A dos meses de la desaparición de Jorge Julio López, nuevamente se movilizaron las organizaciones populares a Plaza de Mayo, exigiendo al gobierno su aparición con vida. Si esta es su segunda desaparición forzada, no es menos cierto, como lo denuncia el documento conjunto leído en el acto, que el silenciamiento mediático sobre su situación […]
A dos meses de la desaparición de Jorge Julio López, nuevamente se movilizaron las organizaciones populares a Plaza de Mayo, exigiendo al gobierno su aparición con vida.
Si esta es su segunda desaparición forzada, no es menos cierto, como lo denuncia el documento conjunto leído en el acto, que el silenciamiento mediático sobre su situación es la tercera. A ello se suma la virtual inexistencia de una investigación del secuestro, que sigue siendo tratado por la justicia provincial como un simple extravío, mientras el juez federal Corazza, ante el reclamo de los organismos de DDHH por la ausencia de avances reales, se ampara en una inadmisible «queja» de que sus pares de la justicia ordinaria no lo dejan acceder al expediente. Evidentemente, poca capacidad para esclarecer un delito puede tener un juez federal que no es capaz de lograr que un fiscal provincial que tiene su despacho a cuatro cuadras de distancia le muestre una causa…
La columna marchó desde Congreso y al llegar a la Plaza de Mayo se dio lectura al texto acordado entre los convocantes, que denuncia claramente la responsabilidad del gobierno, vincula la desaparción de López con el conjunto de la política represiva estatal, y culmina diciendo: «Sólo el pueblo movilizado y manifestando en todo el país logrará que la desaparición de López no sea la respuesta. A las patotas asesinas responderemos con más movilización y más lucha hasta que el último de ellos termine donde le corresponde: tras las rejas».