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Carta al Director de El País

Hipocresía nuclear

Fuentes: El País

No he hecho el cómputo detallado, pero es posible que en los últimos seis meses, hayan dedicado ustedes algo así como unas 50 páginas entre sus secciones de Internacional y Editorial a la terrible audacia nuclear iraní, a «la bomba de los ayatolás» al «desafío de Irán», o que si «EE UU y la UE […]

No he hecho el cómputo detallado, pero es posible que en los últimos seis meses, hayan dedicado ustedes algo así como unas 50 páginas entre sus secciones de Internacional y Editorial a la terrible audacia nuclear iraní, a «la bomba de los ayatolás» al «desafío de Irán», o que si «EE UU y la UE condenan la reanudación del programa nuclear iraní», etcétera, a lo que viene a sumarse su austero editorial Irán rompe los sellos (11 de enero de 2006). Bien, parecería a simple vista que el gran ogro iraní está a punto de pulverizarnos a todos.

En su editorial de ayer, sin ir más lejos, apuntan ustedes, correctamente, que «un Irán dotado de armas nucleares sería un elemento más de desestabilización en el frágil equilibrio en toda la región», y luego agregan que «Irán se siente, con razón, rodeado de Estados con armas nucleares: Rusia, China, Pakistán, India e Israel.» La inserción de este «se siente» seguido de «con razón» es llamativa. Habiendo ratificado el Tratado de No Proliferación (TNP) y habiendo iniciado un programa nuclear civil dentro de la legalidad de ese tratado (sólo se habla de «desconfianza»), digamos que Irán no «se siente» rodeado, sino que está de hecho rodeado por Estados nucleares.

Se estima que Israel posee cientos de cabezas nucleares ilegales, y se sabe que no ha ratificado el TNP ni permite inspecciones de la OIEA. Se sabe que el pasado año, EE UU y la India llegaron a acuerdos de cooperación nuclear que podrían superar con mucho lo puesto en marcha por Irán. Se sabe también que EE UU ha suministrado a Pakistán aviones F-16 capaces de transportar armas nucleares -como asimismo hiciera con Israel-. Pakistán también realizó pruebas balísticas de miles de kilómetros el verano pasado, como tampoco es un secreto que, al contrario que Irán, ni Pakistán ni la India han ratificado el TNP, aunque sí poseen armamento nuclear. También se sabe, cómo no, que EE UU y Gran Bretaña poseen más de 5.000 cabezas nucleares en activo, como también podremos sacar a colación el colapso del TNP el año pasado como consecuencia de esta flagrante hipocresía. Todo ello por no hablar del estado de las instalaciones nucleares en Rusia, del notable incremento en inversiones ofensivas de ese país y de China o del programa para la militarización del espacio de la Administración de Bush, que sencillamente supone, y sin riesgo de exageración, un gravísimo riesgo para la supervivencia de la humanidad. Aun así, ustedes nos dicen que «con Irán está en juego el futuro de la lucha contra la proliferación nuclear».

Por favor, tengan cuando menos un respeto por los hechos más elementales.

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*Esta carta fue publicada en la edición impresa del 12 de enero de 2006.