El Kirchnerismo no es un fenómeno, nunca lo fue. El capitalismo no funciona sin movimientos como el Kirchnerismo (1). Este se constituyó desde el principio, como la herramienta, el instrumento, que las clases dominantes nacionales y globales necesitaban y necesitan para aplicar sus planes de exterminio y destrucción ecológica, ambiental y humana, además de la […]
El Kirchnerismo no es un fenómeno, nunca lo fue. El capitalismo no funciona sin movimientos como el Kirchnerismo (1). Este se constituyó desde el principio, como la herramienta, el instrumento, que las clases dominantes nacionales y globales necesitaban y necesitan para aplicar sus planes de exterminio y destrucción ecológica, ambiental y humana, además de la brutal transferencia de recursos financieros y plus valor, a manos de la usura mundial. Esquema basado en un modelo exportador primario y de especulación financiera (la cual no es opuesta al esquema extractivo exportador) (2), que pudiera continuar el camino ya sembrado por los anteriores gobiernos, y que estaba peligrando, por la alta resistencia que el pueblo argentino venía ejercitando desde los años noventa con mayor intensidad, década en la que se formaron, la mayoría de estos movimientos en la Argentina.
Que el Kirchnerismo propagandizara la impronta «nacional y popular», fue una necesidad lógica de ese momento en la Argentina, que venia de los hechos del 2000-2001.
Las burguesías nacionales juegan el papel que el capitalismo global les ha asignado, el de intermediarias en un esquema donde el centro está en las poderosas compañías transnacionales (hoy vivimos una invasión de estas como nunca antes) que van marcando el rumbo estratégico del modelo extractivo primario en Argentina (3).
El conflicto entre el gobierno de la presidenta Cristina Fernández y el presidente del Banco Central Martín Redrado, tecnócrata muy efectivo en la década de menemismo, elegido por el ex presidente Néstor Kirchner y reelegido por la actual mandataria es, en realidad, la forma hacia afuera de la pelea interna por reivindicaciones entre los capitalistas que usufructúan del régimen hacia su interior. ¿Acaso no sabía el kirchnerismo de los estrechos vínculos de Redrado con la Reserva Federal de los Estados Unidos y con el Banco de Ajustes de Basilea?
¿Quién no recuerda ya, la compra de Aerolíneas Argentinas a los capitalistas españoles con déficit, deuda y todo? ¿O la estatización de la deuda de las AFJP bajo el paraguas de la vuelta al sistema estatal de jubilaciones?
En la práctica, los Kirchner fueron y son los que mejor hicieron y hacen los deberes en cuanto a deuda externa se refiere. Recordemos que con el decreto 319 sobre el canje de la deuda, el Estado argentino perdió y sigue perdiendo totalmente su inmunidad soberana, ya que en términos de verdad, está pagando una deuda, aunque no se deba, bajo pretexto, como la clásica economía ortodoxa lo manda, de poder acceder a mas créditos, y por ende continúa en un circulo viscoso de nunca acabar.
En su momento, la ex ministra de economía, Felisa Miceli, debió restituir nuevos títulos de deuda para compensar la cancelación anticipada de 9.810 millones de dólares, a una tasa anual del 5%, al Fondo Monetario Internacional (FMI). Néstor Kirchner, quien ocupaba el ejecutivo, insinuó que esa acción era coordinada con el gobierno de Lula, cuando en realidad A. Singh, un alto funcionario del FMI por aquel entonces, el año anterior a dicha cancelación, había propuesto instrumentar esa decisión, coincidente con los propósitos explícitos de la entidad financiera (4). El contexto mundial en que se desarrollaba esta preferencia del Fondo, de cambiar promoción de endeudamiento por protección de su capital, se debió y se debe aún ahora, a la clara exposición financiera de este, por la crisis financiera mundial.
