Durante la tarde del jueves 24, en los informativos de CNN+, de nuevo se intenta descalificar a Cuba. A partir de una noticia de contenido exclusivamente técnico o científico se ha vertido una crítica encubierta que, además de torpe, es injustificada. La noticia en cuestión se refería a una más de las muchas bases de […]
Durante la tarde del jueves 24, en los informativos de CNN+, de nuevo se intenta descalificar a Cuba. A partir de una noticia de contenido exclusivamente técnico o científico se ha vertido una crítica encubierta que, además de torpe, es injustificada.
La noticia en cuestión se refería a una más de las muchas bases de datos con imágenes de satélite que se están desarrollando en la actualidad, ésta en concreto parece ser desarrollada por la Universidad de Barcelona, y con la peculiaridad de estar basada en fotografías nocturnas, en las que se puede apreciar con nitidez la luz emitida por los núcleos de población.
Inicialmente presentan una foto del reino borbónico en el año 1992 y a su lado otra similar pero tomada en el año 2000. Durante los pocos segundos en los que se muestran, no se aprecia diferencia alguna entre ambas imágenes. El locutor nos explica que el desarrollo de nuestro país se ve claramente reflejado en que la foto más actual muestra claramente más zonas iluminadas. Sin tiempo apenas para poder vislumbrar las supuestas diferencias, por si no nos ha quedado claro y para poder contrastar con una zona que supuestamente no se desarrollado durante ese mismo periodo, se muestran a continuación otras dos fotos, esta vez de la isla de Cuba, tomadas en los mismos años y también prácticamente idénticas. El locutor, en tono neutro, esta vez recalca que no se observa ningún cambio entre ambas. El contenido y el objetivo de la noticia pasa así de técnico a político, pues lo que queda finalmente del mensaje en el telespectador es que en Cuba no ha habido ningún cambio ni desarrollo desde 1992.
Por supuesto, del trabajo técnico que hay detrás o de la utilidad científica posterior no se dice nada. Y lo que es aún más preocupante es el que se considere que el aumento de la luz nocturna de las ciudades sea un logro del progreso y del desarrollo de un país, en lugar de considerarlo como lo que es, otro ataque a la naturaleza y a nuestro entorno.
Si hay alguien interesado en los efectos perniciosos de la contaminación lumínica, puede informarse de ello haciendo clic aquí.
Y si hay alguien que quiera informarse de la situación en Cuba desde el año 1992 hasta la actualidad, por favor, que no lo haga en la CNN.