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Predisposición de los medios corporativos de Estados Unidos en el caso de los Cinco Cubanos

Fuentes: www.projectcensored.org

  IntroducciónEn 1998, el FBI arrestó en Miami a cinco cubanos, acusándolos de ‘actividades de espionaje.’ Extrañamente, el gobierno de EEUU no utilizó las detenciones para demonizar públicamente a Castro y en su lugar sofocó una potencial tormenta de fuego político colocando a los Cinco en confinamiento solitario por 17 meses, en una violación de […]

 

Introducción

En 1998, el FBI arrestó en Miami a cinco cubanos, acusándolos de ‘actividades de espionaje.’ Extrañamente, el gobierno de EEUU no utilizó las detenciones para demonizar públicamente a Castro y en su lugar sofocó una potencial tormenta de fuego político colocando a los Cinco en confinamiento solitario por 17 meses, en una violación de las regulaciones penitenciarias que estipulaban que el aislamiento se puede imponer por un máximo de 60 días. A pesar de la carencia de evidencias para un procesamiento, los Cinco fueron condenados en 2001 y distribuidos deliberadamente por separados en cinco prisiones distintas a través de EEUU (California, Colorado, Wisconsin, Tejas y Florida). La naturaleza de estas tácticas -la aplicación de confinamiento solitario antes del juicio y la dispersión de los Cinco después del proceso- se anticipó a intentar sofocar activamente una oposición verdadera o potencial. El hecho de que los Cinco sean homenajeados en Cuba como héroes y combatientes por la libertad explica el interés del gobierno de EEUU en acallar el caso.

Aunque ostensiblemente fueron arrestados por atribuírseles actividades de espionaje, la evidencia presentada en el juicio demostró claramente que los Cinco no tuvieron ninguna intención de recolectar ‘inteligencia’ de EEUU. Más bien se habían esforzado en infiltrar las organizaciones terroristas basadas en Miami, para recoger inteligencia destinada a prevenir otros ataques contra Cuba, secretos y abiertos. Desde que Castro derrocó a Batista en 1959, las comunidades cubanas del exilio mantienen aterrorizada a Cuba con tentativas de asesinato, propaganda y subversión económica, o sea, incendios de siembras, bombardeos a centrales azucareros y violentas campañas para interrumpir la industria turística de Cuba. Desde la revolución de 1959 se han registrado más de 4.000 incidentes violentos contra Cuba. Muchas de las organizaciones terroristas responsables operaron con aprobación del gobierno de EEUU., tal como todavía ocurre hoy. Pero por culpa de los medios, muy poca gente está prestándoles atención o tiene la capacidad de poner atención.

En general, los medios corporativos (así como algunos independientes) han fallado en darle una adecuada cobertura al caso de los Cinco Cubanos. Cuando «cubren» el caso, sus reportes son «amarillentos» y desinformados. Una adecuada cobertura del caso involucraría a la dinastía de Bush en la protección y preparación de conocidos terroristas y exponer la hipocresía de «la guerra al terrorismo» de la administración Bush.

Para entender apropiadamente la pésima situación en que están los Cinco Cubanos y por qué el gobierno de EEUU continúa protegiendo terroristas, es necesaria una breve historia de las relaciones EEUU-Cuba.

Breve historia del patrocinio de EEUU al terrorismo en Cuba

La obsesión de EEUU con Cuba data desde la revolución norteamericana, de cuando John Quincy Adams, entonces secretario de Estado, dijo que Cuba adquiriría una ‘importancia trascendental’ para el futuro político y comercial de EEUU (1).

Pero al arribar el siglo veinte, Cuba ya dependía económicamente de EEUU. Durante los años 50, la dependencia se acrecentó cuando EEUU garantizó un mejor precio que el mercado mundial al azúcar cubano, mediante un sistema de cuotas. EEUU compraba más de la mitad de la azúcar producida en Cuba mientras controlaban el 40 por ciento de su producción, poseía la mitad de la tierra cultivable y controlada el 90 por ciento de las utilidades de Cuba. EEUU también tenía inversiones en minería, refinerías de petróleo, subproductos del caucho, ganado, cemento, turismo y la cuarta parte de todos los depósitos bancarios. El 80 por ciento de las importaciones de Cuba provenía de EEUU. La mayoría de los cubanos se identificaba con el modo de vivir estadounidense (el «american way of life») y su sentido del progreso fue medido según su capacidad de comprar mercancías norteamericanas. A pesar de la norteamericanización de su economía, una tercera parte de la población de Cuba continuaba en la pobreza. El estancamiento económico, junto con la discriminación y el racismo estadounidense hacia los cubanos condujo a un desencanto y resentimiento cada vez mayor con EEUU (2).

