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Análisis de los editoriales de "El País"

¿Y si Capriles fuera López Obrador y Maduro fuera Calderón?

Fuentes: Rebelión

No hace falta especular con la pregunta del titular, porque ese supuesto pasó realmente, fue en las elecciones de 2006 en México. Aspiraban a la presidencia de México el neoliberal Felipe Calderón y el «populista» Andres Manuel López Obrador. ¿Qué ocurrió en esas elecciones? Algo bastante extraño. A medida que se realizaba el recuento, López […]

No hace falta especular con la pregunta del titular, porque ese supuesto pasó realmente, fue en las elecciones de 2006 en México. Aspiraban a la presidencia de México el neoliberal Felipe Calderón y el «populista» Andres Manuel López Obrador. ¿Qué ocurrió en esas elecciones? Algo bastante extraño.

A medida que se realizaba el recuento, López Obrador tenía una ventaja clara frente a Calderón, pero a partir del 60% escrutado empezó a invertirse la tendencia, hasta acabar ganando Calderón por 0,58% (1). Esta anomalía estadística generó mucha polémica, con análisis favorables y desfavorables al fraude (2). Sin embargo, ello no impidió que Estados Unidos reconociera rápidamente la victoria de Calderón, igual que hizo el Partido Popular español (3). No tuvieron dudas ni pidieron recuentos. Felicitaciones a Calderón y el business as usual.

Pero en las recientes elecciones venezolanas sí se cuestionan los resultados y se pide un recuento manual. ¿Por qué? No es por lo ajustado del resultado, pues la escasa distancia de 1,59% es casi el triple que el 0,58% de las elecciones mexicanas. Tampoco es por el funcionamiento del sistema electoral venezolano, que el Centro Carter ha calificado como el mejor del mundo (5) y donde los observadores españoles han certificado ahora su limpieza (6). La razón está en que no ha ganado quienes ellos querían sino Nicolás Maduro, del partido fundado por ese demonio mediático llamado Hugo Chávez.

Comparemos ahora los editoriales del diario El País en ambas elecciones (7), donde se aprecia claramente ese doble rasero.

En el caso mexicano, el diario se muestra contrario a las reclamaciones de López Obrador,

«Un gesto peligroso en un país donde la violencia está a la orden del día»

«El gesto de López Obrador abre un periodo de gran incertidumbre»

«Sería insensato que López Obrador intentara anular unos comicios que los observadores han calificado como limpios»

En el caso venezolano, en cambio, justifica las reclamaciones de la oposición,

«Esgrimiendo más de 3.000 denuncias de irregularidades, la oposición se niega a reconocer los resultados y ha exigido un recuento voto a voto.»

El diario cuestiona la validez del proceso electoral venezolano, mencionando «las violaciones a la Constitución y las anomalías del proceso venezolano». Con la típica estrategia del «difama, que algo queda», El País deja caer esas supuestas violaciones a la Constitución, pero no dice cuáles. Probablemente se refiera a la denuncia de la oposición de que Maduro no podía presentarse a las elecciones porque supuestamente eso iba contra la Constitución, pero el Tribunal Supremo de Venezuela ya sentenció que sí podía presentarse (8). Así que nuestro diario progre muestra tan poco respeto por el sistema judicial venezolano como por los propios observadores españoles, ya mencionados, que han declarado limpio el proceso electoral.

También se ataca en el editorial la campaña electoral,

«A falta del carisma del caudillo, Maduro contaba con todo lo demás: la bendición de su mentor, el clima emocional generado por la desaparición de Chávez, los recursos económicos del Estado y la apisonadora de los medios de comunicación controlados por el poder.»

Dejando aparte bendiciones y emociones, El País miente descaradamente en cuanto a los medios, un clásico de la propaganda antichavista. Y miente sencillamente porque la mayoría de los medios de comunicación no están controlados por el estado sino que son privados y casi siempre hostiles al chavismo. Concretamente, el 65% de los medios son privados y sólo un 3% son públicos, siendo el resto comunitarios. Luego la apisonadora mediática estaba del lado de Capriles, no de Maduro. (9)

Sobre el análisis de los resultados, el editorial no advierte un desafío a la hegemonía bipartidista mexicana de los partidos PRI y PAN. Pero en el caso venezolano el hecho de que Maduro haya ganado por poco se interpreta como una crisis del chavismo («en el chavismo los cimientos empiezan a cuartearse»).

