Ha llegado el momento que dejó de sufrir tozudamente y con grandes ganas de seguir de pie un grande del proceso revolucionario, antiimperialista y socialista de la Argentina. Armando desde mediados de 2016 empezó a ser tratado con un cáncer prostático, lamentablemente ya con metástasis. Fue operado y hasta Junio de 2017 venía llevando una […]
Ha llegado el momento que dejó de sufrir tozudamente y con grandes ganas de seguir de pie un grande del proceso revolucionario, antiimperialista y socialista de la Argentina.
Armando desde mediados de 2016 empezó a ser tratado con un cáncer prostático, lamentablemente ya con metástasis. Fue operado y hasta Junio de 2017 venía llevando una actividad relativamente normal; en ese mes vuelve a ser internado y ya esta vez acompañando a su cáncer una seria complicación renal. Desde casi 3 meses atrás sus riñones dejaron de funcionar y empezó con prácticas de diálisis periódicas que lo llevaron a un deterioro rapidísimo y ayer, 3 de febrero de 2018 a las 05:43 nos dejó. Armando hace unos días en plena lucidez nos citó y nos pidió expresamente que en su velorio no quiere flores , nos dijo que quiere banderas, pancartas, muy emocionado con un llanto en sus ojos sentenció: «perdón, me voy en el peor momento del país». En realidad fue un momento muy emotivo y de ver a un ser humano entero, moral e ideológicamente preparado a dar el paso final.
Participó en la Resistencia Peronista, cuando el movimiento estuvo proscrito, y fue miembro fundador del FRENTE REVOLUCIONARIO PERONISTA.
Fue uno de los precursores en Salta de la CGT clasista que enfrentó al sindicalismo burocrático en la década del ’70.
Participó de la experiencia del Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS) junto al dirigente histórico del Cordobazo AGUSTÍN TOSCO, espacio político que reunió al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), el FRP y otras organizaciones de izquierda. Durante años sufrió la persecución y el ensañamiento de los represores. Tuvo que exiliarse, primero en Latinoamérica y luego en España. Desde el exilio promovió la formación de comités y organizaciones para denunciar el Terrorismo de Estado en el país.
Desde los ’80 participó activamente en el MOVIMIENTO OBRERO, CAMPESINO, ESTUDIANTIL Y POPULAR (MOCEP), desde el que siguió luchando por la liberación nacional y social. Ha sido también un testigo fundamental en los juicios por delitos de lesa humanidad que se realizaron en la provincia y sus declaraciones han servido para acercarse a la verdad de aquellos años de terror.
Su capacidad de síntesis hasta en sus momentos de salud grave fue siempre muy clara. Hace unos meses (22/08/2017) cuando se realizó un homenaje a su persona, nos dejó unas palabras que hoy se están produciendo por parte del gobierno pro oligárquico y pro imperialista de Macri en Argentina. Decía: «Uno de los peores enemigos que tiene la clase obrera, que tiene el pueblo, que tienen los sectores nacionales, son los grupos como el de Macri y compañía. Cuando pueda va a hacer lo mismo que ha hecho la dictadura militar».
Sobre este escenario, Jaime resaltó la necesidad de que todos los sectores populares deben ir buscando la unidad y prepararse para luchar en el futuro. Destacó que las luchas «se las organiza», y que «no se arman solas o espontáneamente. Que no nos encuentren desprevenidos», advirtió.
En este tramo se dirigió especialmente a la juventud, a la que invitó a «prepararse para la lucha, prepararse para enfrentar a la derecha; prepararse para enfrentar al imperialismo».
Dijo también que «el imperialismo es un poder económico que no descansa hasta ver a su víctima caída».
Se refirió a la agresión que sufre Venezuela, destacando que lo que buscan los Estados Unidos es derrocar a un gobierno que es antiimperialista. «Lo hizo en el pasado contra Cuba y fracasó; y tiene que fracasar con Venezuela, tiene que fracasar con Bolivia»; sólo así «la democracia florecerá en América Latina».
El 23 de mayo de 2014, Gerardo Bavio presentó en Salta Huellas de la Memoria, un libro de los momentos históricos que vivió como dirigente político. Allí estuvo Armando Jaime quien al finalizar la presentación se acercó para invitarme a conversar el día siguiente. Recuerdo que fue después de mi intervención recordando la proclamación de la fórmula presidencial Tosco-Jaime en 1973. El 24 de mayo hicimos la entrevista que aquí reproduzco en medio de una mañana de anécdotas y grapa.