Con la revolución de 1959, Castro quiso acabar con la dependencia económica de Cuba de EEUU, mientras promovía una identidad cubana libre de la influencia norteamericana. Estableció políticas de impuesto y de reforma agraria a fin de reducir la inequidad económica y favorecer a Cuba por sobre la inversión extranjera. Las empresas estadounidenses que operaban en Cuba se opusieron a los aumentos salariales, a mejorar las condiciones de trabajo y a la reforma agraria. Las relaciones se deterioraron rápidamente perjudicando poderosos intereses de EEUU, que perdió las tierras ante las políticas del gobierno cubano. Por ejemplo, las compañías estadounidenses del azúcar fueron amenazadas con la pérdida de más de un millón y medio de acres de tierra cultivable [más de 600 mil hectáreas] (3).

Después que Castro visitara EEUU en abril de 1959, el vicepresidente Richard Nixon sugirió a sus colegas que inmediatamente se armara una fuerza de exiliados cubanos para derrocar a Castro (4). Hacia mayo, la CIA comenzó a armar a guerrillas dentro de Cuba, mientras supervisaba bombardeos e incursiones incendiarias piloteadas por cubanos exiliados con base en Miami (5). Al año siguiente, ‘Castro y su ejército rebelde lucharon contra grupos contrarrevolucionarios… que utilizaron bases aéreas del sur de Florida para sus ataques y tentativas de asesinatos…, incendios de sembradíos, bombardeo de centrales azucareros y ataques a naves que navegaban a Cuba. El desinterés de EEUU por disolver a esos grupos y prevenir sus actividades fue evidencia más que suficiente para que Castro proclamara la complicidad de EEUU en esas acciones’ (6).

La administración Eisenhower tomó secretamente la decisión formal de conquistar Cuba, pero de modo que no fuera evidente la mano de EEUU (7). Con la nacionalización de todos los negocios de EEUU en Cuba hacia agosto de 1959, Eisenhower asignó 13 millones de dólares para el entrenamiento en guerra de guerrillas de 400 a 500 exiliados cubanos en Guatemala (8). El terrorismo indirecto sería suficiente para la mano invisible de Eisenhower y, del mismo modo, bajo la administración Kennedy, EEUU entrenó a exiliados cubanos que serían empleados en la fallida invasión de Bahía de Cochinos, en abril de 1961. Después de la invasión, Kennedy continuó su programa de terrorismo internacional, más notablemente con la Operación Mangosta, que, según Ray Garthoff, un ex agente del departamento de Estado especializado en la Unión Soviética, incluía el envío de unidades de sabotaje al interior de la Isla (9). Durante el clímax de la guerra fría, el equipo de la Operación Mangosta de la CIA atacó una fábrica cubana, matando a 400 personas, denunció Castro.

Durante los años 70, la CIA continuó financiando a la comunidad del exilio. El 6 de octubre 1976, terroristas del exilio volaron con una bomba un aparato de Cubana de Aviación después que despegó de Barbados, matando a 73 personas, entre ellas, a todo el equipo cubano campeón de esgrima. La CIA, dirigida por George Bush padre, supo por adelantado del bombardeo, pero no hizo nada para advertir a La Habana (10). Orlando Bosch, encarcelado con Luis Posada Carriles por el atentado, fue liberado de una prisión de Venezuela en 1987 bajo la presión del entonces embajador de EEUU, Otto Reich. Bosch viajó enseguida a Miami, donde lo detuvieron por violación de la libertad bajo palabra en 1974 (Bosch fue condenado en 1968 por disparos de bazuca en Miami contra un carguero que pasaría por puertos cubanos). Citando reportes del FBI y de la CIA indicando que Bosch ha causado ‘lesiones y muertes indiscriminadas’, incluyendo 30 actos de terrorismo, el ministerio de Justicia de EEUU determinó que Bosch sería deportado debido a sus actividades terroristas. A pesar de esto, Bosch fue perdonado por el presidente Bush en 1989, después de una campaña lanzada para revertir la decisión del departamento de Justicia. Luego, Bosch lideró los esfuerzos para la elección de la republicana Ileana Ros-Lehtinen, actual representante del Congreso por el distrito 18º de Florida (su encargado de campaña fue Jeb Bush, hijo del presidente) (11). Raoul Cantero, nieto del dictador Fulgencio Batista, fue abogado y portavoz inicial de Bosch pero ahora pertenece al Tribunal Supremo y reside en Florida. Aunque está extensamente prontuariado como uno de los terroristas más peligrosos del hemisferio occidental (12), Bosch camina libremente en Miami e incluso aparece en programas de radio y televisión jactándose de que todavía prepara ataques contra Cuba.

