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Crónica de una canallada anunciada (en los mass media)

Canalladas mediáticas contra Bolivia

Fuentes: Rebelión/Fundación Federico Engels

¿Hay alguien que no se lo espere? Nadie se sorprenda, la oligarquía boliviana se prepara ya para el referéndum de Octubre convocado por Evo Morales. Se prepara con una canallada golpista acunada (también y una vez más) por los mass media burgueses. Los golpistas subirán su apuesta. ¿Hay alguien que no se lo espere? Es […]

¿Hay alguien que no se lo espere?

Nadie se sorprenda, la oligarquía boliviana se prepara ya para el referéndum de Octubre convocado por Evo Morales. Se prepara con una canallada golpista acunada (también y una vez más) por los mass media burgueses. Los golpistas subirán su apuesta. ¿Hay alguien que no se lo espere? Es urgente llamar a un referéndum confirmatorio.

Bolivia a estas horas es un canto de relojes sobre el nido de la historia. A ratos, disonante y enloquecedor, el barullo de los «tic tac» más diversos pone en el alma ansias y desesperaciones. A ratos todo parece a-sincrónico. Unos van rapidito, otros muy lentos…y la revolución exige y acelera la marcha. Cada revolución tiene su ritmo y ese no es el ritmo de las burocracias ni de las sectas. Cada revolución marca sus tiempos y esos tiempos no son tiempos de parcimonia aunque -naturalmente- exijan cautelas. Cada revolución tiene su reloj en sincronía con la revolución mundial de la clase trabajadora y tal reloj ya anda sonando campanadas mañaneras, muy particulares, para una Bolivia que del pasado más hondo sabe sacar su futuro más alto. Y eso es magnífico, y eso es de todos y eso nos compromete de inmediato. No habrá oligarquía televisada que lo vuelva invisible. Hay que enterar al mundo sobre este momento extraordinario.

La revolución es indispensable

Al someter su mandato a un referéndum revocatorio Evo Morales no puede asumir una lógica defensiva contra el golpismo neofascista, por el contrario, lo que es urgente es una tarea de construcción política, de profundización que no puede agotarse con una «buena voluntad» ni con la con la moraleja democratista de que «aquí nadie es indispensable». La revolución es indispensable. El referéndum servirá de poco si las fuerzas agresoras permanecen intactas, si las condiciones de explotación saqueo y terrorismo mediático no se tocan y se les deja hacer invisible la lucha de clases por creer que tal lucha se conjura con votos y sólo con votos. ¿Y qué tal terminar con el latifundio, qué tal expropiar las herramientas de producción en garras de la burguesía… que tal la expropiación bancaria?

Evo quiere poner en manos del pueblo, como debe ser siempre, la decisión sobre el rumbo del país en contra de la voluntad golpista que sueña con el separatismo. ¿Pero ya quedó claro tal rumbo? ¿Todos quieren ese rumbo y todos van hacia ese rumbo? ¿El rumbo de todos es el Socialismo libre de reformistas y de sectarios? El referéndum ha de servir para consolidar el rumbo contra el capitalismo.

Algunos quieren que se «escuchen todas las voces» que el referéndum confirme su vocación democrática dejando que todos «hablen por igual», que eso es «democracia». ¿Y Evo si «pierde»? ¿Y si una jugarreta de las mafias mediáticas, (entre otras) ante las que Evo tiene fragilidades diversas, asestaran un fraude (golpe mediático) al estilo Televisa-Calderón?, ¿Al estilo Caldera-RCTV?, ¿Al estilo Pinochet-Mercurio?… ¿Qué pasaría con la Revolución que está en marcha, que nace, que busca sus cauces y sus caudales mayores? Y lo que es más llamativo: ¿Se puede, se debe, equiparar la voluntad y la voz de la mayoría harta de esclavitud, muerte, humillación y burla con la «voz» de la minoría oligarca que reina hace siglos con toda impunidad? ¿Existe balanza democrática alguna que pueda poner como iguales estas voces en contienda? ¿Hay que escuchar todas las voces o hay que escuchar la voz de la Revolución en marcha, qué es lo urgente? Algo anda mal.

No hay que perder tiempo, no hay que dejar que ellos «ganen» tiempo.

Hágase el referéndum como una movilización que construya fuerza y que gane terreno concretamente. Que ponga al Estado bajo control obrero. Construcción para la acción directa rumbo al trabajo de desarmar definitivamente las fuerzas del neofascismo amenazante y en plena batalla.

Las armas de guerra mediática con que cuenta la oligarquía boliviana dejan al descubierto buena parte de la orfandad del gobierno en materia de Políticas de Comunicación Revolucionaria. Fidel y Chávez se desgañitan repitiendo una y otra vez el tipo de modelo de estrategia informativa que desean para la región y la cosa sigue lenta, por una u otra razón, no siempre válidas. Esto ha sido dicho una y mil veces en foros diversos y nunca será suficiente insistir en la necesidad de ganar la Guerra Mediática, la Guerra Simbólica a nivel internacional. Ganar estas batalla de ideas también contra la amenaza mass media que es ya un problema de seguridad de las naciones en avance revolucionario.

Contra el bloqueo mediático, contra la alienación y hacia los lenguajes de la revolución naciente. Más de un funcionario del gobierno boliviano sabe, bien que sabe, que en materia de Terrorismo Mediático el presidente Evo Morales tiene flancos débiles. Dejarlo así es suicida. ¿Quién asumirá los costos? A esta hora arrecian las agresiones, se prepara la artillería mediática de los fascistas. Gastarán millonadas de dólares sacados de nuestros propios pueblos, se armaran como nunca y como siempre para asestar otro golpe, uno más, en su tarea de derrotar al pueblo indio, campesino y obrero que la burguesía tanto odia. ¿Alguien lo ignora? ¿Qué hacemos mientras tanto? ¿Seguimos mirando la tele de ellos? Por una Corriente Internacional de la Comunicación hacia el Socialismo.