Los trabajadores de distintas empresas tercerizadas de la papelera Alto Paraná, en Misiones, realizaron un paro de 24 horas en defensa de su derecho de organizarse sindicalmente y exigir mejores condiciones laborales y salariales. La medida se cumplió ayer en toda la región con un alto acatamiento y hoy continuó con el bloqueo de los […]
Los trabajadores de distintas empresas tercerizadas de la papelera Alto Paraná, en Misiones, realizaron un paro de 24 horas en defensa de su derecho de organizarse sindicalmente y exigir mejores condiciones laborales y salariales.
La medida se cumplió ayer en toda la región con un alto acatamiento y hoy continuó con el bloqueo de los accesos a la planta de celulosa.
Lorenzo Barrientos, secretario general del Sindicato de Papeleros del Alto Paraná, relató que los compañeros reunidos en asamblea en la ciudad de Wanda, resolvieron la medida de fuerza una vez agotadas las instancias de reclamo a la patronal y a la delegación Eldorado de la Subsecretaria de Trabajo de esa provincia.
Y que continuarán con el bloqueo de los accesos a la planta hasta tanto se abra una instancia de diálogo «que permita discutir con los funcionarios y la empresa el cese de los despidos y mejores condiciones de trabajo para los compañeros».
«Los trabajadores motosierristas reclaman mejoras en su situación salarial y laboral. Pero la patronal sólo ha respondido con despidos a los compañeros que promueven la organización del sector y la afiliación a nuestro sindicato», remarcó Barrientos en un comunicado de prensa enviado por la CTA.
Por su parte, Héctor Careaga y César Díaz, trabajadores de la empresa de celulosa Alto Paraná explicaron que las sanciones a trabajadores comenzaron a llegar «cuando los compañeros se acercaron al gremio y comenzaron a afiliarse masivamente».
Según informaron, ya son más de 150 los trabajadores afiliados «y todavía falta mucho por organizar».
En la zona de Wanda y Esperanza, alrededor de 10 empresas contratistas de Alto Paraná emplean entre 70 y 80 trabajadores motosierristas que trabajan el monte en condiciones muy precarias.
«No tienen cobertura en caso de accidente, servicios de salud, nada», explicó Careaga. Y agregó: «los pasan a buscar por sus casas en camiones rotos y los llevan como ganado hasta el monte. Trabajan muchas horas, se van a las cinco de la mañana de sus casas y vuelven a la noche. Así, todos los días».
La mayoría de ellos son jóvenes, de entre 20 y 30 años, y muchos son hijos de los antiguos hacheros o mensú, que no tuvieron oportunidad de estudiar o de tener otras opciones de trabajo.
«Y tampoco tienen un conocimiento de las leyes que los amparan», aclaran los representantes del sindicato misionero.
Con la organización llegaron las represalias. «Las empresas comenzaron con despidos y suspensiones, que llegan hasta los diez días sin trabajar. Inventan excusas para suspenderlos, como que no tienen los elementos de seguridad necesarios para trabajar, como si el trabajador tuviera que comprarlos en vez de dárselos la propia empresa», indicó Díaz.
Y recordó que «a pesar de que el desmonte es un servicio tercerizado, nosotros sabemos que esas empresas pertenecen a testaferros de la propia Alto Paraná. Incluso los inspectores, que son los que controlan la tala de los árboles, son de la empresa. En realidad Alto Paraná es su verdadero patrón».