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Zoé Valdés, aclaraciones y respuestas a sus mentiras

Fuentes: Rebelión

El pasado 23 de marzo la escritora cubana residente en Francia Zoé Valdés escribía un extenso artículo en la Tribuna Libre del diario El Mundo en el que, aunque titulaba «El pedestal vacío de la estatua de Franco», se dedicaba a su habitual labor de cargar contra el gobierno cubano. Algo legítimo si no fuese […]

El pasado 23 de marzo la escritora cubana residente en Francia Zoé Valdés escribía un extenso artículo en la Tribuna Libre del diario El Mundo en el que, aunque titulaba «El pedestal vacío de la estatua de Franco», se dedicaba a su habitual labor de cargar contra el gobierno cubano. Algo legítimo si no fuese por las falsedades y demagogias de su texto que quizás sea oportuno desvelar.

En sus primeros párrafos deja caer ya algunos comentarios que descubren su talla literaria y su consideración del pueblo cubano: «toda la porquería que se pierde en el mundo va a parar a aquella isla». Otras expresiones pueden resultar confusas para el lector español, como cuando escribe «La efigie en bronce del Coma Andante la situarán a las tres de la tarde, la hora en que mataron a Lola, una hora en homenaje e la cubanidad». Aclaremos que nadie mató a ninguna Lola y que se trata del estribillo de una tradicional canción cubana.

Ironiza a continuación con la existencia hace veinte años de una vaca cubana que según afirma Valdés daba 500 litros de leche diarios, cantidad evidentemente falsa y que denota el rigor informativo de la escritora, el record de aquella vaca fue de 110 litros. Se burla de que Granma recogiese esa noticia, que por cierto también se puede encontrar en teletipos de la BBC en internet, y que en una zona rural le hiciesen un monumento. En Estados Unidos tienen toda una Fundación para publicitar records, en su mayoría menos loables que producir leche, y en Cuba son habituales monumentos y homenajes a esos pequeños detalles. Sirva como ejemplo que existe un estadio denominado con el nombre de un sencillo campesino (guajiro) vivo, con foto incluida a la entrada. En cualquier caso, extraña dictadura la cubana, que rinde homenaje a la vaca que más leche da y no cuenta con una sola estatua de su presidente.

Poco después afirma que «la pesca está prohibida para cualquier isleño». Cualquiera que se pasee por el malecón puede ver a los habaneros pescar tranquilamente. A continuación, como muestra de la precariedad alimentaria en Cuba, desmiente la información del corresponsal español de TVE recordando que la leche de la cartilla de racionamiento para niños menores de siete años y mayores de 65 no es gratis, hay que pagarla a «un peso veinte centavos el litro hace 10 años». Esa cifra no es verdad. El precio de esa leche es un peso por un concentrado que da para dos litros, es decir, cincuenta centavos de peso el litro. Al cambio eso quiere decir aproximadamente un céntimo de euro. En ningún país del mundo se puede encontrar leche a ese precio sólo por haber nacido en él.

Un precio que según Zoé Valdés es desorbitado porque «un jubilado gana el mínimo: o sea 30 pesos al mes como mi tía, jubilada de una fábrica de talco». Tampoco es verdad. La jubilación mínima en Cuba es de 70 pesos y la media de 120. Incluso si algún jubilado se encuentra en una situación de abandono, además de esa pensión se le da una ayuda social en alimentos absolutamente gratis. Pero dice más Zoé Valdés: «En caso de que cuando usted se dirija, si es cubano, a comprar el litro correspondiente y éste está cortado, o su contenido se haya agriado a causa del calor, de la mala o ninguna refrigeración, y del escaso o ningún transporte, pues se quedó sin leche». Efectivamente la posibilidad de que llegue en mal estado la leche existe. Pero si es así, se le repone ese mismo día si se puede y si no, al día siguiente. Mintió una vez más Valdés.

Continúa la escritora: «Como dije y subrayo, el litro es uno diario, repito que sin derecho a más, y no se considera acumulable sobre los días siguientes». Es verdad, la leche subvencionada para que cueste un céntimo de euro es sólo de un litro por niño, luego ya es un litro más que en cualquier país de América Latina donde es cero. Cuando en Cuba el niño se bebe el litro de leche al día es cuando se queda en las mismas condiciones que los niños norteamericanos o colombianos por ejemplo, y debe pagar su precio de mercado si quiere más. Tampoco entiendo por qué Zoé Valdés está tan preocupada en que los niños cubanos tengan que beber más de un litro de leche diario.

Pero nada de eso entiende, o quiere entender Valdés: «En caso de que el niño envejezca y consiga la meta de llegar a los 65 años, lo que dudo…». No lo dude tanto, la esperanza de vida en Cuba es de 75 años para los hombres y 78 para las mujeres. Y vuelve de nuevo a reiterar, ahora en el caso del anciano, ese límite máximo de leche, que se tendrá que pagar y que no le llegará si se estropea en el viaje. La mentira si se repite parece más creíble.

El siguiente razonamiento es sobre las llamadas Damas de Blanco, esposas de los presos cubanos: «… desfilan por las calles de la capital, entregan información escrita a los transeúntes, retan a la prensa oficial cubana». No parece que haya mucha represión contra los opositores leyendo esto. Y continúa: «pero nadie se quiere enterar, porque si para algo ha servido la revolución castrista es para incentivar el egoísmo, el hacerse el chivo loco, el sálvese quien pueda…». Lo que le indigna a la escritora es que se manifiestan sin recibir el apoyo de la ciudadanía cubana.

En conclusión, que Zoé Valdés miente en el precio de la leche, en el sueldo de los pensionistas y en citar prohibiciones que son falsas. Y sus verdades son que la «dictadura cubana» subvenciona la leche para los niños y ancianos, que las mujeres de la oposición se manifiestan libremente y que éstas no son apoyadas por la sociedad cubana. Ahora que cada uno se forme su opinión sobre el sistema cubano y la credibilidad de Zoé Valdés.

«La pesca está prohibida para cualquier isleño». Zoé Valdés. Diario El Mundo (España). 23-03-2005
Foto: Habaneros pescando en el malecón. Realizada el mismo día a las siete y media de la tarde. Pascual Serrano

www.pascualserrano.net