A través de los años 90, la industria turística se convirtió en el blanco principal de las organizaciones terroristas con base en Miami, mediante ataques con bomba a autobuses y hoteles turísticos. El bombardeo que en 1997 mató a un turista italiano fue cometido por terroristas salvadoreños financiados en Miami, bajo la supervisión de Luis Posada Carriles. Posada se había escapado de una prisión venezolana en 1985 (mediante el soborno de las autoridades de la prisión), donde lo confinaron junto con Bosch por la voladura del avión de pasajeros de Cubana de Aviación de 1976 (13). Se trasladó secretamente a El Salvador, donde contrabandeó armas para los Contra (de Nicaragua), en una operación patrocinada por el ayudante de la Casa Blanca Oliver North (14).

En 2000, Posada fue encarcelado en Panamá por planificar el asesinato de Fidel Castro con tres exiliados cubanos mientras el líder visitaba Ciudad de Panamá durante la cumbre Ibero-americana. Después de cumplir la mitad de una sentencia de ocho años, Posada fue perdonado por la presidenta panameña saliente Mireya Moscoso «como un favor a Bush, cuya reelección en noviembre de 2004 continuaba siendo apoyada por los cubanos de Miami» (15). En mayo de 2005, Posada fue detenido en EL Paso, Texas, por intentar ingresar ilegalmente a EEUU. A pesar de los documentos desclasificados de la CIA que detallan la conexión de Posada con el bombardeo del avión en 1976, EEUU rechazó procesar la extradición de Posada a Venezuela, violando tres tratados internacionales firmados con ese país. En su lugar, un gran jurado federal de EEUU procesó a Posada en enero de 2007 por violaciones de la inmigración y lo transfirió a una prisión de New México. Pero en abril, fue liberado por el juez de Distrito de EEUU Kathleen Cardone, a despecho de una petición del gobierno de mantenerlo encarcelado hasta que se resolviera una apelación pendiente (16). El 8 de mayo fueron retirados todos los cargos contra Posada, provocando una protesta pública en Cuba. Dagoberto Rodríguez Barrera, jefe de la Sección de Intereses Cubanos en Washington, culpó a la Casa Blanca por «hacer todos los esfuerzos necesarios para proteger al bin Laden del hemisferio, [fuera de] temer que él habría podido hablar y contar de nuevo la historia entera sobre los acoplamientos del gobierno de EEUU con sus actividades terroristas» (17). El presidente Hugo Chávez de Venezuela exigió ‘que extraditen a ese terrorista y asesino a Venezuela, en vez de protegerlo’.

El juicio de los Cinco Cubanos

Debido a la amenaza constante del terrorismo, los Cinco Cubanos monitorearon las actividades terroristas de los grupos del exilio y las reportaron a Cuba. Fueron arrestados en Miami, Florida, en septiembre de 1998, y acusados de violar 26 disposiciones de las leyes federales de EEUU. Los dos cargos principales fueron conspiración para cometer espionaje y conspiración para cometer asesinato, mientras las otras 24 fueron ofensas técnicamente de menor importancia, alegándose el uso de nombres falsos y la omisión de inscribirse como agentes extranjeros.

El primer cargo de conspiración afirmó que tres de los Cinco se concertaron para cometer espionaje. Una conspiración es un acuerdo ilegal entre dos o más personas para cometer un crimen -que no necesita ocurrir-. La evidencia circunstancial basta para demostrar que debe haber existido un acuerdo de cometer un crimen, sin que sean necesarias pruebas actuales y directas. El proceso admitió que los Cinco carecieron de la posesión de una sola página de información clasificada del gobierno, aunque la ley requiere la presencia de información de defensa nacional para probar el crimen del espionaje.