Cuando se realizó el pago, la propaganda mediática y el discurso oficial hacían parecer como si se hubiera saldado la totalidad de la deuda, cuando en verdad solo se había pagado un 9%, si mencionar las deudas con el BID, BM y el Club de Paris.
La dependencia orgánica y el sentido ideológico verdadero del kirchnerismo se expresa en estas acciones, ahí en ese instante donde todo es debelado, apareciendo la continuidad estratégica del proceso que se inicia en la Argentina a partir de la sangrienta dictadura militar y se acentúa con el menemismo. Una alusión clara al respecto de la deuda externa, es el hecho de que Kirchner, al igual que Menem, contrató al estudio Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton, para intervenir en lo concerniente al pago de la misma (5).
La decisión de la presidenta Cristina Fernández de pagar la usuraria y fraudulenta deuda con las reservas del Banco Central, muestra el carácter colonial y dependiente de este gobierno a los organismos de crédito internacionales y a los mandatos del poder capitalista global. La crisis desatada con el Banco Central pone en el tapete las contradicciones internas y las claras competencias, en términos de los intereses que juegan, de los distintos bloques de poder económico al interior del Estado, demás está decir, herramienta este, de las clases dominantes y el poder económico global, con sus distintos matices (6).
Desde la famosa devaluación financiera argentina, las fricciones y los choques de las distintas fracciones de los bloques capitalistas parece no acabar la secuencia mas clara del conflicto, que vuelve hoy al escenario político y mediático nacional, fue en principio la precancelacion de la deuda con el FMI, que beneficiaba claramente a los exportadores, industriales y banqueros locales en su conflicto con los acreedores externos.
Cabe recordar, respecto de estos roces entre los distintos sectores capitalistas, que «los exportadores preferían y prefieren mantener una elevada cotización del dólar para obtener mayor ganancia en pesos por los bienes vendidos al exterior, frente a las privatizadas y el FMI, que en ese momento hacía como vocero de estas, y exigía reducir el tipo de cambio para aumentar el excedente en divisas sacadas al exterior «(7).
No es la primera vez que el gobierno argentino cede a las presiones y urgencias de la burocracia política norteamericana y la Reserva Federal. Poco antes de la cancelación de la deuda con el FMI, el entonces presidente Kirchner, tuvo que soportar la negativa de Bush de mediar frente al Fondo por la cancelación, que luego pagaría un dólar sobre otro.
En una de las corridas cambiarias del 2008, y en ocasión de la estatización de las AFJP con su abultado déficit y deudas, la Reserva Federal le negó al gobierno argentino el intercambio de monedas, empujándolo a recurrir a un canje devaluado con Brasil y China, el argumento usado para tal negativa fue que no quería financiar el déficit fiscal de Argentina (8).
Los 6.700 millones de dólares que el gobierno pretende pagar al Club de París y a los bonistas, abarca también, préstamos otorgados en la última y sangrienta dictadura militar argentina.
Un conflicto que en términos de poder pone de manifiesto la función de los bancos centrales en el sistema capitalista, y el vinculo permanente y de monitoreo que tiene la Reserva Federal norteamericana sobre los bancos nacionales.
Pagar la deuda es parte de la lógica impuesta por el poder financiero global a los países dependientes, un diagrama colonial de usura del régimen capitalista. El mismo se impone a regla ceñida y el modo es como las circunstancias históricas de acumulación lo requieran.
El Kirchnerismo ha recomenzando una nueva secuencia de endeudamiento y este conflicto, es parte de eso.
El capitalismo mundial es depredador por naturaleza, pero también se da los tiempos del buitre, esperando que su presa se convierta en carroña. Los términos de la «crisis» desatada en Argentina se expresa en modo político-económico, y debe ser medida con esa vara. Es intrínseca del desarrollo capitalista, y tiene las contradicciones propias de este sistema. La naturaleza de las facciones en disputa es completamente de representación capitalista, sean de un bando u otro. De forma diferente, pero en el Fondo la misma mentira.
