Con la nueva represión de ayer, los detenidos de Caleta Olivia, en Santa Cruz, son 51. Seis personas tienen prisión preventiva y están encarceladas desde septiembre, luego de las protestas que unas semanas antes se realizaron en la Municipalidad y en los tanques de Terminales Marítimas Patagónicas (Termap). Otras cinco mujeres -una de ellas embarazada- […]
Con la nueva represión de ayer, los detenidos de Caleta Olivia, en Santa Cruz, son 51. Seis personas tienen prisión preventiva y están encarceladas desde septiembre, luego de las protestas que unas semanas antes se realizaron en la Municipalidad y en los tanques de Terminales Marítimas Patagónicas (Termap). Otras cinco mujeres -una de ellas embarazada- fueron llevadas a la comisaría anteayer por volver a subirse a los tanques. Ayer se sumaron otros cuarenta, luego del desalojo por la fuerza de Termap y del corte de la ruta 3. Al reclamo inicial, de trabajo genuino, se sumaron después la exigencia de liberación de los presos y el cumplimento del acuerdo firmado por las autoridades provinciales que aseguraba puestos laborales que nunca se concretaron.
La información es, todavía, algo dispersa y difusa, pero lo que ya queda claro en Caleta Olivia es que la escalada represiva avanzó: ayer a la madrugada fueron desalojadas por la fuerza las personas que -desde la noche del 30 de septiembre- protestaban en la playa de tanques del consorcio petrolero Termap y también las que cortaban la ruta 3. Son alrededor de 40 los nuevos detenidos, distribuidos en dependencias del Ejército de Comodoro Rivadavia, en las comisarías de Caleta Olivia y -según algunas versiones- también en las de Cañadón Seco.
En este operativo -el segundo en los últimos dos días- actuó la Policía de la Provincia de Santa Cruz, junto con la brigada especial antidisturbios de la Gendarmería Nacional de General Acha, La Pampa, que quedó instalada en Caleta, luego de la represión del 3 y 4 de septiembre, que dejó a 60 procesados y 6 manifestantes presos, con prisión preventiva: Elsa Orozco, Selva Sánchez, Marcela Sandra Constancio, Mauricio Perancho, Federico Mansilla, y Hugo Iglesias.
«Nosotros no tenemos tanta información porque los que nos avisaban, dejaron de llamar», respondió Iglesias a la llamada telefónica de lavaca. «Pruebe con estos teléfonos», dijo y dictó los números.
Los que los llamaban eran algunos de los manifestantes que hace dos días habían vuelto a subirse a los tanques de Termap. La primera noche fueron reprimidos por personal de seguridad contratado por las petroleras, que no dejó de mojarlos durante horas. Y cinco mujeres fueron detenidas. A ellas se le sumaron los 40 de esta segunda noche.
Las primeras noticias de las nuevas detenciones coincidieron con la marcha organizada en Comodoro Rivadavia por la desaparición de Iván Torres, que hace un tiempo fue llevado a la Comisaría Primera de la ciudad y desde entonces no se supo más de él. Allí estaban Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, y los diputados Patricia Walsh y Luis Zamora que decidieron trasladarse a Caleta para dar una conferencia de prensa y denunciar los hechos recientes.
Los abogados de la zona no dan abasto con tantas causas y la situación no deja de enredarse, tanto para los que ya estaban presos como para los nuevos detenidos, con los que -todo parece indicar- va a repetirse la mecánica judicial aplicada con los primeros encarcelados: hacer detenciones masivas, ir liberando de a poco y dejar a algunos presos con una cantidad tan grande de acusaciones que hace imposible su excarcelación.
En ninguno de los números telefónicos dictados desde la cárcel contestaba nadie. «Ya lo confirmamos -explicó Iglesias, un rato después- están detenidos.