El procesamiento realzó el hecho de que Antonio Guerrero trabajó en una tienda de metal de una base de entrenamiento de la Marina en el sur de Florida, sosteniendo que procuraba tener acceso a información de defensa nacional. Pero la base naval estaba totalmente abierta al público y Guerrero nunca había solicitado la habilitación de un pase de seguridad para ningún acceso a las áreas restringidas por seguridad y jamás había intentado ingresar en alguna. El FBI tuvo a Guerrero bajo vigilancia durante dos años antes de las detenciones, pero no entregó ningún testimonio de sus agentes sobre ninguna fechoría.

La misión de Antonio Guerrero era ‘descubrir e informar de una manera oportuna la información o las indicaciones que denotaran la preparación de una agresión militar contra Cuba en base a lo que él podría haber visto observando actividades públicas abiertas» (18). Esta información que estaba disponible para cualquier miembro del público no puede servir de base para un procesamiento por espionaje. Sin embargo, el jurado así se hizo la convicción.

El cargo de conspiración para cometer asesinato alegó que Gerardo Hernández conspiró con otros funcionarios cubanos no procesados para derribar dos aeroplanos del grupo de exiliados Hermanos al Rescate (BTTR, su sigla en inglés). BTTR había ingresado al espacio aéreo cubano en varias ocasiones durante los años 90 para lanzar folletos de propaganda. A pesar de las advertencias de Cuba, que había informado profusamente a EEUU de las violaciones de su espacio aéreo, BTTR continuó volando ante la indiferencia de los funcionarios de EEUU. En 1996, dos aeroplanos de BTTR fueron derribados por la Fuerza Aérea Cubana, muriendo cuatro hombres. Cuba alega que los aeroplanos violaron el espacio aéreo cubano, no haciendo caso de las advertencias verbales. EEUU sostiene que fueron abatidos sobre aguas internacionales. En una grabación reproducida en el juicio de los Cinco, ‘el piloto de uno de los aeroplanos podía ser oído reír mientras los aviones violaban deliberadamente la orden [de la Fuerza Aérea Cubana] de dar vuelta atrás’ (19).

Gerardo Hernández y sus colegas fueron aconsejados por Cuba de desinteresarse em los aeroplanos de BTTR por algunos días, justo aquellos en que los aviones fueron derribados. Esta coincidencia fue suficiente para el procesamiento argumentando que Hernández estuvo implicado en una conspiración para matar a los hombres en los aeroplanos, aunque no se presentó ninguna evidencia de esto. Entre las maniobras del juicio para condenar a Hernández, el juicio tuvo que haber demostrado que previamente a la caída de los aeroplanos Hernández estuvo implicado en un plan para derribar a los aviones antes de que alcanzaran las aguas cubanas. En respuesta, el procesamiento concedió que no tenía ninguna evidencia y que la decisión ‘creó un obstáculo insuperable para la convicción» (20). Aún así, el jurado condenó a Hernández.

En junio de 2001, después de solamente cinco días de deliberación, los 12 miembros del jurado de una corte de Miami acordaron veredictos de culpabilidad en los 26 cargos. No hicieron caso al pedido de clemencia de la defensa y todos recibieron sentencias máximas. Gerardo Hernández recibió dos cadenas perpetuas más 15 años de prisión. Antonio Guerrero y Ramón Labanino fueron condenados a cadena perpetua más 10 años y 18 años de prisión, respectivamente. Fernando González, a 19 años, y René González, a 15 años.

Los Cinco apelaron inmediatamente después de las sentencias. En marzo de 2004, apelaron ante los tres jueces de la Corte de Circuito del Distrito 11 de EEUU, quienes concedieron a la defensa un cambio de lugar y un nuevo juicio el 9 de agosto de 2005, tras considerar la animadversión en Miami hacia los nacionales cubanos. Pero la decisión de la corte fue sofocada rápidamente cuando el gobierno de EEUU -en un proceso de revisión muy raro- impuso que la apelación fuera oída de nuevo por todos los miembros del Circuito 11, quienes volcaron posteriormente la decisión original de los tres jueces sobre la apelación, ignorando así la animadversión que socavó la legitimidad de la decisión original de la Corte.

El Dr. Lisandro Pérez, profesor de la Universidad Internacional de Florida, comentó que ‘es virtualmente cero la posibilidad de seleccionar a doce ciudadanos del Condado de Dade, Miami, que puedan ser imparciales en un caso que implique a agentes reconocidos del gobierno cubano» (21). Una encuesta levantada en 2000 muestra que el 49,7 por ciento de los cubano-estadounidenses de Miami Dade desearon la intervención militar directa de EEUU contra Cuba, en oposición a sólo el 8,1 por ciento de ciudadanos norteamericanos (22). La ley establece que si un juicio transparente es imposible en la localización dada, el lugar debe ser cambiado (23).