Si en algo están de acuerdo el gobierno y la oposición es en pagar la deuda, el modo es lo diferente, pero estratégicamente importante para cada uno de los bandos, en términos del futuro político de los mismos.
En ningún momento los Kirchner negaron pagar a los bonistas y al Club de París, siempre han hecho bien los deberes ¿Por qué no seguir haciéndolo ahora? Para cumplir un nuevo ciclo de endeudamiento, el Estado tiene que pagar a los bonistas y al Club de París, eso es seguro.
Los Kirchner quieren usar las reservas del central porque, de ese modo, harían uso de la plata del presupuesto para operar sobre los contratistas y proveedores del Estado, donde por supuesto la pareja y sus amigos tienen grandes intereses.
El re-encausamiento de las relaciones del gobierno con el capital financiero es, precisamente, la base de este conflicto ¿Cómo se entiende que después de tantos años de «autonomía» del central recién ahora se cuestione su funcionalidad? Se sabe que el tutelaje de los bancos centrales, en la mayoría de los países, sobre todo, dependientes como el nuestro, está bajo el influjo de la Reserva Federal de los Estados Unidos y de la banca internacional; por esto es que Redrado fue puesto por el kirchnerismo al frente de dicha entidad.
Estas nuevas relaciones carnales al mejor estilo menemista son desarrolladas en un contexto discursivo, cínicamente estructurado, que paradójicamente es promocionado en torno del bicentenario, un evento histórico sensiblemente importante para el pueblo argentino. De hecho, el Fondo creado para la ocasión, lleva el nombre del Bicentenario. El modo de operaciones del kirchnerismo, ha sido desde siempre, beneficiar a los grandes grupos de poder, en ese juego macabro, unos quedan fuera y lo hacen sentir cuando pueden.
Hay algo importante para mencionar en este conflicto, por lo menos en términos ideológicos y prácticos, y es la forma en que se caracteriza a los políticos argentinos que han gobernado en los últimos tiempos, sobre todo desde los noventa en adelante, y es que son una casta burocrática que hicieron y hacen su riqueza a costa del Estado, y como casta que son, hoy son amigos, mañana enemigos, un día están de un lado y otro, del otro. Funcionan a partir de la conveniencia de sus negocios.
Por otro lado, la llamada derecha opositora no oficial, vinculada estrechamente a los sectores más reaccionarios, al monopolio de los medios, a la derecha norteamericana más conservadora, ve en la ocasión la oportunidad para hacer desaparecer de la memoria de los argentinos, la rebelión del 2000-2001. Presenta al conflicto en términos de legalidad e institucionalidad, buscando desvirtuar la discusión, ya que en el fondo, ninguno pretende cuestionar abiertamente la ilegalidad e ilegitimidad de la deuda.
El salvataje del capital financiero
La transferencia millonaria de divisas al capital financiero internacional le ha costado al pueblo argentino sudor, lagrimas y sangre.
El costado perverso de estos desembolsos, es que los paga siempre el pueblo a costa de su propio sufrimiento. La deuda que el gobierno quiere «saldar» es fraudulenta y manchada con la sangre de una generación de argentinos.
«La experiencia de las últimas décadas demuestra a las claras que el mercado no es un mecanismo benigno que funciona mejor cuando se lo deja trabajar en paz, sino que exige mucha violencia paralela al mercado para crear las condiciones para su funcionamiento» (9)
La deuda interna de la deuda externa
En la actualidad, los dineros que van a parar a los bolsillos de los buitres internacionales, 50 mil millones de dólares aproximadamente, salieron de un esquema de endeudamiento interno, con los fondos de la ANSES y el propio Banco Central. Recordemos que los papeles colocados en concepto de pago al FMI fueron 10 mil millones de dólares por adelantos transitorios 8 mil millones, en títulos públicos 6 mil millones, y por derechos especiales de giro (DEG) 2,6 mil millones más (10). Estos derechos de giro, fueron creados por el FMI en 1969 para complementar las reservas oficiales de los países miembros. (11)
La nacionalización de las AFJP trajo consigo una deuda de 20 mil millones con la ANSES-, no es descabellado decir que este es el gobierno que más ha transferido del bolsillo de los contribuyentes y jubilados del país, a los buitres internacionales. En relación a la bancarrota del 2001, el rescate al capital por parte del régimen, ha sido el más grande de la historia.