Entrevista a Armando Jaime, dirigente clasista de los ’70
En Salta existe una base de izquierda que viene de los ’70 y está aflorando ahora
Mario Hernandez
M.H.: Estamos con un viejo luchador, Armando Jaime. Siempre su figura nos trae el recuerdo de la CGT clasista de Salta en los ’70. Me gustaría que hagas una reflexión y me cuentes qué te traen al presente los hechos de aquel período.
A.J.: Bueno, de hecho hay diferencias sustanciales en el terreno de la política, durante el Cordobazo vivíamos en dictadura militar, en cambio ahora vivimos una situación de democracia relativa, con algunas fallas, pero democracia al fin, por lo cual nos podemos reunir para manifestarnos, lo que hace una diferencia bastante grande de época. Pero no obstante eso, creo que en este momento, si bien el gobierno ha hecho algunas cosas interesantes como el tema de Derechos Humanos, la Asignación por Hijo y algunas otras medidas, tiene una gran cantidad de falencias que da lugar a una crítica como corresponde.
A veces cuando conversamos con los compañeros hacemos la diferencia entre lo que es un gobierno como el de Evo Morales, o el de Maduro en Venezuela, o en otros lugares, con excepción de Cuba, es decir, todos estos países tienen una relación de producción de carácter capitalista, hablamos de Bolivia, Venezuela, Ecuador, igual que la Argentina, la diferencia es que mientras que esos gobernantes están proponiendo el socialismo como aspiración para sus pueblos y van caminando rumbo a eso, en Argentina el gobierno se declara capitalista nacional. Lo de «nacional» creemos que es relativo, porque transan con los monopolios, por ejemplo, el caso de Chevron, de la megaminería y una cantidad de empresas manejadas por el capital internacional, estas son falencias bastante serias que tiene el gobierno, incluso para llamarse «nacional». Entonces desde este punto de vista nosotros somos críticos, y consideramos que hay que marchar hacia un movimiento de carácter socialista y revolucionario.
M.H.: Armando te quiero volver un poquito para atrás, no porque me interese discutir el pasado, sino porque me interesa rescatar algunas cosas que viviste. Después vamos a volver al presente y en particular de Salta porque ha impactado mucho la huelga docente y me gustaría conocer tu opinión al respecto. Quiero volver a fines de los ´60, conociste a Agustín Tosco, figura emblemática del Cordobazo.
A.J.: Sí, entonces nosotros trabajábamos mucho con el movimiento sindical acá en Salta y en otros puntos del país y por ese motivo tuvimos una relación desde un punto de vista ideológico y político con Agustín Tosco y con otros dirigentes, y de ahí surgió una amistad que nos unió después políticamente en el Frente Antiimperialista del Socialismo (FAS). Fueron momentos donde nosotros, junto con Tosco y otros compañeros, impulsamos el sindicalismo de clase. En Salta organizamos agrupaciones obreras que nos llevaron a la conformación de la CGT clasista.
M.H.: ¿Cuáles eran las características del clasismo de los ´70?
A.J.: Bueno, por un lado una posición antiburocrática, planteamos dirigentes que defiendan realmente los intereses de la clase trabajadora, ese era un punto fundamental. Por otro lado, defendíamos la independencia de los sindicatos de los gobiernos y a la vez de los partidos políticos, particularmente de la burguesía.
En el caso de la CGT clasista de Salta, invitamos en forma directa a los distintos partidos de izquierda para que pudiesen participar en los debates, en las discusiones, es decir, que estábamos abiertos a toda la izquierda sin excepción, a pesar de que recibimos críticas de sectarismo, cosa que no es verdad, es decir, podía venir el Partico Comunista o Vanguardia Comunista (maoístas), distintos grupos podían participar independientemente que tuvieran representación sindical, simplemente como grupos políticos.
M.H.: Hacía referencia a la situación que se ha planteado con los docentes autoconvocados (DUS), ¿hay puntos de contacto entre este proceso que se ha abierto dentro del gremio docente, con aquella historia que estás contando?
A.J.: Sí, en Salta hay mucha gente de izquierda en la base, que viene como arrastre de aquellos tiempos. La Lista Verde cuando la gobernación Miguel Ragone, en 1973, gana por el apoyo de la izquierda y enfrentando a toda la vieja dirección de derecha que tenía el peronismo, es decir, con un posicionamiento de izquierda. La CGT clasista surge en ese momento porque había un posicionamiento de izquierda en el movimiento obrero de Salta, y también en otros movimientos, como el Movimiento de Aborígenes que nos apoyaban. El arrastre histórico que tenemos en la provincia es lo que ha devenido en un apoyo al Partido Obrero, no es una simple agitación de ese partido, sino que existe en la provincia una base de izquierda que viene de aquellos tiempos y que está aflorando ahora.
