Más de un mes de huelga de hambre y los nueve indígenas del Chaco ya publican un texto de despedida, ante la falta de respuestas del gobierno. «Como líderes, caciques y miembros de las comunidades indígenas, pronto a cumplirse este sábado (19 de agosto) los 30 días de ayuno, pedimos que permitan el ingreso a […]
Más de un mes de huelga de hambre y los nueve indígenas del Chaco ya publican un texto de despedida, ante la falta de respuestas del gobierno. «Como líderes, caciques y miembros de las comunidades indígenas, pronto a cumplirse este sábado (19 de agosto) los 30 días de ayuno, pedimos que permitan el ingreso a nuestras familias; que las madres puedan dar el último abrazo a sus hijos y sentir el roce de sus pequeños rostros, que podamos trasmitir la esencia que guardamos en estos años de pacífica lucha a los que tendrán la responsabilidad de mantener en lo alto el estandarte de la lucha del Pueblo Indígena. Angel Mesa, José Raimundo Sotelo, Eliseo López, Ricardo Sandoval, Inocencia Charole, Leandro Pérez, Delia Zulema Suárez, Gregoria Lopez y Egidio García, indígenas Tobas de la provincia argentina de Chaco mantienen la huelga de hambre en la sala de audiencias de la sede del gobierno de la provincia. El local no tienen ventanas, donde sólo hay una mesa y ocho sillas, con la luz eléctrica permanentemente encendida y rodeados de policías. Estos indígenas mantienen desde hace varios meses un conflicto por irregularidades en la entrega de tierras fiscales a sus comunidades y en otros asuntos. La crisis se agudizó en los últimos días por la negativa de las autoridades a avanzar en la investigación de las denuncias, lo cual provocó que los aborígenes profundizaran la protesta. Abogados del gubernamental Instituto del Aborigen presentaron un recurso de amparo. La justicia consideró que no hay delito, porque los indígenas no ingresaron con violencia, y prohibió que se los mantenga encerrados. De todos modos, el acceso al lugar en que se encuentran los huelguistas está restringido a dirigentes indígenas y a periodistas. En la semana pasada médicos examinaron a los manifestantes y declararon que su estado es deplorable. Padecen de desnutrición de base, anemia crónica, parasitosis y algunos ya no se tienen en pie. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en Argentina hay unos 400.000 indígenas pertenecientes a 20 etnias diferentes. En particular en Chaco viven 60.000 de ellos que conforman los pueblos toba, mocoví y wichí. Allí se registran los índices más elevados de pobreza e indigencia del país. El Indec informó que el año pasado, mientras el promedio nacional de pobreza alcanzaba a 40 por ciento de los 37 millones de argentinos, en Chaco llegó a 65 por ciento. Los huelguistas de hambre reclaman, sin respuestas, que el Gobernador del Chaco, Roy Nikisch, los reciba y responda a sus denuncias sobre manejo irregular de tierras fiscales durante una década. Por ley, esos predios debieron ser entregadas a las comunidades indígenas y de pequeños productores, pero terminaron en manos de grandes propietarios. La huelga comenzó el 21 de julio tras un mes de diálogo entre el gobierno provincial y los dirigentes indígenas. Ese día, las autoridades entregaron una propuesta que no satisfizo las peticiones de las comunidades, entonces los representantes aborígenes decidieron permanecer en la sede gubernamental e iniciar la medida de fuerza. Según el Centro de Estudios e Investigación Nelson Mandela, de los 3,9 millones de hectáreas de tierras fiscales que había en esa provincia en 1995, quedan apenas 660.000. Sin embargo, las comunidades, que por ley debían ser las principales beneficiadas, quedaron fuera del reparto.