En mayo de 2005, el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas declaró arbitrario el encarcelamiento de los Cinco, urgiendo al gobierno de EEUU a resolver la situación. Las súplicas de otras organizaciones internacionales de derechos humanos, tales como Amnistía Internacional y comités de apoyo en 97 países, también han buscado la liberación de los Cinco. Muchos los consideran presos políticos, que solamente habían procurado defender a su país del terrorismo.

Las organizaciones también han condenado la denegación de EEUU de las visas solicitadas por Olga Salanueva y Adriana Pérez, esposas de René González y de Gerardo Hernández. A Adriana finalmente le fue concedida una visa, el 25 de junio de 2002, después de esperar cinco años para visitar a su marido. Sin embargo, apenas llegó a EEUU Adriana fue arrestada por el FBI, interrogada por 11 horas y expulsada a Cuba.

En 2006, Amnistía Internacional envió una carta abierta al gobierno de EEUU, desaprobando su negativa a otorgar visas a Olga Salanueva y a Adriana Pérez, indicando que ‘en ausencia de una amenaza clara e inmediata planteada por tales visitas, esta medida es innecesariamente punitiva y contraria a los estándares para el tratamiento humanitario de los presos y contraría la obligación de los estados de proteger la vida en familia’ (24). La carta también planteaba preguntas sobre la garantía del debido proceso en el juicio de Miami.

A pesar de la ayuda mundial para los Cinco Cubanos, EEUU ha mantenido su posición áspera. Hoy, los Cinco siguen encarcelados en prisiones separadas a través de EEUU, mientras el gobierno estadounidense les proporciona un santuario a los ex mercenarios de la CIA Orlando Bosch y Luis Posada Carriles, ampliamente considerados como los dos terroristas más peligrosos del hemisferio occidental.

Análisis de contenido: Cobertura noticiosa corporativa sobre los Cinco Cubanos

El hecho de que casi nadie en EEUU conozca el caso de los Cinco Cubanos dice bastante sobre la cobertura noticiosa. No sólo hay que culpar a los medios corporativos, sino también a algunos independientes, como In These Times, The Progressive y Mother Jones. En la cobertura de noticias corporativas -raras como ellas son- se observan tendencias oblicuas contra Cuba. El tono de los artículos tiende a demonizar a los Cinco, mientras la información presentada descuida a menudo su punto de vista y la defensa de Cuba de sus acciones.

La información del diario The New York Times (TNYT) está fuera de contexto, es notoriamente unilateral y, al parecer, la perspectiva de Cuba es indigna de consideración. Desde el incidente de 1996, Cuba ha sostenido que el abatimiento de los aeroplanos ocurrió sobre el espacio aéreo cubano (25), no en aguas internacionales, como afirma EEUU. El TNYT asume obsequiosamente que los aviones fueron derribados sobre aguas internacionales (26). En el extracto de un artículo se lee: ‘Funcionarios del FBI dijeron que su investigación sobre la recolección de inteligencia cubana en el sur de Florida comenzó después que los Hermanos al Rescate, conocidos por hacer vuelos misericordiosos entre Florida y Cuba para buscar gente que huía de Cuba en barcos, perdieran dos aeroplanos en un ataque de jets cubanos de combate en 1996’ (27).

Hay información vital que no aparece en el artículo, induciendo a engaño a los lectores. Los Hermanos al Rescate no fueron abatidos mientras rescataban refugiados (28), como los lectores pudieran asumir, sino cuando intentaban penetrar el espacio aéreo cubano por motivos políticos. A su crédito, un artículo del TNYT mencionó que ‘Cuba ha defendido vigorosamente a cinco de los espías que lucharon y perdieron sus casos en la corte federal…, insistiendo en que los hombres solamente intentaron frustrar el terrorismo de los exiliados radicales, como la ola de atentados que en 1997 mató a un turista italiano en La Habana’ (29). Pero el informe del NYT no profundiza más lejos.