La historia habla por si sola,»por los hechos me conoceréis». Este relato de saqueo y manipulación mediática, tiene a la derecha y a la menos derecha como actores y protagonistas de un ciclo que parece recomenzar mil veces y que nunca acabará, por la voluntad de una burocracia política, que siempre se enriqueció a costa del pueblo.
La deuda, un delito de ejecución continuada (12).
Un delito flagrante tan tortuoso como la deuda externa argentina no se ha podido llevar a la práctica sin la imposición de un humillante y genocida terrorismo de Estado. La historia de sangre y maltrato que lleva consigo la deuda, se resignifica aún más en términos de opresión y colonialidad en épocas de paz democrática, el saludable acopio y robo de divisas por parte del capital global, con la complicidad del régimen local, no tiene justificación alguna. ¿Qué puede tener de nacional y popular el pago de la deuda? Aun peor, es la justificación intrínseca en la aprobación de su pago, de toda una era de dolor y terror que marcó para siempre la memoria de los argentinos.
En toda esta cínica pelea de bandos, no aparece siquiera el cuestionamiento a este atroz robo. Honrar mínimamente la memoria de los hombres que tanto lucharon en contra de este robo, como Alejandro Olmos, requiere decir la verdad. «No tiene salida el pueblo argentino si no asume el terrorismo financiero de la deuda» (13).
Es necesario significar la lucha contra la deuda, desde la visión de que esta, se instrumentó haciendo desaparecer a una generación completa, poniendo de manos atadas al futuro. Significarla, desde un profundo sentido antiimperialista, desde una independencia de clase, es verdaderamente, desarmar su lógica y la de la derecha en su conjunto.
«Podrán descargar sobre nosotros la descalificación doctoral de los académicos, pero no nos importan las consecuencias mientras se conozca la verdad de las injusticias…» (14)
* R. Gómez Mederos. Observatorio Geopolítico del Sur
Notas:
(1) El Kirchnerismo, un modelo de dependencia. R. Gómez Mederos. Notas y borradores 2008.
(2) Economistas clasistas Latinoamericanos. Orlando Caputo Leiva. Notas y borradores. R. Gómez Mederos 2004
(3) El Kirchnerismo, un modelo de dependencia. R. Gómez Mederos. Notas y borradores 2008
(4) Los efectos de pagarle al Fondo. Claudio Katz, para Argenpress. Diciembre 2005
(5) Entrevistas. La deuda ilegitima e ilegal. Alejandro Olmos Gaona. Bs. As. 2005
(6) Crisis y puja de los distintos bloques de poder económico al interior del estado. R. Gómez Mederos. Notas y borradores. 2009
(7) Capitalistas ganadores y perdedores. Claudio Katz. 2005
(8) Diario La Nación. 2008
(9) La crisis vivida como electro shock. Zizek. Entrevistas 2009
(10) Jorge Altamira. Los K y el Banco central. Dos harinas del mismo costal.
(11) www.imf.org pagina del FMI.
(12) Alejandro Olmos Gaona. Hijo de Alejandro Olmos, querellante en el juicio a la deuda.
(13) Fernando Pino Solanas en Critica Digital,» mas de la mitad de la deuda es ilegitima». «2010
(14) Fernando Esteche. Dirigente del MPR Quebracho, en ocasión de la declaración ante el juzgado del juez Galeano, por la causa judicial del 31 de agosto del 2004.
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