Creo que a nivel sindical también se va a ir dando una situación así. El caso de los docentes nos parece un movimiento sumamente importante y lo apoyamos sin condiciones, sin llevar letreros ni pancartas, tenemos una metodología distinta a la de algunos partidos de izquierda, no pretendemos meterle un sello al movimiento, trabajamos, apoyamos, hasta que eso dé algún resultado.
El gobernador Urtubey
M.H.: Armando, ustedes tienen un gobernador, Urtubey. Siempre que lo menciono hablo de su prontuario que me interesa particularmente porque es uno de los presidenciables, por lo menos es su intención. ¿Cuál es tu visión sobre este político peronista de la provincia de Salta?
A.J.: Acá en la provincia de Salta, en los días posteriores al Cordobazo, se hizo un «Salteñazo» y, cuando fue ese hecho, un número grande de mujeres irrumpió en el barrio de la aristocracia salteña y tomó el Club «20 de Febrero». Es un club importante en la historia de Salta porque agrupa a toda la aristocracia salteña, lo que aquí se llama «el cholaje», o sea, la oligarquía de Salta. A este club pertenece este joven Urtubey, y toda su gestión gubernamental ha estado orientada en favorecer a la oligarquía. Por ejemplo, este gobierno defiende la policía infantil, como forma de contener a los chicos pobres que no tienen hogar y andan en la calle. La solución que les da es la policía infantil que es un criadero de represores, además, no tiene ninguna consistencia didáctica ni pedagógica.
Otra medida que ha tomado de carácter reaccionario, es la enseñanza religiosa en todas las escuelas de la provincia, cosa que ya no existía, la enseñanza era laica. Ha aumentado enormemente la dotación policial, desde policía civil, o sea, espías de la población, a policías uniformados. Tiene toda la provincia preparada para reprimir. Además, es un muchacho joven bastante incapaz como político, es hijo político adoptivo de Juan Carlos Romero, ellos lo llevan a la política, sin militancia, aparece sin nada, nada que ver con Pablo López que sale del Partido Obrero, que es un muchacho que milita entre los trabajadores, en los barrios, sabe lo que es andar en los barriales. Este es un señorito, nunca conoció esas cosas, no tuvo militancia y de golpe aparece como diputado nacional y después el «Club 20» lo impulsa hacia la gobernación, y lo de peronista, es peronista de derecha, nada que ver con el kirchnerismo, que mal que mal tiene algunos amagues que lo diferencian bastante de la derecha. Él puede tener una identidad ideológica con Massa o con Elisa Carrió. Y más aún, no sé si recordás la visita de Mario Vargas Llosa al país, un intelectual al servicio del imperialismo y del gran capital que fue invitado de honor a la provincia, Urtubey lo llevó a los valles a ver los viñedos, eso demuestra claramente el posicionamiento ideológico que tiene. En otra oportunidad lo invitó al ex presidente Fox, de México, a que hable de política, otro tipo de derecha. O sea, él se inscribe en toda la derecha continental, ese es el gobierno que tiene Salta, de ultraderecha y que pertenece a la oligarquía.
M.H.: Tengo que preguntarte por otro de los referentes del peronismo, ya devaluado, pero en algún momento candidato a vicepresidente de la Nación, Juan Carlos Romero.
A.J.: Bueno, vos sabés que aquí la familia Romero es una familia que viene de abajo, no viene del tronco oligárquico y se conforma en una burguesía, una nueva burguesía que tiene la provincia, intrépida, que no le interesa nada, no tiene pruritos morales para juntar plata.
La fortuna del padre de Juan Carlos Romero es sumamente dudosa, hay periodistas y revistas internacionales que lo acusan de que tal fortuna surgió del narcotráfico, entre ellas hay un artículo importante de la revista Interviú de España donde citan una finca que tienen ellos, que tiene varias pistas de aterrizaje y donde permanentemente aterrizan aviones, según ellos para trabajos de cultivo. En la provincia de Salta hay muchas pistas de aterrizaje. Por otro lado, en un simposio que hizo una organización católica en Madrid del que yo participé, también se acusaba a Roberto Romero. Algunos disertantes bolivianos decían que Salta era el puente entre Bolivia y el exterior en el tráfico de drogas. Acá hay un periodista que se llama Sergio Poma, que ya falleció, que escribió un libro que se llama El narcopoder, donde denuncia a Roberto Romero y a su familia de estar vinculada a este tipo de negociaciones.
