25 millones de argentinos jugaremos el Mundial, decían en 1978
25 millones de argentinos están bajo la línea de pobreza en 2024
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) publicó los datos de pobreza e indigencia correspondientes al primer semestre de 2024. Son estremecedores. La pobreza ascendió al 52,9 por ciento y la indigencia al 18,1, lo que significa que 24,9 millones de argentinos son pobres y, de éstos, 8,9 millones indigentes. 25 millones de compatriotas son pobres porque sus ingresos no cubren la Canasta Básica Total (CBT), que en agosto era de 939.887 pesos sin contar los gastos de alquiler de vivienda. A su vez la Canasta Básica Alimentaria, (CBA), era de 421.474 pesos, que marca el nivel de indigencia.
Esos no son solo números sino personas de carne y hueso, muchos de los cuales saltean las comidas. Más de un millón de niños se va a dormir sin cenar, lo mismo que tantos jubilados pues la mayoría de los 5.8 millones percibe el haber mínimo, en agosto de 225.454 pesos más el bono de 70.000 pesos congelado desde marzo. Si bien el ajuste fascista y neoliberal hiere y mata por doquier, a los viejos los apunta como blanco preferencial. También a las niñeces, donde la pobreza es del 66,1 por ciento, según el INDEC que dirige el massista Marco Lavagna, que siguió en el cargo con la administración Milei.
La oficialización de aquellas estadísticas de pobreza y hambre ha tenido fuerte impacto político y social, afectando la imagen del presidente. Esta ya venía en caída en los últimos meses debido al ajuste, la recesión, los despidos, los bajos salarios y jubilaciones, cuyo leve aumento fue vetado; el recorte al financiamiento universitario y el parate de la obra pública, así como la impiadosa represión policial a protestas de jubilados y otros manifestantes ante el Congreso.
El empinamiento de la pobreza viene de muchos años atrás, para poner un mojón desde la dictadura militar cívica. En 1978 con el “poco pan y mucho circo”, la canción del Mundial de Fútbol decía que “25 millones de argentinos jugaremos el Mundial” y hoy tenemos 25 millones ahogados en la pobreza. Después vinieron gobiernos que profundizaron ese drama, especialmente los de Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Mauricio Macri, Alberto Fernández y ahora Javier Milei. Este último, en su primer semestre de ajuste creó 5,3 millones de nuevos pobres y 2,9 millones de nuevos indigentes, llevando al peor escenario de los últimos 20 años. Si no se lo frena a tiempo alcanzará otros récords aún más lamentables para nuestra gente. Mientras acá había tanto sufrimiento, el fascista tocaba la campanita de la Bolsa de Wall Street. De Nueva York volvió para pasear por helicóptero sobre los incendios de Córdoba y salió al balcón de la Casa Rosada con la tilinga Susana Giménez. Cero sensibilidad social de quien provoca esta catástrofe, mientras su vocero Manuel Adorni le echó la culpa de la alta pobreza al gobierno anterior y al populismo. Es tu fascismo y el neoliberalismo, estúpido.
ESCALA LA CONFRONTACIÓN
Hay varios sectores del peronismo, kirchnerismo y otras variantes de lo que es (¿fue?) Unión por la Patria, ahora enfrentados entre sí, que no quieren la confrontación política con el gobierno. Priorizan sus armados electorales con vistas a las legislativas de 2025 y las presidenciales de 2027. Craso y grave error. Se necesita la lucha hoy, aquí y ahora. El ajuste contra el pueblo, la entrega de un país convertido en una vulgar colonia estadounidense y la creciente represión para garantizar la aplicación de este modelo agro exportador, minero, extractivista y pagador obediente de la deuda externa, demanda ser parado ahora. De lo contrario será muy tarde.
Por ejemplo, en lo que va del año el Producto Bruto Interno (PBI) cayó 3,4 por ciento, con cientos de miles de empleos pulverizados, más de 30.000 en el Estado. Ya empezaron a mandar los mails a varios centenares de estatales cuyos contratos vencen el 30 de septiembre (son 65.000 compañeros en la cuerda floja).
Por otro lado el gobierno envió al Congreso un Proyecto de Presupuesto 2025 cuyo máximo objetivo es mantener el superávit fiscal a los efectos de pagar la deuda pública, incluyendo la fraudulenta deuda contraída por Mauricio Macri y convalidada por Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa. Sin estar aún aprobado ese Presupuesto, por decreto 846/2024 se pretende aprobar el aumento de la deuda pública mediante renegociación de títulos que aumenten intereses y montos de la misma, sin pasar por el Congreso. Esto está prohibido por la ley y la Constitución Nacional. Al 31 de julio pasado esa deuda externa, según el profesor Horacio Rovelli, con data oficial, alcanza 452.071 millones de dólares. Y el plan de gobierno de LLA es pagarla tal como prometió el entreguista Nicolás Avellaneda en 1876: “dos millones de argentinos economizarán hasta sobre su hambre y su sed, para responder en una situación suprema a los compromisos de nuestra fe pública en los mercados extranjeros”.
