La detención el pasado domingo 19 de noviembre del corresponsal de Telesur en Colombia, Fredy Muñoz, ha despertado la indignación de organizaciones de derechos humanos, asociaciones de periodistas, sus compañeros en Telesur y la dirección de este canal. Para todos ellos, se trata de un atentado a la libertad de expresión y un intento de […]
La detención el pasado domingo 19 de noviembre del corresponsal de Telesur en Colombia, Fredy Muñoz, ha despertado la indignación de organizaciones de derechos humanos, asociaciones de periodistas, sus compañeros en Telesur y la dirección de este canal. Para todos ellos, se trata de un atentado a la libertad de expresión y un intento de criminalizar el canal internacional Telesur, creado por los gobiernos de Venezuela, Cuba, Argentina, Uruguay y Bolivia con el objetivo de llevar la voz del Sur al panorama informativo internacional. Fredy Muñoz está acusado de rebelión y terrorismo, las fuerzas de seguridad colombianas lo consideran responsable de atentados con explosivos en el año 2002. Veamos todas las irregularidades que rodean esta detención.
Los testigos
Tal y como sucede con gran cantidad de las acusaciones en Colombia, los testimonios que comprometen a los detenidos proceden de desertores o reinsertados de grupos armados que con sus delaciones logran importantes beneficios en forma de reducción de condena, protección policial o incluso pagos mensuales. En el caso de Fredy Muñoz, las únicas «pruebas» en su contra son los testimonios de tres reinsertados de la guerrilla de las FARC, quienes afirman haber conocido a Fredy en un campo de entrenamiento de explosivos. Los beneficios conseguidos por la delación supone la pérdida de cualquier credibilidad por estos testimonios de acusación. Se han dado casos de que incluso algunos políticos han recurrido a este sistema para deshacerse de opositores y alcanzar así importantes cargos políticos. En el caso de Fredy Muñoz, incluso estos delatores viven en unidades militares por lo que no disponen de independencia ni autonomía para sus declaraciones legales.
Quemaduras graves
Una de las informaciones presentadas por los testigos es que Fredy Muñoz resultó gravemente herido por la explosión accidental de uno de los artefactos que manipulaba durante un atentado. Como resultado, su compañero de comando resultó muerto y él sufrió quemaduras en el cuello, rostro y cuello cabelludo. Sin embargo, no se aprecian restos de esas lesiones en ninguna parte de su cuerpo. La defensa ha pedido un informe médico que constate este hecho, por ahora no se ha hecho.
Dinamitero periodista
Durante el año 2002 ya Fredy Muñoz ejercía de periodista para medios colombianos. La tesis de que compaginaba reportajes periodísticos con la ejecución de atentados con explosivos resulta descabellada.
Defensor del Pueblo
La defensoría del pueblo reconoció ayer 22 de noviembre ante las cámaras de Telesur que no ha podido tener acceso al expediente judicial del periodista, lo que impide por el momento pronunciarse sobre los fundamentos de la detención.
Control paramilitar
El caso judicial del periodista de Telesur se lleva en la ciudad de Barranquilla. Las organizaciones de derechos humanos han insistido en recordar que en esta región del Atlántico, el control de las instituciones es absoluto por parte de los grupos paramilitares de derecha. Concretamente en esta zona el liderazgo corresponde al paramilitar Jorge 40, quien ha organizado atentados contra el presidente venezolano Hugo Chávez y ha expresado en diferentes ocasiones sus intenciones de derrocar al gobierno de Venezuela. Recientemente se incautó su computadora personal permitiendo comprobar todos los líderes sociales y comunitarios que eran objetivo militar de su organización, muchos de ellos ya constaban como asesinados en lo listados informatizados.
Sistema inquisitorio
El departamento del Atlántico, donde se lleva el proceso con Fredy Muñoz, es uno de los que siguen trabajando con el sistema judicial antiguo, denominado por los juristas como «sistema inquisitorio». Este modelo permite al gobierno, a través de la figura de los fiscales, encarcelar a los sospechosos sin intervención judicial alguna, tal y como ha sucedido con el periodista. El fiscal, sin participación del poder judicial, tiene allí competencias para investigar, hacer registros y allanamientos y dictar prisión preventiva indefinida.
Peligro de muerte
Aún en el caso de que Fredy Muñoz salga libre sin cargos, se convertirá en objetivo de los paramilitares, quien lo asesinarían en el momento de que dejara la prisión. Su tesis es la de que acabar con todos los sospechosos que la ley no ha podido enjuiciar y declarar culpables. Fue eso lo que sucedió hace meses con el profesor Alfredo Correa, quien fue asesinado tras salir absuelto.
Corresponsal de Telesur
Los expertos han señalado el sospechoso detalle de que en la nota informativa de las fuerzas de seguridad difundida tras la detención, se explicite el carácter de «corresponsal de Telesur», algo excepcional puesto que nunca se especifica profesión ni empresa de trabajo en este tipo de notificaciones. Este hecho confirmaría la intención de situar al canal Telesur como objetivo del proceso.
Investigación del año 2002
A pesar de que, según afirman los investigadores, el proceso se inició en el año 2002 ha sido precisamente ahora, pocos días antes de las elecciones presidenciales en Venezuela, cuando se ha hecho efectiva la detención. Eso hace suponer que el objetivo es, junto con la criminalización de Telesur, generar un conflicto entre Colombia y Venezuela que conlleve un coste político para Hugo Chávez.
Fredy Muñoz, durante el año en que participó en la corresponsalía de Telesur en Colombia, ha informado de las masacres protagonizadas por los paramilitares, ha desvelado los crímenes del paramilitar Jorge 40 así como sus planes de atentar contra el gobierno venezolano. Denunció igualmente la presencia de paramilitares en el congreso y el senado colombiano, como después se pudo confirmar. Muñoz también le dio la voz en sus trabajos a los familiares y líderes de derechos humanos que habían pedido al gobierno de Colombia el intercambio humanitario entre presos de la guerrilla y presos del gobierno. Igualmente, los sindicalistas, los indígenas y los líderes comunitarios pudieron por primera vez ser escuchados en América Latina.
La cascada de irregularidades en su detención demuestran la farsa de un proceso que, en el mejor de los casos, aunque supusiese la libertad de Fredy Muñoz por falta de pruebas, lograría sembrar el miedo en todo el equipo de la corresponsalía y el fin del trabajo de Muñoz en la medida en que se convertiría en blanco destacado para los grupos paramilitares.
Por todo ello ya se está levantando un clamor internacional para pedirle al presidente colombiano Álvaro Uribe que acabe con este montaje y deje en libertad al periodista Fredy Muñoz.
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