donde se utiliza como soporte la tecnología de la información y comunicación, pues ahora se transnacionaliza la influencia cultural. Además no hay que olvidar el origen del internet como proyecto en un primer momento militar, y el hecho no casual que de forma «gratuita» se le brinde a la población su uso y acceso, y en donde se impone un ritmo de evolución al internet, sobretodo en el orden económico. Debido a ello, afirman algunos, el proyecto del internet ya está concluido, pues ya está dentro de nosotros como forma de globalizar nuestras mentes. Y para expandir el sistema de comercio norteamericano, bajo la idea de libertad de información.

Como hemos apreciado, entonces, los medios de comunicación forman a un hombre condicionado a aceptar la realidad tal y como se la presenta, -ojo que no esto no estamos afirmando que las masas sean un ente puramente pasivo, pero sin embargo son permisibles a su influencia- ante esto es que ofreceremos luego algunas alternativas de respuesta por parte de las masas.

Este sería el perfil del hombre común y su predisposición a ser influenciado por los medios de comunicación, y sobretodo por la televisión, en donde como comentábamos es posible una mayor sensacionalización y banalización,  del acontecer, producto mismo de las competencias entre medios.

Hasta ahora hemos apreciado como mediante los medios de comunicación, se nos ofrece una falsa realidad, y se nos debilita la capacidad de reflexión, pues los mismos medios se limitan sólo a formar una opinión de lo que supuestamente es lo real, es decir mediante la distracción, desinformación, y subinformación, se busca legitimar lo irracional, es decir formarnos un consenso, y esto  para que no haya ningún tipo de resistencia hacia lo que debemos aceptar, y hasta de lo que debemos pensar.

El ALCA

El Acuerdo del Libre Comercio para las Américas es una continuación necesaria para estados unidos  del «libre» mercado, por que establece la base institucional y formal, para lo que representa la absorción absoluta de los recursos, ahorros, mercados, comercios y empresas en América Latina, y es una forma de recuperar para Estados Unidos el dinero que está perdiendo debido a la competencia europea.

Este acuerdo es totalmente injusto y desigual, y atenta contra los propios derechos humanos, los cuales cada estado debería velar por cumplir, pues como se podría entender una apertura de impuestos para la entrada de productos, sin tener en cuenta los márgenes diferenciales, entre un gigante económico como Estados Unidos y un país como el Perú.

Parece un absurdo, que no se tengan en cuenta las grandes diferencias económicas y sociales, además el tratado cubre también servicios, propiedad intelectual y patentes, en donde sólo se beneficiará el que más dinero tenga. Además el estado es el más perjudicado pues las transnacionales tiene que recibir un trato favorable, y sobretodo este acuerdo como mencionábamos atenta contra los propios derechos del hombre, pues el estado tiene que velar por la mejora de condiciones de vida y alimentación de la población, cosa que quedaría sin piso al firmarse el acuerdo. Si no vale repasar el caso del NAFTA, para América del norte, y el caos específico del maíz mexicano, en donde al entrar maíz subvencionado de Estados unidos se produjo una gran crisis económica, desplomándose sus precios internos, originando un aumento de la dependencia económica y la pobreza aumentó de un 35% a un 52%.

Si Estados Unidos posee supremacía militar, diplomática, tecnológica, y quiere cometer abusos contra América Latina, porque no genera el rechazo que debería generar, al menos generalizado, esto no se debería a otra cosa que a la capacidad que tiene para persuadir, utilizando los medios de comunicación y formar consenso. Estados Unidos plantea una ofensiva cultural e ideológica, en donde no sólo se busca una americanización de nuestras mentes mediante una propaganda silenciosa, sino también imponernos mediante una industria cultural una personalidad heterónoma, dependiente e incapaz de pensar por nosotros mismos y responder más bien a todos sus estímulos simbólicos como perros de Pavlov.

Así mediante los medios de comunicación masivos se intenta consensuadamente justificar el ALCA en el caso peruano (entendiendo que el Perú responde a su vez a presiones estructurales externas, pero que sin embargo busca que sea aceptado por el interior de la población), se bombardea televisivamente lo beneficioso que resultaría este tratado para el «progreso» del país, ejemplificando y esloganizando que «mientras más vendamos afuera, más empleos tendremos adentro»; eso puede ser cierto en parte, pero ¿qué pasa con los trabajadores, algodoneros, agricultores, cuando reciban y compitan contra los productos subsidiados de Estados Unidos? ¿Se les podrá convencer también que se están acercando hacia el progreso?

En la tercera y última parte quisiera aventurarme a la forma cual considero podrían crearse medios alternativos de difusión para ofrecerle a la población una posibilidad de mayor conocimiento de su entorno y de las problemáticas reales.