Del mismo modo, se destaca que «ha habido un claro trasvase de votos chavistas al candidato opositor», obviando la otra lectura, a saber, que Maduro ha retenido más del 90% de los votos que obtuvo Chávez. El caso es que, según El País, las numerosas victorias chavistas desde 1998 no tienen una base real sino que se deben sólo al carisma del «caudillo»,

«(…) un país polarizado y castigado por la inflación, el declive de la industria petrolera, el desabastecimiento, los cortes de luz y la criminalidad galopante. Con su personalidad arrolladora, Chávez mitigaba el descontento. Desaparecido el caudillo, la oratoria ya no basta. La población va a exigir soluciones.»

O en otras palabras, según El País los venezolanos son idiotas, borregos que sólo seguían a un charlatán mientras éste se dedicaba a destruir el país. No es momento aquí para enumerar los progresos de Venezuela durante los años de Chávez (10), pero cualquier persona con dos dedos de frente debería intuir que tanto apoyo popular no puede deberse sólo a la labia del gobernante.

En el caso mexicano, no hay la menor descripción o análisis de la situación del país, sólo se señala que los dos candidatos más votados están de acuerdo en lo que, al parecer, es lo importante para el diario,

«Ninguno de los dos cuestiona la independencia del banco central, un tipo de cambio flexible y unas cuentas públicas saneadas. Es una base suficiente para intentar entenderse cuando haya pasado la tormenta. El país lo necesita para consolidar y profundizar su democracia.»

Resumiendo, podemos observar con claridad un desprecio total de El País hacia la voluntad del pueblo venezolano y sus instituciones. Se omiten sistemáticamente los datos positivos de la era Chávez y se magnifican o inventan los negativos, atribuyendo las victorias de Chávez (¡durante 13 años!) únicamente a su oratoria. No puede ser de otro modo, porque reconocer algo positivo en el gobierno chavista sería como reconocer que un modelo contrario al neoliberalismo puede funcionar. Lamentablemente, este diario y casi toda la gran prensa está demasiado insertada en el sistema capitalista como para aceptar ni la más mínima desviación. Y de ahí que la democracia sólo es aceptable cuando sus resultados encajan en ese marco ideológico.

Notas:

(1) http://en.wikipedia.org/wiki/Mexican_general_election,_2006

(2) La Wikipedia tiende a desacreditar el fraude, http://en.wikipedia.org/wiki/Mexican_general_election_2006_controversies

Aquí un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México que concluye un probable fraude, http://www.fisica.unam.mx/octavio/

(3) Estados Unidos: http://www.eluniversal.com.mx/notas/360950.html

PP: http://www.terra.com.mx/articulo.aspx?articuloid=193382

(4) Estados Unidos: http://www.elmundo.es/america/2013/04/15/venezuela/1366049571.html

PP: http://www.elplural.com/2013/04/15/el-pp-pone-en-duda-las-elecciones-de-venezuela-con-el-ministro-margallo-y-con-el-alto-cargo-que-intento-vincular-el-11-m-con-eta/

(5) http://www.globalresearch.ca/former-us-president-carter-venezuelan-electoral-system-best-in-the-world/5305779

(6) http://www.publico.es/internacional/453696/los-observadores-espanoles-destacan-que-el-proceso-electoral-en-venezuela-ha-sido-limpio

(7) Editorial del 7/7/2006 para México, http://elpais.com/diario/2006/07/07/opinion/1152223202_850215.html

y 16/4/2013 para Venezuela, http://elpais.com/elpais/2013/04/15/opinion/1366053077_127121.html

(8) http://www.elmundo.es/america/2013/03/08/venezuela/1362770623.html

(9) http://www.patriagrande.com.ve/temas/venezuela-cifras/60-informacion-logros-revolucion-omitida-medios-privados/

(10) Aquí hay un buen resumen, http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5566

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.