La periodista de la CNN, Claudia Palacios -poco importa su nombre, todas/os están cortadas/os por la misma tijera- le pregunta al presidente de Colombia, Alvaro Uribe, si se va a postular nuevamente para la presidencia de su país. Por otra parte, lanzada por la misma cuerda, la CNN en los avances propagandísticos de sus […]
La periodista de la CNN, Claudia Palacios -poco importa su nombre, todas/os están cortadas/os por la misma tijera- le pregunta al presidente de Colombia, Alvaro Uribe, si se va a postular nuevamente para la presidencia de su país. Por otra parte, lanzada por la misma cuerda, la CNN en los avances propagandísticos de sus propios programas anuncia como «Democracia Ejemplar» el sistema político colombiano, incorporando al texto televisivo, como dato para nada menor, el posible tercer mandato de Uribe. Ni siquiera subliminal. Duro y la cara del telespectador.
Si no fuera que bien sabemos que la CNN -periodismo independiente- cuece sus habas como el que más, no encontraríamos lugar dónde encajar la sorpresa: Uribe a la re-reelección, en la «Democracia Ejemplar» y Hugo Chávez, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, a la re-reelección dentro de un «régimen autoritario». Uribe sí. Chávez no. Periodismo objetivo, independiente, transparente, al servicio de los ciudadanos del mundo. Uribe sí. Chávez no. Clarito. Sin vueltas.
La periodista de la CNN quiere que Uribe le explique por qué un tercer mandato. Y Uribe argumenta, no sin razón, que lo importante es hablar de continuidad de los procesos. Y agrega, según su visión, que «Colombia necesita continuar con lo producido, con los muy buenos resultados en diferentes renglones de la economía y en el desarrollo social».
Cuando Chávez expone los éxitos de Venezuela hacia adentro y hacia afuera y repite triunfos en las urnas, con el aval de millones de venezolanas y venezolanos, a la CNN no le interesa «la continuidad del proceso». Por lo tanto, las repreguntas son picantes, las entre líneas provocativas y las conclusiones: adversas al presidente Chávez. Incluso los gestos de los cronistas se tornan irónicos, apovechándose de aquello de que una imagen vale más que mil palabras. ¿Indignante? Bueno, depende. Un desavisado, con cierta tendencia a la ecuanimidad, no lo vería bien. Quienes conocemos el paño de la mesa de juego, lo reconocemos normal: una Central Informativa, encadenada a los intereses de EE.UU. no puede hacer otra cosa que no sea responder a esos intereses. Normal. Dependiente y normal.
EE.UU. está enfrentado al gobierno de Hugo Chávez, a la Revolución Bolivariana , al Socialismo del Siglo XXI, al tipo de relaciones internacionales que el gobierno de Chávez ha diseñado para Venezuela, al carácter soberano e independiente de la política que aplica Chávez, a la fraternidad de Chávez con la Revolución Cubana y su líder estratégico, Fidel Castro Ruz. EE.UU está enfrentado a Chávez y al concepto latinoamericanista e integrador con que el presidente de la República Bolivariana de Venezuela pone patas para arriba la idea de sumisión perpetua al imperio. Se cae de maduro, pues, que la CNN entienda que el proceso piloteado por Chávez debe concluir. Y, en cambio, el conducido por Uribe debe proseguir, hasta alcanzar una dimensión, cuanto menos, regional para retrotraer las piezas a los tiempos de la subordinación total de los gobiernos del «patio trasero» a los instalados en la Casa Blanca.
Camino a que se sumen casi tres millones de nuevos desocupados en EE.UU., la CNN analiza, con voz neutra y «neutral», y también preocupada, que cuando se esperaban unos trescientos mil desocupados para noviembre, la cifra se disparó por encima de los quinientos mil. Los primeros trescientos mil estaban en la cuenta y por eso mismo ya se trabajaba mediáticamente a favor de digerir el mal trago. La preocupación apareció al trepar la cantidad de víctimas previstas para el penúltimo mes del año. Eso le dio otro cariz al dilema. Y, ninguna periodista, ni ningún periodista de la CNN, ha dicho que la continuidad perversa de un sistema exterminador, con republicanos o demócratas, ha encendido -nuevamente- una mecha que, extendida por el mundo tira gentes a la desesperación y el hambre por millones, en días. Pavoroso.
Pero el que debe irse es Chávez.
Periodismo Independiente.