La agencia Associated Press (AP), un servicio de noticias que proporciona artículos para muchos periódicos, cubrió el caso de los Cinco Cubanos relativamente bien. Proporcionó perfiles de los Cinco junto con la mayoría de las incidencias del proceso legal. Allí hubo contexto, así como la perspectiva cubana. Por ejemplo, AP incluyó varios argumentos del equipo de la defensa de los Cinco, que afirmaban que las relaciones cubano-estadounidenses están en tal estado que sólo esto afectaría el resultado del juicio. Los Cinco fueron necesarios para Cuba pues ‘EEUU no podía o estaba poco dispuesto a prevenir en su origen los ataques terroristas a Cuba’.

El abogado Méndez citó una ‘cadena de ocho ataques con bombas en Cuba en un período de cuatro meses en 1997’ como ‘solamente parte de una historia de 40 años de incursiones, de bombardeos y de misiones de contrabando de armas que justificaron el trabajo al descubierto de los agentes del sur de Florida’ (30). AP también informó que los miembros del jurado oyeron la evidencia de que las organizaciones terroristas con base en Miami ‘bombardearon los hoteles cubanos y contrabandearon armas al interior de Cuba’, mientras que las advertencias sobre esos ataques ‘eran remitidas al FBI especificando que la ayuda y el financiamiento para el terrorismo en Cuba tenían su origen en Miami» (31).

AP también describió los cargos contra Hernández y el contexto apropiado que rodeó al incidente de 1996, haciendo explícito que BTTR volaron sobre territorio cubano en ‘una misión para lanzar 500.000 panfletos políticos’ (32). El abogado de la defensa Paul McKenna «ofreció evidencia de que el ataque fue en el espacio aéreo cubano y Cuba insistió en que solamente se circunscribió a su propio territorio después de repetidas incursiones del grupo de Miami durante casi dos años’ (33).

Desde el arresto de los Cinco Cubanos, The Washington Post (TWP) los ha mencionado en nueve artículos. Solamente dos de los artículos aparecieron en primera página, mientras el resto fue enterrado profundamente dentro de la sección A. La excepción comenzó con un artículo al frente de la sección de Estilo y otro frente a la sección del Metro. La mayoría de los artículos del WP carecen de contexto y balance, calificando a los Cinco como una banda de espías, mientras otros hicieron algún esfuerzo por proporcionar el punto de vista de Cuba.

El artículo publicado el 15 de septiembre de 1998 cita al abogado de la fiscalía de EEUU Thomas E. Scott afirmando dos veces que los Cinco estaban determinados ‘a apuñalar el propio corazón de nuestro sistema de seguridad nacional’. Desafortunadamente, el punto de vista de Cuba no se presenta. Y no aparece otro artículo importante hasta las sentencias, en junio del 2001. La nota se publica en la página 12 de la sección A, informando de los veredictos de culpabilidad contra los Cinco describiéndolos como ‘una banda de espías confabulada para trabajar en infiltrar las instalaciones militares del sur de Florida y a la comunidad cubana del exilio’.

El diario informó que ‘entre los 12 miembros del jurado que deliberó por cinco días no había ningún cubano-estadounidenses o cualquier persona con lazos cercanos a la comunidad cubano americana’, pero el artículo no menciona la predisposición contraria a Castro frecuente en el condado Dade de Miami. El diario TWP agregó que los demandados se consideraban ‘patriotas cubanos, intentando proteger a su país contra extremistas cubano-americanos del sur de Florida’. También se informó que su ‘espionaje’ en instalaciones militares no amenazó realmente ninguna seguridad nacional.

Un artículo de primera página titulaba en 2006: ‘Cubanos encarcelados en EEUU como espías son homenajeados en su país como héroes’. El artículo informó que los ‘funcionarios estadounidenses tienden a describir a los agentes cubanos como infiltrados empeñados en socavar la seguridad nacional de EEUU. Pero el gobierno cubano los honra como hombres de valor, enviados a EEUU a descubrir los planes de terrorismo de los grupos de exiliados cubanos que emprendieron una guerra contra el presidente Fidel Castro’. Ésta es la clase de información equilibrada que debería estar presente en cada artículo. Hay otras declaraciones desde Cuba que expresan cólera por el encarcelamiento continuado, como esta frase de Antonio Lage: «Hipócritas, eso son Bush y los norteamericanos: ¡hipócritas!», dijo. «Hablan de que luchan contra el terrorismo, pero mantienen a estos héroes en la prisión por intentar parar a los terroristas de Miami».

