Los «opositores» cubanos gozan de la extraña facultad de convertirse ellos mismos en noticia. No importa lo que digan, los grandes medios se lanzan a repetirlo sin contrastar fuentes ni aportar ninguna prueba. La cobertura que algunos medios han hecho de los incidentes protagonizados esta semana por el «disidente» Guillermo Fariñas ofrece una oportunidad ejemplar […]
Los «opositores» cubanos gozan de la extraña facultad de convertirse ellos mismos en noticia. No importa lo que digan, los grandes medios se lanzan a repetirlo sin contrastar fuentes ni aportar ninguna prueba.
La cobertura que algunos medios han hecho de los incidentes protagonizados esta semana por el «disidente» Guillermo Fariñas ofrece una oportunidad ejemplar para estudiar la tecnología según la cual uno logra convertirse en noticia a sí mismo. Un caso destacado es el diario español El País, que le ha dedicado cuatro entradas a Fariñas en apenas dos días. En una de ellas, el periódico madrileño reproduce un cable de la agencia EFE que relata: «Fariñas había salido de su casa junto a un grupo de personas a las que impartió un taller de periodismo, tras lo cual se dirigió a un domicilio del que se estaba desalojando a una familia. Allí fue detenido junto a otras 15 personas, según explicó su madre, quien dijo que pudo contactar con él por su teléfono móvil.»
El procedimiento en síntesis: la «figura» crea el incidente, provoca para que lo detengan y luego lo anuncia al mundo. Sin embargo, parece que el «detenido» pudo mantener consigo un teléfono celular pero a ningún medio se le ocurrió solicitarle, a quien es capaz de impartir un «taller de periodismo», el testimonio gráfico del «desalojo» ni tampoco de su detención y estancia en la policía; mucho menos le pidieron que entrevistara a alguna de las «otras 15 personas» que lo acompañaban o a las víctimas del «desalojo». Se pregunta uno cuál es el tipo de periodismo que enseña Fariñas o si el hecho de que las agencias de prensa reproduzcan sin chistar cualquier cuento suyo le está haciendo daño profesional. Algo curioso: del desalojo y los supuestos desalojados no se ha hablado más, pareciera que su papel en esta historia era dar el pretexto para que retornara a los primeros planos el Premio Sajarov luego de algunas semanas sin ser noticia y, a la vez, lavar el pasado violento de quien ha agradedido a mujeres y ancianos.
De cualquier manera, lo sucedido con Fariñas se asemeja demasiado a la «golpiza» que en noviembre de 2009 se fabricara la bloguera Yoani Sánchez. Precisamente, hace muy poco comentábamos cómo el diario El País llevaba un período asombrosamente largo sin hablar de su criatura favorita. En la última línea de una de las entradas del cotidiano ibérico sobre Fariñas se puede leer: «La detención ha sido seguida por la bloguera y disidente Yoani Sánchez«. Pues, según parece, la señora Sánchez encontró el modo de retornar al diario del Grupo PRISA a través de un tercero, por lo que el hombre que salió a demostrarle a sus talleristas cómo logra construirse uno mismo la cobertura vendría a ser la marioneta de la marioneta.
Hablando de marionetas y periodismo, resulta contradictorio que el mismo periódico, que tan puntilloso es con Fariñas, no haya publicado una coma acerca del actual juicio en El Paso, Estados Unidos, al connotado terrorista Luis Posada Carriles ni tampoco sobre las confesiones de su autodifinida marioneta Francisco Chávez Abarca, juzgado en La Habana. Sobre ese tema sobran testimonios, documentos, y recientes revelaciones que implican a autoridades norteamericanas pero para eso habría que hacer un periodismo distinto al que se enseña en los «talleres» de Fariñas y que parece ha terminado contagiando a sus divulgadores.
Fuente:http://lapupilainsomne.wordpress.com/2011/01/28/una-cobertura-ejemplar/