Roberto Romero venía del radicalismo, luego tuvo alguna participación en el frondicismo, en el Partido Justicialista no se lo aceptaba, fue rechazado, en cuanto a la opinión que tenía Miguel Ragone las veces que conversamos, él decía «éste es un tipo peligroso». Y bueno, de pronto aparecen como peronistas y ¿quién avala la ficha? El juzgado electoral, es decir, él hace una presentación y lo avalan para que sea miembro del Partido Justicialista, y a partir de ahí, con los elementos de derecha que tomaron el gobierno cuando destituyeron a Miguel Ragone, se presenta como candidato a gobernador. Esta es la historia de Romero que no tenía nada que ver con el peronismo.
M.H.: He estado observando, por información que suele publicar Argenpress.info, una situación de desplazamiento de los pueblos originarios inclusive incendiando sus tierras, favoreciendo el desarrollo y cultivo de la soja en la provincia. ¿Mi apreciación es correcta?
A.J.: Bueno, acá los pueblos originarios cada día están siendo más arrinconados a zonas desérticas, a tierras inservibles y cada día es menor el apoyo o la ayuda que tienen del gobierno, y alguna ayuda que reciben viene más que todo del gobierno nacional y no del gobierno de la provincia, a través de los Planes Trabajar, de la Asignación por Hijo, algunas pensiones a la vejez, pero en cuanto a la provincia, la actividad hacia los pueblos originarios es prácticamente nula.
Con el asunto del desmonte, de la soja, cada día son expulsados de sus lugares y arrinconados a lugares desérticos donde no hay agua, es tremenda la situación que viven y no hay ninguna preocupación por parte del gobierno, más que declaraciones, por ahí viene una delegación y les dan de comer algo y después se van. Nosotros tenemos mucho contacto con compañeros originarios y discutimos con ellos que el planteo principal tiene que ser la recuperación de sus tierras y luego de eso debe estar la reivindicación cultural.
El gobierno de la provincia de Salta tiene mentalidad colonial, son «colonizados mentales», le hacen monumentos al asesino de Tupac Amaru, a los Reyes de España, a Isabel la Católica. Viven ensalzando al colonialismo y haciendo racismo, aquí se trata mucho a nuestro pueblo de «negros de mierda» por parte de esta gente que recibe la educación del Club «20 de febrero», de la aristocracia salteña. Lo mismo que la discriminación que hacen de los pueblos hermanos, como Bolivia por ejemplo, llamándolos «bolitas». Nosotros siempre hemos defendido la relación y el respeto por nuestros hermanos latinoamericanos. Salta, Jujuy, Potosí, todos tenemos la misma cultura, estamos divididos por países pero culturalmente somos lo mismo.
M.H.: ¿Cuál es el proyecto político de Armando Jaime en el 2014?
A.J.: Bueno, nosotros impulsamos desde el interior una especie de frente político con organizaciones ligadas a los años ´70, o con conocimiento o que reivindican la lucha de los compañeros caídos durante esos años. Reunimos una veintena de organizaciones, medianas, regulares, otras con más peso y estamos discutiendo la nueva modalidad que se está dando en Latinoamérica que es la participación democrática, que hasta ahora los revolucionarios veníamos negando, sin embargo, ahora pensamos que hay que participar electoralmente pero dentro de principios revolucionarios, no pensando que uno o dos diputados van a cambiar el mundo, no, aquí algo va a cambiar cuando hagamos la revolución y tomemos el poder. Si esto se da por vías legales, en el momento en el que se llega al gobierno comienza otra lucha, como la que está llevando a cabo el gobierno de Evo Morales, o los venezolanos, no es que de la noche a la mañana se va a expropiar todo, son procesos distintos. Si uno llega por la vía armada en 24 horas transformás las cosas porque tomás el poder con la revolución, pero cuando se lo toma por medios evolutivos, cuando llegás al gobierno empieza una lucha feroz, como está pasando ahora con toda esta ofensiva imperialista contra Venezuela, contra Bolivia y también contra el gobierno nuestro, que no tiene un posicionamiento de izquierda pero les pesa, les duele y al imperialismo y a la derecha no les gusta.
M.H.: ¿Querés agregar algo que no te haya preguntado?
A.J.: Mirá, nosotros pensamos que toda la izquierda y el movimiento de masas en general que aspire al socialismo, a la revolución y que tenga un espíritu latinoamericanista, que no sean dogmáticos y funcionales al poder burgués, tenemos que unirnos, esforzarnos para enfrentar la lucha en los distintos niveles y en este momento es en el nivel de la democracia que tenemos que impulsar y participar legalmente. Esa es una discusión que tenemos en estos niveles de organizaciones más menos de la izquierda latinoamericanista.
M.H.: Te agradezco mucho la posibilidad que me has dado, ha sido un gusto compartir este diálogo, que espero se repita pronto.
A.J.: Muchas gracias, nos vamos a estar viendo.
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