La inflación real esperada para el 2018 ronda el 30 por ciento mientras que los salarios van a la cola y esperan una nueva re negociación salarial con el Gobierno, a fin de no decaer la demanda efectiva dentro del mercado interno y su repercusión productiva e impositiva. Cabe aclarar que mas allá del aumento […]
La inflación real esperada para el 2018 ronda el 30 por ciento mientras que los salarios van a la cola y esperan una nueva re negociación salarial con el Gobierno, a fin de no decaer la demanda efectiva dentro del mercado interno y su repercusión productiva e impositiva. Cabe aclarar que mas allá del aumento de la divisa su traslado a precios no seria directo pues afectaría esa misma demanda, que no podrá acceder a los bienes dispuestos en el mercado lo que redundaría en una caída de la rentabilidad empresaria o la merma de canales de distribución de bienes.
La divisa norteamericana esta cerca de alcanzar una cotización de 30 pesos en pocos meses o quizás días lo que beneficia en la licuación de pasivos del Estado y en el equilibrio de sus cuentas fiscales y motoriza la salida externa de bienes y servicios por parte de las Economías Regionales, amen de garantizar la adecuación de la rentabilidad del espacio agropecuario que seguirá demandando quizás un dolar a 35 pesos para lo que resta del año.
Un 30 por ciento de la sociedad compuesta heterogeneamente por clases altas, medias y bajas manifiesta una disconformidad dual tanto con el gobierno kirchnerista como con el gobierno actual y es una franja que define las elecciones, mas allá de los afectos propios de los espacios en pugna electoral.
El Peronismo sin las clases medias no puede ganar una elección por lo tanto cual sera la estrategia de seducción luego de haber comprobado que la acentuación del consumo no garantiza un éxito electoral ni aquí ni en otros países de la región. Es por ello que el anhelo de unidad partidaria es solo un deseo de la ilusión militante pues el escenario todavía es incierto y los desafíos de gobernar los espacios provinciales ante una gestión distinta insumen compromisos institucionales.
Los procesos económicos no son arbitrarios -aunque se los quiera mostrar así- sino que expresan las voluntades políticas de sus gestores. Por lo que en la Argentina estamos en presencia de un proceso de re distribución regresiva del ingreso y de valorización financiera adjunta, que promueve el desinterés por la inversión productiva y sus efectos en el mercado de trabajo.
30 quizás me quede corto… 35 pesos el dolar a fin de año.
Ezequiel Beer. Geografo UBA. Analista Político.
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