Rompiendo el consenso

Dentro del pensamiento de la escuela de Frankfurt hubo referencias sobre el papel de los medios de comunicación. Así Walter Benjamín, perteneciente a la primera generación y que serìa un tanto marginado por no pensar de la misma manera, planteaba que las masas han cambiando siempre su comportamiento y «espíritu» desde  mucho antes de que se desarrolle la tecnología y los medios de comunicación y, por lo tanto, no se puede condicionar sólo su comportamiento a éstos últimos elementos. Por eso la importancia que le daba al analizar la experiencia de las masas, para poder entenderlas mejor y así a su vez poder entender su cultura.

Hubo planteamientos dentro de la misma escuela que no eran compartidos con los de Benjamin. Adorno plantearía también que toda manifestación cultural no era sino el reflejo condicionado de lo que se denominó como industria cultural, es decir se desublimaba la cultura misma partiendo de la idea de que los medios de comunicación sólo servían para distraer. Herbert Marcuse, en su famoso texto el hombre unidimensional, plantearía que los medios de comunicación reflejaban tecnología y esa tecnología era utilizada para ofrecer una mayor represión y mostrar como racional lo irracional de la sociedad de consumo.

Para Sartori, los medios de comunicación tienen la utilidad dentro de la sociedad de formar opinión para poder sustentar así la democracia, pues si la gente no se informa, cómo podría elegir por ejemplo por quien votar. Ramonet afirmaría a su vez el mal uso dado de los medios de comunicación sobretodo para obtener poder político.

De todas las formas como se pueden concebir los medios de comunicación personalmente pienso que el problema en sí mismo no es la existencia de medios de comunicación sino mas bien la funcionalidad que se les otorga dentro de esta sociedad. Así, sin caer en el error de pensar que no se puede dejar de contar con ellos pues representan el «progreso», y que al ser también ya parte inherente dentro de la vida del hombre y utilizando su gran capacidad de difusión. La solución posible para evitar sigan siendo tan perniciosos dentro de la mentalidad y conciencia de la sociedad es humanizarlos, hacerlos más acordes con las propias necesidades de la sociedad, apropiarlos y que sirvan como alternativa de difusión, en donde se brinde una perspectiva más humana y, por ende, más real de la sociedad, pues sólo se podrá cambiar la sociedad en la medida que se sea conciente de los que sucede a nuestro alrededor, así las masas serán capaces de tener ahora la fuerza histórica que los convierte en agentes de su propio destino.

Entonces surge ahora la pregunta, ¿cómo apropiarnos de los medios de comunicación? Y aquí la respuesta está orientada de acuerdo a los diferentes tipos de medios. Así, por ejemplo, crear una alternativa difusional para la televisión es mucho más complicado de lo que podría significar hacerlo para la radio, partiendo por el uso de las técnicas mismas, el dinero y la presión misma de la «competencia» .

El caso la televisión me parece no sólo el más complicado a tratar, sobretodo por la dificultad de crear partiendo de ella misma una alternativa. La televisión es el medio masivo por excelencia, sobretodo en las urbes, el mismo hecho de contar con programas de contenido social sería, de por sí, todo un reto, un reto que se complica, no tanto por el dinero mismo, ni hasta por el afán de hacerte a un lado por parte de los grandes capitales para que no atentes contra ellos, sino considero como principal problema el compromiso de los intelectuales para llevar a cabo esa labor, y el problema educacional, al cual me referiré más adelante.

Por ejemplo, hay que poner fin a esos intelectuales heterónomos, que»colaboran» con los medios de comunicación como una forma de seguir vigentes, debido a la gran cantidad de audiencia que poseen, y no «toman conciencia» que el verdadero compromiso (intelectuales autónomos) parte de no seguirle el juego a los medios masivos de comunicación en su afán mediático. Ahora que el problema a plantearse en concreto es cómo ser una alternativa de difusión en la misma televisión, dándose cuenta que la misma programación televisiva responde a una serie de filtros, de los cuales es muy dificil escapar.

Una propuesta para una alternativa dentro de la  televisión misma ha de resultar muy complicada, pero he de creer que si los medios de comunicación actúan en bloque, por qué no ofrecerles una resistencia también en bloque, agrupando capacidad técnica, dinero -lamentablemente es necesario- y sobretodo compromisos, para que los tele-espectadores reflexionen y no vivan en un mundo virtual.

Una propuesta muy interesante es la elaborada por Telesur, una emisora televisiva alternativa, elaborada partiendo desde el estado venezolano, ofreciendo una programacion pluricultural y teniendo como objetivo el proyecto bolivariano. Difusión que llega a toda America Latina y el Caribe; esta propuesta refleja la dificultad de utilizar la televisión alternativamente, en donde sólo es posible tal elaboración partiendo del mismo estado, a pesar de todo considero que serìa ideal que cualquier medio alternativo no dependa de un estado, por todos los malos recuerdos que suscitan los medios a cargo de un estado defendiendo sus propios intereses.