Para eso ajustan el gasto público. En su presentación del Presupuesto 2025 la bestia de Milei les exigió a las provincias un ajuste adicional de 60.000 millones de dólares, que luego José Luis Espert precisó serán 20.000 millones. Igual es una brutalidad equivalente al 33 por ciento de los 58.050 millones de dólares que las provincias reciben de la Nación por la coparticipación de impuestos. Como ese ajuste va a provocar más resistencia y no podrán hacerlo tal cual quieren, piden al FMI más préstamos para pagar aquella deuda. Esos préstamos se demoran, así como las inversiones de fondos extranjeros y monopolios locales, que no sacan los dólares del colchón, pese al pedido del entreguista Luis Caputo. Por eso el gobierno acelera la entrega del petróleo, el gas, el litio, el cobre, el agua y demás riquezas naturales, vaciando nuestro patrimonio nacional. El momento de frenar con la lucha esta catástrofe es ahora. Hoy. Ayer. Mañana será tarde.
ENTREGUISTAS, ESTÚPIDOS Y CÓMPLICES
El entreguista mayor es Milei y su corte de fachos que lo acompañaron a la 79 Asamblea General de la ONU, como su hermana Karina, la canciller Diana Mondino y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. Allí dio grima por primera vez ante esa cita de 193 países, que lo escucharon calificar a la ONU de haber caído en las garras del socialismo, renegar de la Agenda 2030 y el Pacto del Futuro, condenar a Cuba por ser una supuesta dictadura y anticipar que Argentina abandona su histórica neutralidad en los asuntos globales, ubicándose bien del lado del imperialismo y el sionismo.. Dicho sea de paso, insistió en defender al gobierno de Netanyahu y su genocidio contra Palestina y más recientemente sus crímenes y agresión al Líbano. Ese es el rol entreguista y fascista de Milei.
Lo bueno es que al comportarse de ese modo cada vez más argentinos abren sus ojos y advierten qué clase de gobierno entreguista es el que les mintió que venía a combatir la casta. Está gobernando con los Caputo, Sturzenegger, Bullrich, Francos, Scioli, etc, y la sociedad con Macri, Ritondo, De Loredo, Cornejo, Pichetto, Juez, etc. y los gobernadores peronistas Jaldo, Llaryora, Sáenz, etc. Con el apoyo de muchos de ellos está tratando de privatizar la aerolínea de bandera, Aerolíneas, del mismo modo como lo hicieron Menem, Dromi y Cavallo en los ‘90, a favor del grupo delincuencial Marsans de España, y lo volvió a intentar Macri en su turno.
Este tren de la derrota no se estaría llevando puesta a la Argentina sino contara con que en la llamada oposición campean el oportunismo, faltan principios y programas verdaderamente nacionales y populares, y caen en estupidismo político. Esas falencias no son teóricas sino muy prácticas, como se plasmaron en el pésimo gobierno del Frente de Todos-Unión por la Patria entre 2019 y 2023. Se convalidó el acuerdo con el FMI para pagar la fraudulenta deuda externa con el FMI y se terminó el 2023 con un 211 por ciento de inflación, pavimentando el terreno para la victoria del fascista Milei. Incluso ese gobierno frentetodista ya era un retroceso frente al modelo de “desarrollismo sin romper los límites de la dependencia”, que había caracterizado a los mejores años de Néstor Kirchner y su sucesora Cristina. Hoy en día, en vez de una autocrítica y una ruptura por izquierda y por antiimperialismo, respecto a ese pasado inmediato, las dirigencias del peronismo, comenzando por Cristina, tienen posturas más conservadoras y favorables al capitalismo dependiente que antes. Quieren revisar el exceso de estatismo, el rol de los trabajadores, la legislación laboral, etc. También atenuar las contradicciones con Washington, como se vio en su injusta crítica al gobierno de Nicolás Maduro y coincidir con el imperio en que las elecciones en Venezuela no fueron democráticas. Otra prueba de que el peronismo no es antiimperialista es que sus bancadas en ambas cámaras aprobaron el blanqueo de capitales de Milei y autorizaron el ingreso de tropas extranjeras (léase estadounidenses) a nuestro país para realizar ejercicios militares.
En ese marco sonó estúpida la referencia de Máximo Kirchner en un acto en La Plata, donde quiso justificar la borratina de La Cámpora de todas las luchas populares contra Milei, diciendo que al presidente lo había votado el 56 por ciento y que el veto presidencial a la ley de los jubilados es constitucional.
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