A través de los nueve artículos del Washington Post, hay una demonización general de los Cinco Cubanos como terroristas, agentes clandestinos y enemigos del estado. Allí se deshicieron los puntos ganados antes, como el artículo que en junio de 2006 mostró ambos puntos de vista opuestos sobre el caso. Pero se están omitiendo muchos aspectos de la historia, tal como el contexto que rodea el incidente de 1996, que fundamentó el cargo contra Gerardo Hernández de conspiración para cometer asesinato.

La cobertura de televisión sobre el caso fue virtualmente no existente. CBS y CNN ofrecieron breves informes, pero nada comprensibles. CNN presentó al abogado Tom Scott de la fiscalía de EEUU (citado por el Washington Post) diciendo que ‘los espías eran el anillo introducido por el gobierno cubano para golpear en el mismo corazón de nuestro sistema de seguridad nacional’. Pero no se incluyó el punto de vista del abogado defensor en nombre de los Cinco Cubanos, ni se presentó ningún punto de vista de oposición.

Conclusión

El caso de los Cinco Cubanos se debe dar a conocer a cada norteamericano interesado en la injusticia o en las acciones de su gobierno. Pero esa información debe estar disponible para que la obtenga el público. Si no es así, se deteriora la libertad del pensamiento, cerrando los delgados límites del conocimiento obtenible. Cuando los grandes medios son influidos por los intereses corporativos y de entretenimiento y los medios independientes también exhiben timidez para abordar cuestiones controversiales, el resultado es un público desinformado con una perspectiva distorsionada.

La cobertura de medios en general y sus prioridades se reflejan en la carencia de cantidad y de calidad de la cobertura de los Cinco Cubanos. Proporcionar el contexto apropiado del caso significaría implicar al gobierno de EEUU en la protección de conocidos terroristas, como Bosch y Posada, y exponer sus conexiones con la administración Bush. Esto conduce a cuestionar la legitimidad de «la guerra al terrorismo» de Bush. Para no mencionar en general la legitimidad del sistema judicial de EEUU, que exonera a terroristas como Posada y Bosch mientras condena a los Cinco Cubanos porque lucharon contra el terrorismo.

Por casi 10 años, los Cinco Cubanos han esperado en prisión un juicio justo. Adriana Pérez, la esposa de Gerardo Hernández, todavía está impedida de ver a su marido por el gobierno de EEUU. Los medios son responsables, no solamente por los Cinco Cubanos y sus familias, sino por el público estadounidense, que depende de sus medios de noticias y confía en que le brindan una información justa, objetiva y comprensible. La falla de los medios merece la censura más áspera, mientras que los Cinco Cubanos no merecen nada menos que los gritos más ruidosos de protesta social.

Jeffrey Huling se graduó en inglés en Sonoma State University. En este estudio también participaron las asistentes de Investigación Interna del Proyecto Censurado Zoe Huffman, Jenni Leys, Jocelyn Thomas y Erica Haikara.