Para el caso de la prensa, el asunto como en los demás medios parte de un compromiso para crear una alternativa, pero a diferencia de la televisión, el camino no resulta tan espinoso, ya en muchos lugares y por muchísimas organizaciones se elabora una prensa «libre» que busca escapar al sistema y dar una información más trascendente. Lamentablemente, la prensa no tiene alcance en las zonas rurales, al menos en el campo peruano, que carece de una cultura de lo escrito y prefiere lo oral, por eso considero a la radio la piedra angular en la lucha por una alternativa en la difusión, y sobretodo en las zonas rurales, donde puede faltar una televisión. No se lee tal vez un periódico, pero donde hay siempre una radio, además la visión de una propuesta de reflexión y crítica a la sociedad, debe estar orientada sobretodo al campo, a lo rural, a las masas.

La radio, como mencioné en líneas anteriores, es el medio que tiene la mayor posibilidad en representar una mayor difusión alternativa, por su sencillez técnica, y su bajo costo, que hacen posible la creación de radios artesanales, que escapan a cualquier tipo de filtros, y hasta permiten «movilizar» tu emisora de un lugar a otro.

En zonas rurales del Perú, como Cusco y Cajamarca, en los años noventa, se crearon emisoras campesinas como una forma de darle voz a los sin voz, de hacer posible que la radio -que como mencioné está siempre presente, o si no construida artesanalmente -tenga un servicio a la comunidad, y no simplemente ser solo la copia fiel de las radios del centro -limeña-, todo este proceso de gesto a raíz que los campesinos tomaban más conciencia de los problemas sociales, a raíz del propio contexto .

Se buscó entonces humanizar la comunicación, donde el oyente pasivo no exista más, y sobretodo donde pueda expresarse cotidianamente, pero eso no es suficiente, pues no sólo basta ofrecer una radio alternativa en el sentido que escape a los moldes comerciales, y realice programas elaborados por el campesino, sino que permitan y generen reflexión, y esto es lo que hay que llevar a cabo. Pues para que se realicen ese tipo de programas se debe de antemano saber cual es la finalidad última de esa radio como emisora, y para que eso suceda tiene que llevarse a cabo en el campo una inserción crítica social por parte del campesinado. Y de nuevo sale a resaltar el compromiso de los intelectuales, su compromiso en este caso de tomar el campo por asalto y ser uno sólo con las masas.

Esta elaboración de una radio que eduque es posible entonces, pero que eduque en todo el amplio sentido de la palabra, no sòlo que se dedique a dar una especia de clases al mismo estilo colegial, sino que provoque reflexión y una lo que es la educación popular con la comunicación popular.

Con el internet es un caso aparte, pues no todos tienen acceso a este servicio, sin embargo poco a poco, se va facilitando su difusión. Ya en párrafos anteriores mencioné lo perjudicial que puede resultar el Internet, felizmente ya existen organizaciones que aprovechando la navegación informática buscan difundir una información alternativa y hacia eso hay que dirigir la mirada para que deje de ser sólo un instrumento de conversación o entretenimiento y sirva para la búsqueda y difusión de cultura. 

Se puede apreciar entonces que para una transformación social se tiene primero que tomar conciencia de nuestra verdadera situación, escapar a la fantasía que se nos elabora y que aceptamos consensualmente, sobretodo gracias a la labor de los medios de comunicación, y preocuparnos por una transformación de la sociedad.

El gran problema aquí es que siempre se ha pensado en las masas como un ente pasivo, que sólo recibe información de acuerdo a su nivel, debido a esto todo tipo de debates académicos se han circunscrito a una pequeña elite intelectual, y aquí la finalidad es romper esto también, romper la legitimación consensual, aperturando una conciencia crítica en las masas mismas, y haciendo posible universalizar las condiciones de acceso a lo universal.

El problema también aquí es entonces cómo llevar el conocimiento a las masas, porque hay que reflexionar sobre algo real y concreto: ¿que es más importante?, ¿que conozcan los procesos mismos y la historia sólo los intelectuales, o sobretodo las masas mismas, siendo ellas al fin y al cabo quienes hacen la historia?

Debido a ello entonces la importancia de apropiarnos de los medios de comunicación, la importancia de hacerlos nuestros, pero previamente elaborando una verdadera educación, para que haya verdaderamente una posibilidad de elección frente a lo que se nos ofrece, la sociedad de consumo nos origina gustos de programación y luego nos da en la «yema» del gusto, haciendo posible la preferencia de «grandes hermanos» y demás programas que funcionan cual soma Huxleano evitando cualquier reflexión.

Ante esto una educacion previa, una toma de conciencia es escencial, y es allí donde los intelectuales (lease cualquier persona que quiera comprometerse con la sociedad) juegan su papel, y en el caso de los historiadores, más que por un capricho una necesidad, desorientar por un momento nuestra mirada hacia atrás. Y orientarla a nuestro alrededor, y sobretodo hacia el campo, se den las dificultades de crear medios alternativos, tambien se de la necesidad de una ofensiva en bloque frente a la represion masiva de la cual somos victimas. Pero no nos sintamos inútiles, llevemos a cabo una difusion alternativa, y por el momento también seamos nosotrso mismos un medio de difusión alternativa.


Me gustaría terminar con una frase de Walter Benjamín, citada por Marcuse también en El hombre unidimensional: «Gracias a los sin esperanza nos es dada la esperanza».