Notas:
1- Chomsky, Noam. ‘Cuba and the United States: A Near-Half Century of Terror’. Superpower Principles. Ed. Salim Lamrani. New York: Common Courage Press, 2005. 28.
2- Staten, Clifford L. The History of Cuba. New York: Palgrave Macmillan, 2005. 84.
3- Roberts, J M. Twentieth Century. New York: Penguin, 1999. 657.
4- Thomas, Hugh. Cuba: The Pursuit of Freedom. New York: Harper and Row, 1971. 1210.
5- Chomsky, Noam. ‘Cuba and the United States: A Near-Half Century of Terror.’ Superpower Principles. Ed. Salim Lamrani. New York: Common Courage Press, 2005. 29.
6- Staten, Clifford L. The History of Cuba. New York: Palgrave Macmillan, 2005. 92.
7- Chomsky, Noam. ‘Cuba and the United States: A Near-Half Century of Terror.’ Superpower Principles. Ed. Salim Lamrani. New York: Common Courage Press, 2005. 29.
8- Staten, Clifford L. The History of Cuba. New York: Palgrave Macmillan, 2005. 96.
9- Dobbs, Michael . ‘Document Details ’62 Plans on Cuba; U.S. Weighed Military Move to Oust Castro.’ Washington Post 27 Jan. 1989: A14.
10- Blum, Willam. ‘The Unforgivable Revolution.’ Superpower Principles. Ed. Salim Lamrani. New York: Common Courage Press, 2005. 52. William Blum cita estas fuentes: a) Washington Post, 1 noviembre 1986, pp. A1, A18. b) Jonathon Kwitny, The Crimes of Patriots (New York, 1987), p. 379. c) William Schaap, «New Spate of Terrorism: Key Leaders Unleashed,» Covert Action Bulletin (Washington), No. 11, December 1980, pp. 4-8. d) Dinges y Landau, pp. 245-6. ? e) Discurso de Fidel Castro, 15 octubre 1976, reproducido en Toward Improved US-Cuba Relations, House Committee on International Relations, Appendix A, 23 May 1977. f) Documentos CIA desclasificados por la Agencia, enviados al National Archives in 1993, y puestos a disposición del público. Informe de The Nation (New York), 29 November 1993, p. 657.
11- Franklin, Jane . ‘Terrorist Connections Resurface In Florida.’ ZNet 29 June 2002.
12- Chomsky, Noam. ‘Cuba and the United States: A Near-Half Century of Terror.’ Superpower Principles. Ed. Salim Lamrani. New York: Common Courage Press, 2005. 42.
13- Según Noam Chomsky (Superpower Principles, 42), el bombardeo de la aerolínea fue financiado por Jorge Mas Canosa, cabeza de la Cuban-American National Foundation (CANF). Con base en Miami y exenta de impuestos, CANF es un grupo de lobby anti-Cuba, dedicado al derrocamiento del gobierno cubano de Fidel Castro.
14- Barger, Brian. ‘Posada: accused airline bomber still at large.’ United Press International 4 Sep. 1998.
15- Williams , Caroll J. ‘Cuban jet bombing suspect ordered free on bail in U.S.’ LA Times 7 Apr. 2007.
16- Williams , Caroll J. ‘Cuban jet bombing suspect ordered free on bail in U.S.’ LA Times 7 Apr. 2007.
17- ‘Judge throws out charges against anti-Castro militant.’ CNN 8 May 2007.
http://www.cnn.com/2007/LAW/05/08/posada.charges/index.html
18- Weinglass, Leonard. ‘The Trial of the Cuban Five.’ Superpower Principles. Ed. Salim Lamrani. New York: Common Courage Press, 2005. 120.
19- Weinglass, Leonard. ‘The Trial of the Cuban Five.’ Superpower Principles. Ed. Salim Lamrani. New York: Common Courage Press, 2005. 121.
20- Weinglass, Leonard. ‘The Trial of the Cuban Five.’ Superpower Principles. Ed. Salim Lamrani. New York: Common Courage Press, 2005. 122.
21- Superpower Principles: The Trial of the Cuban Five, Leonard Weinglass.
22- Smith, Wayne S. «A Sad Day in the History of American Justice: The Trial of the Cuban Five.» Superpower Principles. Ed. Salim Lamrani. New York: Common Courage Press, 2005.
23- Superpower Principles: The Trial of the Cuban Five, Leonard Weinglass.
24- Lee, Susan . Published in ‘An open letter to the State Department: The US is Violating the Rights of the Cuban Five.’ Counterpunch 26 Jan. 2006.
25- Rohter, Larry. «Cuba Blames U.S. in Downing of Planes.» The New York Times 27 Feb. 1996: 14.
26- See June 9, 2001 article «5 Cubans Convicted in Plot to Spy on U.S,» December 13, 2001 «Leader of Cuban Spy Ring Given Life in Prison,» and August 10, 2005 «New Trial Ordered For 5 Accused Spies.»
27- Navarro, Mireya. «10 People Are Charged With Spying for Cuba.» The New York Times 15 Sep. 1998: 18.
28- Three other NYT’ articles mislead readers in the same vein. See the May 8, 1999 article «Cuban Spy Suspect Faces Murder Charges,» November 27, 2000 «Spy Trial to Start for Five Accused of Aiding Cuba» and December 13, 2001 «Leader of Cuban Spy Ring given Prison.»
29- Golden, Time. «White House Wary of Cuba’s Little Spy Engine That Could.» The New York Times 5 Jan, 2003: 3.
30- Prosecutor: Spy ringleader helped Cuba attack Miami planes, Associated Press, Catherine Wilson, May 30, 2001.
31- Defense: Agents never ordered to get US secrets and didn’t, Associated Press, Catherine Wilson, May 31, 2001.
32- Cuba: five convicted agents were heroes protecting their nation, Associated Press State & Local Wire, Anita Snow, June 20, 2001.
33- Chance for conviction clouded in shadowy world of spies, Associated Press, Catherine Wilson, June 6, 2001.

Traducción: Ernesto Carmona (especial para ARGENPRESS)